Capítulo 5

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Los chicos querían volver a pasar tiempo juntos, yo obviamente no iba a decir que no. Estábamos en la playa, todos habíamos cambiado, física y mentalmente, cada uno era una persona distinta a la que era antes. Ahora, Maddie era la primera en atreverse a hacer algo que hace años atrás yo habría hecho. Vero y Leo están pensando en planes de futuro, al igual que Noah y Amber, yo he madurado, tengo una pareja y estoy a cargo de la empresa, mi pregunta a pesar de todo es si lo estoy haciendo bien, quería tener una vida perfecta sin Maddie y quizás la consiga.

Noah: Entonces lleváis 1 año juntas- asiento- ¿pero antes estabas con alguien?- asiento de nuevo.

Sam: He estado con cinco desde que os fuisteis- abre los ojos sorprendido.

Se fueron varios meses después de que Maddie se fuera.

Noah: ¿Te ha dado tiempo?- asiento.

Sam: Justo cuando os fuisteis conocí a Valerie, estuve cinco meses, no fue nada serio en realidad, luego estuve un año con Annie, otros siete meses con Marta, nueve meses con Gloria y por ahora llevo un año y algo con Casandra- Amber que solo escuchaba se quedó extrañada.

Amber: ¿Tantas?- asiento.

Sam: Parece que el amor a largo plazo no está hecho para mí.

Lucy: Amber, ¿me pasas una cerveza?- niega.

Amber: Eres menor- me río.

Sam: Vamos Amber, ¿tú no bebías con su edad?- Leo me da la razón.

Leo: No eres el mejor ejemplo- le paso una cerveza a Lucy, la cual me sonríe.

Maddie llegaba del agua junto a mi hermana, miró mal a su hermana al notar que tenía algo en la mano, se acercó histérica.

Maddie: ¿Quién te ha dado eso?- me señala- ¿deberías de preguntarme antes no crees?- gruñe girándose.

Sam: No- me mira de nuevo.

Maddie: ¿Qué has dicho?- se acerca.

Sam: Sabe cuidarse solita.

Maddie: No eres nadie para decidir si puede beber o no- me grita.

Sam: Tú tampoco, no eres su madre- me mira extremadamente mal.

Maddie: No sé cómo pudiste gustarme, siempre fuiste insoportable, un maldito grano en el culo- pasa por mi lado dirección hacia el coche.

Lucy: Vaya...

¿A qué ha venido eso?

Maddie se fue a casa de su abuela, yo decidí llevar a Lucy, de paso iría a pedirle disculpas, quizás tenía razón.

Lucy: Gracias por traerme Sam- sonríe y yo le sonrío de vuelta.

Sam: ¿Crees que pueda pasar?- me mira extrañada- ¿para ver a tu hermana?- asiente.

Iba a pasar pero me paró en seco.

Lucy: Me entero que le haces algo y te mato- niego rápidamente- pasa- sonríe.

Veo a la Sra. Jones y la abrazo, hacia tantos que no la veía a pesar de estar en la misma isla. Pedí permiso para subir y me dijo que estaba en mi casa, sonreí y subí rápidamente. Toqué varias veces la puerta, no había respuesta, volví a tocar y tampoco hubo, decidí entrar.

Maddie: Lucy, quiero estar sola- se gira- Ah, eres tú- cierro- ¿podrías irte? No me apetece nada hablar con nadie y menos contigo ahora mismo- me acerco a la cama donde ella está y me siento- parece que eres sorda.

Sam: Lo siento- frunce el ceño- por lo de la playa, yo... no debía decidir, ya sabes- asiente- así que lo siento- suspira, le miro a los ojos y noto que ha llorado- ¿has estado llorando?- pregunto preocupada.

Maddie: S-sí...- dice avergonzada- estoy sensible, esto de la boda y saber que estamos haciéndonos viejos me tiene algo mal- sonríe.

Sam: ¿Te arrepientes de haber venido?- niega.

Maddie: Tenía ganas de vert-veros- no le doy mucha importancia al supuesto error y nos abrazamos- Sam... ¿podrías dormir conmigo?- muerde su mejilla desde el interior- es que... contigo... siempre me he sentido... mejor- susurra.

Sam: Claro- me quito los zapatos y me acuesto junto a ella- ¿Te sientes bien?- susurro.

Maddie: Mejor que nunca- me acerco más y la abracé de espaldas, sobresaltó con miedo.

Sam: Hey, soy yo, tranquila- se deja abrazar- hace cuanto no duermes con alguien.

Maddie: Desde hace cuatro años- mi corazón se detuvo.

Entrelacé nuestras manos y suspiré, ¿estaba mal al tener novia? Se dio la vuelta y nos miramos directamente a los ojos. Lleve una de mis manos a uno de sus mechones, lo puse detrás de su oreja y ella sonrió.

Sam: Estás... distinta- susurro para no cortar el ambiente.

Maddie: Tú también- dice sin elevar el tono.

Me acerco más a ella y mis manos siguen jugando con las suyas, nuestras caras están a pocos centímetros, me acerqué hasta el punto en que mi nariz rozaba su mejilla, puse mis labios sobre su mejilla haciendo un camino de besos, ya no sabía lo que hacía, llegué a la comisura, la respiración de Maddie era irregular, las ganas de besarla eran demasiadas. Seguí rodeando la comisura, con besos suaves y cortos. Volví a la mejilla y ella volvía a suspirar. Sumergió una de sus manos bajo mi camiseta, acariciando con suavidad, mis labios rozaban los suyos, sin intención de pegarlos. ¿Debía besarla?

Primavera en MaldeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora