8.

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JOSHUA HONG

Quito de encima a ese maldito idiota que le quiere hacer daño a Jeonghan. Nadie puede tocarlo.

Me le voy encima y lo golpeo hasta que mis manos están manchadas de su sangre, lo mataré por haber tocado lo que es mío.

Cuando miro que se encuentra inconsciente lo dejo de golpear.

Me levanto sin ningún remordimiento y voy hasta donde esta Jeonghan, El cual se encuentra mirando el cuerpo de ese hombre.

Lo levanto del suelo y siento ganas de acabar con él al notar que tiene la camisa rota.

— Ya saben donde llevarlo — Hablo a unos de mis hombres.

Llevo a Jeonghan en brazos sin decir nada hasta llegar a nuestra habitación. Lo siento en la cama mientras voy a el baño y le preparó la tina.

— Lo mataste — Murmura cuando llegó a su lado.

— No, aún — Digo con los cuentas apretados.

— ¿Lo harás? — Inquiere inseguro.

— Se atrevió a tocarte, nadie puede hacerlo solo yo — Afirmo — Eres mío —.

Intento tocar su cara pero voltea el rostro.

Eso me enoja y mucho, le he dado su tiempo y espacio estas semanas pero me sigue tratando como la mierda.

Me pertenece y ya estoy cansado, yo puedo tocarlo y hacerle lo que quiera. Porque es mío, además tengo que borrar cualquier rastro del maldito que se atrevió a poner un dedo sobre él.

— No debes alejarte nunca si quiero tocarte — Informo irritado.

Me mira sin decir nada.

Molesto por su estúpido comportamiento me pongo sobre él, al parecer no ha entendido que yo soy quien decide entre nosotros yo soy su maldito dueño.

— Sueltame — Me acercó a sus labios.

— Estoy harto de esta situación, si yo quiero follarte lo hare y tú no harás nada, si quiero besarte tú me corresponderas y si quiero tocarte tú no te alejaras, eres mío — Indique.

Siento como escupe en mi cara.

Suelto una risa burlona antes de golpear su cara con mi puño.

— Hijo de puta — Musita adolorido.

— Dejo que tengas tiempo para ti y olvidas quien soy, hace falta que te lo recuerde —.

Quito lo que queda de su camisa a pesar de sus esfuerzos para que no lo haga, cuando lo tengo desnudo del torso meto a mi boca uno de sus peones.

Lo muerdo sin importar sus gemidos de dolor.

— Alejate de mi — No deja de moverse, si tan solo así se moviera cuando estoy dentro de él.

Puse mis labios al lado de su oreja mientras apretaba sus pezones entre mis dedos.

— Solo dejate llevar, pero si no lo haces por mi puedes gritar y llorar todo lo que quieras — Murmure cansado.

Besé y mordisqueé el lóbulo de su oreja mientras seguía pellizcando sus pezones haciendo que se retorciera debajo de mi.

Sentí su cuerpo temblar mientras bajaba besando por su hombro hacia su pecho, mi mano acariciaba su cuerpo sobre su estómago.

Adentre dos dedos dentro de su ano, caliente y un poco húmedo, con mi pulgar manipulaba la punta de su botón hinchado mientras lo follaba con mis dedos.

Perversa obsesión [Jihan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora