Prólogo

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Londres no era lo que pintaban en aquellas películas que Harry solía ver con sus amigos.

Era un lugar tan gris, tan triste, con gente cuyas expresiones no reflejaban otra cosa que no fuera molestia y fatiga, yendo de un lado a otro sin detenerse a saludar o si quiera mirar a otros.

Eso definitivamente no era lo que había planeado cuando decidió huir de su casa con su pequeño hermano, Niall.

Casi todos sus ahorros se habían agotado al comprar los boletos del tren desde Bristol hasta Londres y en comprar unas cuantas latas y paquetes de comida para sobrevivir por algunos días, pero había cosas que Harry no había contemplado, no tenían donde vivir.

De inmediato intentó conseguir trabajo en distintas tiendas, pero era totalmente necesario que sus padres firmaran un documento en el cual estaban de acuerdo con que trabajara ahí.

Así que decidió racionar la comida, comerían dos galletas y un puño de nueces al día, cuando estuvieran muy hambrientos comerían una lata de atún o de pasta, racionar el agua no fue tan fácil, tuvo que comprar una gran botella y una vez que acabaron con ella, tuvo que rellenarla en un lavabo de Tesco.

Dormir no era la mejor parte del día, tenían que encontrar un callejón para protegerlos del frío aire nocturno y de la continua lluvia del lugar debido a que Harry no había llevado las mantas ni las prendas suficientes para protegerse del terrible clima.

Cuando la comida que había comprado se acabó por completo, tuvo que usar el dinero que le quedaba para comprar más.

Se sentía terrible por arrastrar a Niall a la miseria, el pequeño tenía 8 años, debía estar en la escuela y durmiendo en una caliente y confortable cama, no caminando todo el día, muriendo de hambre y durmiendo en callejones, pero sabía que en "casa" no le esperaba algo mejor.

Fue un día mientras vagaban en busca de un lugar en el cual dormir que Harry se sintió la persona más afortunada del mundo, el callejón en el que habían entrado había un colchón y si bien no era nuevo ni estaba en las mejores condiciones, Harry se sintió tan aliviado que se tiró sobre él y comenzó a llorar con consuelo.

Niall se recostó junto a él y lo abrazó con fuerza.

-Te prometo que pronto estaremos bien.-Harry susurró con dolor.

-Contigo siempre estoy bien.

El corazón de Harry se encogió, su tristeza se mezcló con felicidad, porque a pesar de estar viviendo una mierda de vida en este momento, Niall seguía con él.

Ninguno de los dos dijo nada más, sus cuerpos se adaptaron al colchón rápidamente y el cansancio acumulado luego de semanas de dormir en el suelo se hizo presente.

•••

Harry despertó cuando la noche había caído ya sobre Londres, la luna llena iluminaba el estrecho lugar y comenzó a inspeccionarlo cuidadosamente. Su nueva cama estaba casi en medio de este, pegada a la pared de la derecha, habían unos cuantos botes de basura esparcidos y en el muro contrario al colchón había una puerta de la cual se había percatado por los gritos que salían detrás de esta.

Asustado, el chico volteó hacia Niall quien seguía sin inmutarse, mientras los gritos se acercaban más y más a ellos, Harry se veía más conmocionado que antes. Levantó rápido a Niall, quien se quejó aún inmerso en sus sueños.

La portezuela se azotó fuertemente y el rizado saltó por el gran estruendo, se movió de inmediato y puso a Niall justo atrás de él, usando su cuerpo como escudo con el fin de protegerlo de cualquier cosa que estuviera sucediendo.

Electra Heart  | ♡Larry Stylinson♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora