Despertar

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Kaled

Los meses pasaron, para ser exactos ocho meses, los ocho meses más largos de mi vida, ocho meses que puedo resumir en trabajo, lamentos e ir a la clínica a ver a Leonie, no mejoraba ni empeoraba, se mantenía siempre igual hasta que dejé de preguntar y perdí las esperanzas de que ella despertara algún día.

Era un día normal como cualquier otro, salí de la oficina y fuí al mismo restaurante de comida rápida que iba todos los días a almorzar, luego de pedir mi comida, me senté y comencé a comer, mi teléfono sonó y fruncí el ceño al ver que el ID presentaba el nombre de Tyler, trague y contesté.

– ¿Tyler? – Pregunté con el ceño fruncido, era muy extraño que él me llamara.

– Despertó.

Tosí atrayendo la atención de varias personas en el local, tomé un poco de agua y fruncí el ceño.

– ¿Quién despertó, Tyler?

– Leonie– podía notar que su voz estaba cargada de emoción.

Llevé una mano a mi rostro tapando mis labios los cuales estaban abiertos por la sorpresa, Leonie había despertado, ocho meses después ella había abierto sus hermosos ojos otra vez.

– Voy para allá– susurré y me levanté colgando el teléfono.

Salí y troté hasta mi auto, lo encendí y conducí lo más rápido que pude, incluso crucé varios semáforos en rojo. Me estacioné y entre a la clínica, en la sala de espera pude ver a mi suegro y a mi cuñado.

– ¿Qué pasó?– pregunté apenas llegando.

– Despertó hacen dos horas, el doctor nos llamó de inmediato y Margaret está con ella– susurró Leonel, su padre mientras se movía ansioso.

Luego de un buen rato salió mi suegra, aún estaba llorando mientras sonreía, ella y Leonie se parecían en ese aspecto, eran muy sensibles.

– Puedes entrar a verla, pero hay algo que debo decirte antes.

– Claro– asentí y nos alejamos de los demás sentándonos en un banco vacío.

– Ella no recuerda nada, ni siquiera sabía su nombre cuando despertó. El doctor dijo que es por el daño cerebral y que su memoria puede volver dentro de dos días, años o tal vez nunca vuelva– susurró.

Ella había olvidado todo, era como una hoja en blanco, no recordaba cuando nos conocimos, nuestro noviazgo, nuestra boda, nada.

Traté de verlo por el lado positivo ya que no recordaría lo que pasó con Sabrina pero no servía de nada, hubiese preferido que me matase a que no me recordara, era un completo extraño para ella a pesar de que yo sí conocía cada parte de ella,

Solté un suspiro pasando una mano por mi rostro, la situación era muy delicada, sabía lo terca y desconfiada que podía llegar a ser cuando no conocía a alguien. Solté un bufido al recordar una frase de un programa que encajaría perfectamente en esta situación. Era como si el doctor me hubiese dicho:

Mi trabajo ha terminado pero el de ustedes acaba de comenzar.

– Yo...– suspiré – Entiendo la situación y ayudaré lo más que pueda, no la voy a forzar ni nada pero por favor déjeme tratar de arreglar las cosas. La amo.

Ella sonrió tierna y puso una mano en mi rodilla, teníamos una buena relación, la señora Brown siempre me había tratado como un hijo más desde la primera vez que fui a su casa.

– Cariño, trata de arreglar las cosas con ella, no le ocultes nada, no querrás ganarte su confianza a base de mentiras, ¿O sí?

Negué, si algo Leonie odiaba eran las mentiras, ella peleaba hasta por una mentira piadosa, era una fiel creyente de que ninguna excusa era válida para mentir.

Falling in loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora