Capítulo 2.

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Sonó mi alarma a las 6:45 de la mañana, debía estar ahí a las 8 pero decidí levantarme temprano para no tener que correr y dar una mala impresión si llego tarde. Sentí los nervios en cuanto pensé en como presentarme ante todos, me puse a imaginar como sería si a nadie le caigo bien o si me congelo y no puedo bailar de los nervios. Ahg llevo años bailando ¿Por qué pienso esto?

Desayuné un plato de fruta con calma y fui a bañarme.

Cuando salí del baño me puse mi ropa de baile, mayormente consistía en pants cómodos con una playera sencilla que combinara con el pantalón, mis tenis los escogía de acuerdo a mi humor, hoy me sentía feliz así que me puse unos amarillos. Entre mi maleta busqué mi mochila y la saqué para empacar mis cosas que llevaré. Tomé una botella de agua de la cocina y lo metí a la mochila, metí una sudadera por si acaso y me cartera, busqué mis audífonos y los conecte a mi celular para escuchar música mientras camino, vi mi reloj y tenía 40 minutos para ir, según mis cálculos si no me distraigo llegaré en 25 minutos caminando por la misma ruta de anoche.

Me apure a salir y tomé las escaleras para bajar por que el elevador iba algo lleno esta vez. Al bajar me di cuenta que en la recepción no me encontré a Ana, tal vez no era su turno, salude a la chica con un buenos días y ella me respondió lo mismo.

-Tu debes ser la nueva residente.-dijo antes de que saliera por la puerta.

-Si, eso supongo.-dije dudosa.

-Soy la recepcionista de las mañanas, cualquier inconveniente aquí puedes decirme.-dijo amablemente.

-Gracias... Vital.-dije leyendo la placa con su nombre.

-Dime Mari, Vital es mi apellido.-dijo con simpleza.

¿Pero que tenían en este edificio con solo decir sus apellidos primero?

-De acuerdo... Mari.-sonreí-Debo irme.

-Bonito día... oh y bienvenida a LA.-dijo.

-Gracias, lindo día.-dije empujando la puerta para salir.

Sentí el golpe contra la puerta y un grito femenino. Demonios había golpeado a alguien con la puerta, bien hecho Daniela. Me apresuré a salir y vi a una chica que estaba en el suelo y su playera manchada de café. Me apresuré a ayudarla a levantarse, tenía un cabello con las puntas de color azul que llamaron mi atención, la chica era mas baja que yo y por su expresión supongo que estaba en shock... o enojada.

-Lo lamento, en serio perdón, no quise que... bueno te cayeras o el café se cayera en ti... perdón en serio.-comencé a ayudarla a levantarse.

-No, tranquila chica, yo no me fije en el camino igual...-dijo de forma comprensiva y aceptando mi ayuda.

-Te compro un café nuevo.- ofrecí.

-Tranquila, no pasó nada ¿okey?-rió.

-Es que si pasó, ahora tu camisa esta manchada con café.

-Calma, me pongo una sudadera en cima y listo, tengo que irme, lo siento.-se despidió la chica.

Dije adiós de un manera casi inaudible y vi como ella seguía su camino. Entré de nuevo al edificio para calmarme de la pena que tenía en esos momentos.

-Empieza bien tu mañana eh...-dijo Mari desde su lugar.

-Supongo que... si.-dije algo mas calmada.-Debo ir al trabajo.

-Cuidado como abres la puerta.-rió Mari.

Volví a salir a dirigirme para ir al estudio, con suerte aun tenía tiempo para llegar. Mentalmente me preparaba en como sería el primer día, tendré que hacer de este día uno mejor, me preguntaba como sería el cantante, tanto físicamente y laboralmente, no me gustaría que sea un engreído por que soy poco tolerante con gente así. Sentí mi teléfono vibrar y lo saque de mi bolso, era una llamada de Mario.

PERFECTLY PERFECTWhere stories live. Discover now