Cuando impera la ley del más fuerte, quienes posean los mejores recursos de destrucción, ellos tendrán el poder. Ellos serán los amos del mundo; darán ordenes unilaterales a todo el orbe.... y quien no cumpla será fuertemente sancionado, aislado, y declarado enemigo. Pues, ya está sucediendo. Y, lo que es peor; los más poderosos no permiten ni aceptan que otros se empoderen, a menos que sean sus "amigos".Frente a una posible confrontación global se construyen verdaderos bloques de países aliados y de países no alineados (ya ha ocurrido anteriormente, dos veces). Muy pocos son los países que procuran mantenerse neutrales. En una gran conflagración todos tienen mucho que perder; se sabe cómo comienza una guerra, pero nunca cómo terminará. La historia ya nos mostró lo que ocurrió en la Primera y Segunda Guerras mundiales.
En el presente, dadas las condiciones y el arsenal convencional y nuclear acumulado en los países más beligerantes, la capacidad de destrucción y precisión supera todas las expectativas para convertir el planeta en un infierno. El poder militar está en juego. Peor aún, se ha transformado en una obsesión. El mundo está políticamente dividido. Hay fuertes alianzas estratégicas y de compromisos de colaboración. Se forman bloques motivados por intereses comunes, y cada bloque se sientes muy bien preparado para repeler al enemigo. Disuadirlo, mejor dicho. Y el mundo queda en vilos, pues nadie quiere verse involucrado en batalla alguna; no al menos los civiles. Lamentablemente ya está ocurriendo en países como Afganistán, Libia, Irak, Yemen, Arabia Saudita, Siria, Israel, Palestina, Estados Unidos, etc. Si esto sigue así, estaremos a punto de presenciar todo un nuevo Orden Mundial. Es una lucha de poderes; quien logre dominar manejará al mundo, política y econòmicamente. Todo ello llevará a nuestra Humanidad a un punto sin retorno. Los líderes mundiales lo saben, y son muy cautelosos. No obstante, un simple error podría ser la chispa que encienda al mundo. Es imposible retroceder en la carrera armamentista; las naciones más "civilizadas" no paran de construir y acumular bombas, misiles balísticos y arsenales cada vez más letales. Dicen que así se sostiene la paz. Que el poder de las armas ayuda a contener actos beligerantes. Y que una poderosa demostración de fuerzas letales, es un muy buen mensaje disuasivo. Puede que el miedo al enfrentamiento nuclear sea la contención necesaria para no llegar a desatar una guerra catastrófica. Ningún afán de poder justificaría la autodestrucción. Pero los errores ocurren... Los líderes pueden tomar malas decisiones y... ya no habrá tiempo para las excusas. Al menos no, si se trata de errores misilísticos nucleares. El peligro es real, muy real. Y lo peor del caso es que no son los militares los que toman las decisiones para actual con todo o parte de la maquinaria bélica. Son los políticos, los integrantes del parlamento y los integrantes del poder ejecutivo, con su Jefe de Estado a la cabeza. Sin importar si el gobierno de turno sea de derecha o ultraderecha, o bien izquierda o de extrema izquierda. No es fácil entender a los políticos cuando ya han tomado las riendas del poder. Hay varios líderes mundiales dignos de profundos estudios de comportamiento, temperamento y... el uso de la mentira como estrategia oficial.
El mundo no podrá revertir el nivel de agresividad. Ya no. Hace tiempo se firmaron serios acuerdos en pro de mantener y preservar la paz mundial. Hoy..., nadie los respeta. Escasamente se respetan los acuerdos y resoluciones aprobados en la ONU (Organización de Naciones Unidas), que naciones con veto tienen la capacidad de dejar nulo un acuerdo importante.
Por otra parte (con la tecnología de punta) los ciber ataques ya son una realidad altamente invasivos y tremendamente complejos. La guerra comercial también ya es una realidad. Nuestra Humanidad se desploma vertiginosamente. Y el espionaje es cada vez mayor; riesgoso sí, pero altamente eficiente.
Así está el mundo; y nos encaminamos a otro un poco más competitivo, más agresivo, con una sociedad mucho más estresada. Pero..., los seres humanos somos muy adaptables y estaremos a la altura de las circunstancias.
Ciertamente nadie quiere que su planeta, su mundo, se vea convulsionado por una caótica situación cuasi apocalíptica. De ninguna manera. Pero las condiciones están dadas. Y, ni el mismísimo Santo Padre logra calmar las partes en disputa, ¿ logrará hacerlo una entidad divina? Creo que no. O, tal vez, sí. Es cuestión de fe.
¿Logrará hacerlo un virus desconocido que ponga en jaque al mundo entero? Pues sí, un enemigo invisible... sí puede. Y ese es el tremendo poder de la pandemia. Luego de eso.....un mundo diferente.
A continuación, La luz al final del túnel, es el último capítulo de este ensayo sobre EL PODER.
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HUMANIDAD SIN RETORNO. Domingo Arturo Canales.
De TodoEl PODER es como un hoyo negro; hambriento, sediento; engulle todo, insaciablemente. Y, el afán de PODER no es menos destructivo. La política y la religión han generado discrepancias sociales que, a lo largo de la historia, se han convertido en sang...