HUMANIDAD SIN RETORNO. Domingo Arturo Canales.

La luz al final del túnel

No todo puede ser tan negativo ni tan malo. Se dice que los momentos de crisis ayudan a fortalecer a quienes la experimentan (a quienes la sufren). Por lo general las grandes crisis causan un efecto dominó que afecta en su caída a muchos, por muy lejos que estén. Pero, pensemos en positivo; confiemos en que una nueva generación de líderes mundiales podría crear un nuevo orden global, menos agresivo y más justo; donde no haya naciones que se sientan los dueños del mundo, actuando a su entera conveniencia. Una generación de líderes capaces de crear una nueva Organización de Naciones Unidas (ONU), donde sí se les dé solución a los problemas internacionales. Crear una nueva Organización Mundial de Comercio (OMC), que sí controle y sancione las malas prácticas de los países más poderoso. Crear....una nueva Organización Mundial de la Salud (OMS). En fin, suena muy utópico todo esto, pero si no se cambia pronto.........., será demasiado tarde para intentarlo. Frente al cambio climático, lamentablemente, ya nada se puede hacer. Somos meros testigos del poder de la Naturaleza. Somos simples e impotentes observadores de cómo el planeta se nos escapa de las manos. Y no le echemos la culpa al exceso de gas carbónico en el aire ni a la contaminación de los mares. Es algo mucho mayor, es algo cíclico que ocurre aproximadamente cada siete a diez mil años, según los científicos expertos en geología y materias afines. De hecho, la meteorología cósmica, que analiza el comportamiento de las manchas solares y las tormentas causadas en la superficie del sol, tienen claro cómo nos afectará aquí en el clima de la tierra. Lamentablemente ya las noticias no son para nada buenas. Con una radiación solar extrema de +11 (sin tregua) es brutal. Si no nos cuidamos, el riesgo de cáncer a la piel será muy alto. Pero lo peor......el poder de una incontrolable pandemia, que donde estemos, en algún momento nos llegará.  

¡CoVid-19!     Destruye sociedades con una velocidad vertiginosa; mata cientos de miles de seres humanos en todo el planeta; como consecuencia, la actividad  económica se  derrumba estrepitosamente.........y millones de personas ya están perdiendo sus fuentes laborales y sus empleos. La recesión económica mundial se dejará caer de forma brutal. No sabemos, a ciencia cierta, qué sucederá

Quizá volvamos a refugiarnos en cavernas. Tal vez corramos a los túneles por donde se desplaza hoy el tren subterráneo. No sé. Quizá desde ahí observemos una potente luz al fondo del túnel, mil veces más poderosa que la luz del sol. Y quizá sea lo último que veamos. Otros verán cómo las catastróficas inundaciones irán modificando la geografía conocida. Frente al poder de la naturaleza cambiante nada se puede hacer. El calor excesivo en un hemisferio, y las gélidas tormentas de nieve en el otro nos obligarán a ver... más allá del túnel.

No obstante; vivamos el presente como si fuera el último día de la Humanidad. Vivamos el "hoy". Y mañana hagamos lo mismo. Seamos felices mientras podamos. Pensemos positivo. Y que sea lo que la Naturaleza quiera. Y, quienes quieran disputarse el poder, que lo hagan, afrontando las consecuencias y calculando los riesgos de perderlo todo. Y el que nada tiene que perder, pues adelante... bien podría se un escaso sobreviviente: Un hombre de las cavernas; muy bien preparado para sobrevivir y comenzar de nuevo...........en una nueva Edad de la Piedra. Escribiendo y haciendo dibujos en los muros de las cavernas, tratando de demostrar su capacidad artística y comunicativa. Y se repetiría la historia. La historia de cómo aparecieron las primeras civilizaciones, emergiendo de las cavernas, muy aparentemente primitivos pero con la experiencia de sabios habitantes capaces de reconvertir y reinventar una civilización en ruinas. Sí, en ruinas, después de haber llegado a un altísimo desarrollo tecnológico y social. Después de... haber logrado crear un letal virus que supo...como escapar, propagarse y atacar.