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YOON JEONGHAN

Estos últimos días han sido de lo peor.

Tener que fingir que aceptó la vida que Joshua impuso para mi. Creo que por ahora lo he convencido.
Jamás aceptaría algo asi, aunque estuviera enamorado.

Joshua esta demasiado jodido.

Pero debo hacerle creer que aceptó todo, hasta que pueda encontrar la manera de poder escapar.

Pienso cual puede ser mi siguiente movimiento mientras observo el techo de la habitación, estoy cansado de estar en el jardín y de recorrer la casa pero me da miedo salir con él fuera y que me pida algo a cambio.

Por estar perdido en mis pensamientos, no me doy cuenta de que entró en la habitación hasta que siento como se acuesta a mi lado en la cama.

Me tenso pero no hago ningún movimiento brusco.

— Creí que estabas en el jardín amor — Me dice.

— Estoy cansado — Respondo cerrando los ojos.

— ¿Acaso te sientes mal amor? — Pregunta intrigado.

— No, solo quiero dormir  — Añado.

— Bueno, te vine a decir una buena noticia — Inquiere — En unos días va a venir un profesor para que puedas aprender italiano —.

Quisiera decirle que no quiero aprender nada que me recuerde a él, que se puede ir al maldito infierno. Pero no lo hago.

— Que bueno — Intento parecer feliz.

No me responde, pasa su brazo por mi cintura para acercarme a su cuerpo, siento como se acerca para besarme. Le sigo el beso cuando en realidad siento asco de todo.
Se separa para bajar los besos hasta llegar a mi cuello.
Intento separarlo pero no logro hacer que me suelte, mi respiración se acelera sin saber que hacer.

— De-tente — Quiero que pare.

— Espere tantos años por ti — Asegura — Y ahora que te tengo no quieres que te toque —.

— ¿Años? — Musito confundido.

— No me recuerdas — Comenta mientras me mira.

Niego con la cabeza sin dejar de observar sus ojos.

— Tenías 17 años, desde que te ví no saliste de mi mente ese día que llegaste al aula de clases para dejarle una libreta a tu hermano, te observaba por el poco tiempo que estuve dando clases en tu instituto y cuando deje de ir te seguí espiando — Mierda — Contrate gente para que te cuidare y me mantuviera informado de todo lo que hacías mientras yo estaba aquí en Italia preparando todo para cuando estuvieras aquí conmigo —.

Maldito enfermo. Me arrepiento de ese día, él siempre fue esa sensación de que alguien me miraba. Nunca fue una paranoia mía.

— Era tan solo un niño — Murmuro.

— No lo parecias amor, te veías mayor — Confiesa — Pero porque eras un niño te deje tener una vida normal, claro hasta que llegó el momento de estar juntos —.

— Estas mal — Suelto sin poderlo evitar.

— Yo no lo veo así, porque si lo estuviera desde los 17 años te hubiese tenido a mi lado, te habría hecho mío antes de tus 18 —.

— Sueltame, por favor — Pido.
— Siempre has sido mío — Réplica.
— No lo soy — Susurro.
— Lo eres, solo falta que tú lo aceptes — Me dice.

— Quiero estar solo — Informo.

— Y yo quiero hacer el amor contigo — Me tenso.

— No es-toy preparado  — Me excusó.

Perversa obsesión [Jihan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora