El comienzo

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Lux:
Una joven de cabello rubio y ojos azules, carismática por naturaleza había sido asignada a un nuevo convicto, las cárceles de demacia estaban repletas de magos principalmente.

Esto la angustiaba terriblemente, la idea de que si alguien se enterara de su magia le crearia grandes problemas, en parte fue a ayudar para servirle a la corona, su hermano le había insistido varias veces que ayudará en algo, así aliviaría su carga

Le asignaron cuidar de un preso, el preso condenado a cadena perpetua se ubicaba en las celdas de máxima seguridad, no habría riesgo solo tendría que alimentarlo y en el mejor de los casos charlar con el, esto serviría para pasar el rato pensó alegremente

El par de guardias que vigilaba la entrada le dijeron el camino, aunque se ubicaba en el recinto de máxima seguridad solo había un prisionero, el prisionero al que debía alimentar.

Camino por los pasillos, había un aire de misterio, silencio y soledad algo bastante deprimente para su gusto

Sus pasos hacían un eco que rompían abruptamente el silencio.

Cuando llego a la celda habia una rendija, la abrio y saludo al convicto

Lux: ¡hola! De ahora en adelante te alimentare mi nombre es Lux, ¿Cuál es tu nombre?

(Al no recibir respuesta al cabo de 2 minutos le entrego la comida en una bandeja)

El convicto comió, no le parecían importar las palabras de Lux

Esto enfado un poco a Lux,ya se sentía algo angustiada y esto no mejoraba la situación, intento preguntarle de nuevo

Lux: ¿Cuál es tu nom-

Sylas: Desperdicias tu tiempo niña

Esto enfado aún más a Lux pero no tenía nada más que hacer, así que tenía que tener una excusa para no tener que realizar alguna otra tarea

De repente Sylas respondió:

Sylas ese es mi nombre

Al ver que Sylas parecía querer hablar Lux se emocionó un poco, Sylas se acercó un poco a la luz que traspasaba por la rendija en eso Lux pudo verlo mejor, un hombre alto con gran musculatura a pesar de su encarcelamiento, su cara estaba descuidada y tenía ojos de pocos amigos, sus brazos estaban atrapados en unas cadenas doradas, posiblemente de petricita

Sylas le entrego la bandeja

Sylas: te ves algo preocupada dijo con un tono burlesco, ¿Ahí algo que ocultes? Ah verdad la nobleza no tiene ese tipo de problemas

Lux sintió un profundo temor no es posible que supiera ¿o si?

Sylas: hace tiempo que no veía a otro mago

Lux entro en pánico tomo la bandeja y salió caminando rápidamente para no levantar sospechas de los guardias

Sé quedó reflexionando es su cuarto toda la noche

Sylas en cambio se había divertido hace tiempo que no realizaba interacción social con nadie

Paso un día, Lux se armó de valor y decidió confrontar al convicto, no le habían dicho nada, los guardias no la miraban raro ni le decían nada, esto le extrañaba, ¿nadie sabía de su secreto?

Llego a la celda con comida y abrió la rendija

Sylas: No esperaba que volvieras niña, parece que te inquiete ayer.

Lux: ¿D-de que hablas?

Sylas: por favor niña puedo sentir la magia en ti, no me puedes engañar

Lux: ¿Puedes guardar el secreto?

Sylas: Claro, hace tiempo que no me trataban amablemente, puedes confiar en mí

Lux: ¿y.... Porque estás aquí?

Sylas prosiguió a contar su historia, historia de su tiempo como cazador de magos de como encontraba a su misma gente para encerrarlos, el accidente que asesinó a sus mentores y causo su encarcelamiento de por vida

Lux parecía algo triste, no creía que alguien pudiera vivir tales experiencias

Sylas: no te preocupes, han pasado 15 años desde entonces, pero aún así mi conciencia es taladrada por el pensamiento de haber arruinado a mi gente, de haberlos metido en calabozos, nunca me perdonaré

Sylas estaba centrado en escapar, no se pudriria en esa celda, cuando vio a Lux vio su salida

Lux: ya que eres mago.... ¿Podrías ayudarme a controlar mi magia? Por favor

Sylas: bueno, no todos los días encuentras un oyente

Eso hizo que los ojos de Lux se iluminaran, podría al fin controlar su magia, deseo que tenía desde hace años

Paso el día, Sylas le daba consejos y hablaba de sus antiguos gustos y Lux hacia lo mismo

Así pasaron varios días, En un punto Lux le empezó a traer libros, libros que leía a veces con él para que no se aburriera, mientras que Sylas le ayudaba a controlar su magia

En un punto Lux le trajo un tomo muy importante y prohibido que hablaba completamente de las propiedades de la petricita.

Los demacianos creían firmemente que la petricita anulaba la magia pero en realidad la petricita la absorbia, sabiendo esto, Sylas solo en su celda río, ante su ignorancia ya tenia lo que necesitaba.

Sylas, Cadenas RotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora