Sylas, Cadenas Rotas

El bosque

Avanzaban rápidamente, los ciudadanos demacianos huían  al verlos, a veces se cruzaban con gusrdias, pero eran asesinados por el grupo de Sylas que eran 24, ellos lideraban el grupo, pasaron aproximadamente 46 minutos.

Ya estaban en los muros.

Los calculos de Sylas estaban en lo correcto, debido al sorpresivo ataque y la subestimación que le habían dado, causo un gran pánico entre la nobleza.

La nobleza sabía que no podría haber una revolución por ahora, solo los habían tomado por sorpresa, algo que no volvería a pasar.

Los soldados de las murallas habían oído rumores del grupo de convictos que se había fugado pero por ahora nada era oficial, ellos no veían nada, hasta que al cabo de un rato vieron una gran cantidad de personas viniendo de una de las avenidas principales.

La formación de la muralla consistía en varios Ballesteros y un grupo de soldados armados con picas, ambos eran comandados por un único general, el general Devlian.

(Los Ballesteros tomaron posiciones)

Los soldados con picas se dispusieron a bajar, Sylas sabía el peligro que corría, tenía a demasiada gente, mucha moriría, gente en pésimas condiciones que apenas un puñado de ellas sabía pelear o controlar su magia, además el no se sentía muy bien, tenía las heridas aún de los virotes que Quinn le disparó y los golpes que Garen le dio lo debilitó bastante

(Los Ballesteros tensaron sus ballestas)

(El general Devlian apareció en lo alto de la muralla)

Devlian: Señores, nos han llegado noticias del alto mando, este grupo no debe pasar las murallas.

(Devlian mando un emisario hacia Sylas)

El emisario llego, eran 7 soldados uno de ellos les dijo que si se rendían no los matarían, vivirían vidas plenas, Sylas se enfado, se burlaban en su cara, era seguro que los ejecutarían después de ser capturados.

Sylas hacia tiempo, los Ballesteros tenían tensadas sus ballestas, dispuestos a disparar a la más mínima muestra de hostilidad.

De repente uno de los Ballesteros dió un grito de dolor y cayó al suelo, los hombres de Sylas había llegado, eran unos 30, pero serían suficientes, aprovechando la distracción, un grupo subió con escalas para eliminar a los Ballesteros, los Ballesteros salieron de sus posiciones dispuestos a repeler le ataque.

Los hombres de Sylas fueron a pelear con los soldados armados con picas, algunos de los ex convictos también se unieron, Sylas en cambio se sentía débil, mucho más débil que de costumbre, así que decidió mantenerse al margen, pero el tendría que matar al capitán, que sin vacilar había sacado un sable y comenzó a matar a sus hombres, los soldados con picas habían muerto, ahora tendrían que subir a las murallas y bajar por las escalas.

Una vez arriba Sylas se encontró al general Devlian, tenía el cuerpo ensangrentado junto a las manos, al parecer había recibido un espadaso en el abdomen, el ya había matado 23 hombres, estaba viendo el último hombre que había matado cerca del borde.

Sylas aprovecho, corrió rápidamente y le dió una patada en la espalda, esto empujó al general Devlian al borde de la muralla, se tropezó con su pie y cayo, Sylas observó la escena, el general había caído de al menos 14 metros, Sylas pudo ver su rostro, Devlian tenía una expresión de pánico, paso 2 segundos y se escucho un golpe seco, empezó a brotar sangre de la cabeza de Devlian. Sylas lo miro unos segundos y dió la orden de bajar por las escalas.

La gente bajo y luego Sylas dió la orden de ir al bosque, habían pasado 3 horas caminando y en un punto decidieron hacer un campamento,

De 234 habían pasado a ser 198 personas y también tenían 7 más que eran los hombres que habían subido por las escalas, Sylas se sintió débil, vio a su prisionera: Quinn, ella estaba sonriéndole.

Quinn: ¿te sientes débil?

Sylas se dirigió a ella y le dió 2 golpes en la cara

Sylas: veo que me envenenaste

Quinn escupió sangre y continuo

Quinn: si, estás destinado a morir, ese veneno solo tiene un antídoto, ese veneno lo ocupe por venganza a Garen, disfruta tus últimos momentos de vida.

Sylas se alejó, al cabo de un rato abandonó el campamento y se adentro más en el bosque, de repente sus músculos cedieron y se desplomó bajo un árbol, estaba débil, moribundo, veía borroso, al cabo de un rato vómito cerca de ahí, apenas podía dar un paso, lo último que vio fue el bosque, sus árboles, el ambiente que daba.

Estaba apunto de colapsar cuando escucho unos pasos entre la hierba, la verdad ya no importaba, moriría de todas formas.

(En ese momento Sylas perdió el conocimiento)....

Estaba escapando de cuervos y un lobo, el lobo iba a morderle la cabeza cuando despertó

Despertó con una respiración agitada, pero después de un rato se tranquilizó y se mantuvo en silencio, veía su entorno era un pequeño claro, no sabía si era el lugar donde se había despertado o otro, se veían las primeras luces del amanecer, tenía un tono solitario en eso una voz le hablo:

?: Veo que despertaste

Sylas miro en donde provino la voz

Vio una mujer sentada al lado suyo,era una mujer que vestía de morado, sus labios eran morados, tenía piel pálida y lo miraba con una expresión triste.

La mujer continuo:

?: Te encontré tirado aquí, vi que estabas envenenado con un veneno de término medio, tuviste suerte de que tuviera un antídoto a mano Sylas .

Sylas: Gracias...

?: Mi nombre es Morgana, la verdad nunca creí que fueran reales los rumores, de que un hombre se hubiera revelado contra los falsos ideales de justicia demaciana, pero mírate aquí estás.

Morgana: Escuchaba tus lamentos, sentí tu angustia, pero ahora debo partir, siento no poder ayudarte, pero  esto no es por lo que estoy aquí.

Sylas: Gracias de todas formas Morgana.

Morgana: No agradezcas, yo debería estar agradeciéndote, pero gracias, tus hombres están en esa dirección.

(Morgana señaló una dirección que se perdía entre los árboles)

Hecho esto Morgana partió

Morgana: Suerte Sylas

(Morgana desapareció entre los árboles y la oscuridad)

Sylas fue directamente a la dirección que señalo Morgana, al cabo de un rato encontró el campamento, su gente lo recibió felizmente, creían que los había abandonado.

Sylas ahora se dedicaría a entrenar a sus hombres.

Quinn lo miro, parecía enfadada.

Ahora Sylas debería prepararse para el último golpe.