Un mal inminente aqueja a la humanidad desde épocas ancestrales y ésta no tiene ni la menor idea sobre ello.
Un grupo escaso de guerreros está dispuesto a luchar para defender a Gaia (la Madre Tierra).
¿Qúe les esperará a nuestros peculiares guerre...
La conversación fue interrumpida por dos disparos y se comienza a ver como brota sagre del pecho de Feyker mientras este cae al suelo, June queda estupefacta ante tal escena.
June:Fey...¡¡¡Feyker!!!
Feyker no responde, su sangre comienza a hacer un camino y termina desembocando en la orilla del río lo que causa que este se torne de un color rojizo. June ve que del otro lado del río se encuentra un cazador, ella siente un dolor agudo en el pecho pero sobre todo una rabia incontenible; de pronto sus colmillos empiazan a crecer y su cuerpo se comienza a deformar.
El cazador horrorizado ve como el lobo se empieza a transformar en una criatura propia de una historia de terror: medía apróximadamente 3 metros, tenía una forma humanoide y sus garras y colmillos eran del tamaño de una daga, pero lo que más lo aterrorizó fue su mirada, una mirada que parecía desprender fuego.
El cazador comenzó a disparar, pero a pesar de que las balas entraban en el cuerpo de June no parecía hacerle ningún daño. Presa del pánico este dejó caer su escopeta y en un intento desesperado por conservar su vida salió corriendo lo más rápido que pudo.
June en cambio gracias a su nueva forma cruzó el río sin ninguna dificultad, y corrió detrás del cazador, en unos segundos ya se encontraba frente a este.
El cazador comenzó a gritar: ¡¡Ayudenme!! ¡¡Por favor!!! ¡¡No me mates!! ¡¡Te lo suplico!!
Sin embargo June estaba en frenesí y de un sólo garrazo le abrió la garaganta, la sangre salió disparada en dirección a ella y el cuerpo del cazador cayó de rodillas, pero no quedo ahí, June dió un siguiente golpe y esta vez las víceras del cazador salieron de su cuerpo, ella continuó atacando una y otra vez sin detenerse hasta que del cazador no quedó más que sangre y pedazos de carne regados al rededor de ella.
June cayó de rodillas totalmente bañada en sangre y su respiración era demasiado agitada. De pronto escuchó lo que parecían ser más cazadores, que obviamente acudieron gracias al llamado de su compañero.
Cazador 1: ¡Lion!
Cazador 2: ¡¿Lion donde estás?!
Cazador 3: Para mi que ya se fue a su casa y nos dejó aquí solos.
Cazador 1: No lo creo, él nunca nos haría eso.
Cazador 2: Hay que seguir buscando.
Cazadores 1,2 y 3 al unisono: ¡¡Lion!!
Ella sin dudarlo ni un segundo salió corriendo de ahí en dirección contraria a donde se escuchaban las voces, no sabía a donde dirigirse pues su territorio estaba del otro lado del río y ella nunca había explorado más allá de el, sin embargo sabía que tenía que irse de ahí lo más pronto posible si quería mantenerse con vida.
A pesar de estar ya demasiado lejos June escuchó lo que parecía ser los gritos de los cazadores, seguramente ya habrían encontrado el cuerpo de su amigo, o al menos lo poco que quedó de él.
June siguió corriendo y corriendo hasta que se hizo de noche, no tenía idea de donde estaba pero esperaba estar lo más lejos posible de esos cazadores, gracias al cansacio y como consecuencia de haber expulsado toda su rabia cayó desmayada en medio del bosque.
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