«Capítulo 1»

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Una vez más había una carta anónima en su casillero. Esto venía sucediendo desde las últimas tres semanas, y Jeon Wonwoo no tenía la más mínima idea de quién podría estar enviándolas. Al parecer, el emisor pretendía que todo siguiera de esa manera, puesto que nunca daba pistas acerca de su persona. Solo un código. Hasta ahora, lo único que había podido concluir era que su admirador secreto era menor que él y que era un chico.

Wonwoo suspiró y metió la carta dentro de su mochila mientras se dirigía a la primera clase del día. A mitad de camino se le unió su mejor amigo de hace años, Wen Junhui.

—¡Buenos días! —dijo con entusiasmo el de cabello castaño claro.

Hacía poco se lo había teñido de ese color y el más delgado se divertía cada vez que veía a su amigo tratando de escapar de los retos y regaños del inspector del instituto. Hasta ahora, venía logrando escabullirse y era ya la cuarta semana con ese color, pero él estaba casi seguro de que el inspector terminaría rindiéndose antes de atraparlo.

—Buenos días, Junhui —respondió con una sonrisa el chico más delgado—. Así que volviste a escapar —comentó, y su amigo le regaló una sonrisa mientras alzaba los pulgares.

Ambos estallaron en carcajadas en lo que seguían avanzando por el pasillo hasta llegar a su respectiva clase.

—Y... ¿Te llegó otra? —preguntó el teñido refiriéndose a las misteriosas cartas que recibía su amigo cada día.

Wonwoo le había contado todo a su mejor amigo con la esperanza de que pudiese ayudarlo; pero aquel que dijo que dos cabezas piensan mejor que una, estaba completamente equivocado o por lo menos, aquel dicho no se aplicaba a su caso.

—Sí —dijo extendiéndole la carta—, y antes de que me preguntes: No. Aún no sé quién puede estar enviándolas.

Junhui se sentó en su lugar, leyó la carta con atención y se la devolvió. No tenía la más mínima idea de quién las escribía y aún no habían podido dar con ningún "sospechoso". Por supuesto, esto no era porque no lo hubiesen intentado, sólo que sus planes para averiguar la identidad de dicho admirador habían resultado infructuosos. La última vez que planearon algo, llegaron más temprano para ver quién era la persona que depositaba los sobres en el casillero. Esto los había llevado a que era un alumno de un curso más bajo que ellos, pero según lo que éste les había dicho, las cartas llegaban al buzón de su casa junto con una nota que especificaba que fuese entregada a Wonwoo. Aquel estudiante no era cualquier persona, sino que era uno de los mejores de la escuela y todos lo conocían.

¿Su nombre? Kim Mingyu. Un chico alto, muy apuesto y el 90% de las chicas del instituto lo pretendían, pero tenía fama de ser cortante con las personas que no fueran amigos suyos.

—Lo que aún no entiendo es por qué Mingyu no te las entrega en persona —se apoyó sobre su pupitre—. No es como si no se cruzaran en los pasillos.

—No sé, tal vez le parezca molesto —dijo Wonwoo, sacando de su mochila el libro de Historia Universal.

—Si ese fuera el caso, podría no entregártelas. Después de todo, no es su obligación, a no ser... —dejó la frase colgando.

—A no ser... ¿Qué? —preguntó Wonwoo intrigado. Si su amigo había pensado en algo, quería saber qué era.

—¡A no ser que sea él quien las escriba! —Junhui apuntó hacia el techo como si hubiese descubierto América.

Los alumnos presentes voltearon a ver, pero al notar que se trataba de ellos, volvieron a sus actividades.

—Te das cuenta de que lo que estás diciendo no tiene sentido, ¿No? —lo miró como quien mira a un loco—. Estamos hablando de Kim Mingyu. Jun, por favor, no seas tonto.

Secret Admirer ➳ MeanieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora