Siempre pensé que el día que muriera mi padre todo se solucionaría.
Mi madre siempre lo dijo 'el día que tu padre muera se irán esas cicatrices, no más golpes, ni llantos. Solo tú y yo, nadie más...
Pero después... sólo quedé yo.
Lastimosamente cuando un miembro de una pareja fallece y tienes un lazo en común, tú mueres un tiempo después. Todo el mundo lo sabía a excepción de mí.
Supongo que estaba muy chico para saberlo y mi madre prefirió tener un hijo ignorante, antes de decir la verdad.-¡Jungkook, ven aca! -- la voz de mi jefa aturdía. Era una señora omega de más de sesenta años que parecía nunca dormir. A pesar de que su doctor le había recomendado hacerlo, ella parecía nunca obedecer y pues bueno, mi trabajo era ver lo que necesitaba. Eso, al menos los fines de semana, ya que los dias de semana me dedicaba a trabajos de albañil o cualquier cosa que pudiera darme el dinero suficiente para mantenerme.
Porque sí, era pobre. Al parecer mis padres si me dejaron una herencia, pero una de deudas. Sin embargo he trabajado duro estos últimos tres años y he cubierto casi el ochenta por ciento de ello.
-¡Ya voy! -- quité mis zapatos viejos y llenos de barro para poder entrar a la sala. Si no, era seguro palmazo de la señora Yokani hacia mi. Al ingresar al lugar pude verla en su silla mecedora, acomodaba sus lentes y me miraba fijamente.
-Este día quiero que vayas donde los Min.
¡¿Qué? ¿ Pero qué mierda?! Ese lugar estaba hasta otro lado de la ciudad. Además como se suponía que vaya ahí cuando casi nadie iba porque se supone que tenían seis perros guardianes- Sí, los ricos y sus lujos- Ni siquiera sabía quienes eran. Decían que solo eran cuatro. Los señores y sus dos hijos y al unico que había logrado ver en mis veinte años de vida era al señor Min. Una vez que fui a la capital y casi me atropella en su coche. Ni loco iría ahí.
-... Y no se te olvide decir detalladamente lo que te dije. Sino haces lo que te digo te descontaré.
Mierda y más mierda. No escuché nada.
-Está bien señora Yokani, pero... ¿Podría repetirme lo que dijo? -- mostré mis dientes de manera avergonzada y la vi sobarse la frente mientras suspiraba y negaba con la cabeza.
[•••]
Mi boca estaba seca y el sol estaba quizá a cuarenta grados. Mi boina estaba sucia al igual que mi ropa y aunque eso no era nada nuevo me preocupaba el hecho de que iba a un lugar desconocido.
A un lugar de ricos con seis perros guardianes. Yo recordaba haber visto su casa alguna vez, pero jamas ingresar en ella o al menos haber puesto un pie dentro de sus terrenos. Ahora que estaba frente a una puerta enorme las piernas me temblaban y me sentía como un gelatina cuando ví el enorme y hermoso pasto que adornaba el lugar.
Entonces pude decir que nunca en mi vida había visto un lugar tan hermoso. Supe que el estúpido rumor de los perros era falso ya que no salió nada. A excepción de un peludo gato blanco que me saludaba mientras lamía una de sus patas.
La casa era enorme y aunque la fuente estaba funcionando el lugar parecía demasiado vacío, como si nadie habitara en ella. Aún así sacudí mis botas para quitar un poco el barro, lo cual fue en vano ya que la cerámica se ensució de alguna manera y me avergoncé de ello.
Respiré profundo y toqué el timbre con mi mano derecha, mientras que con la mano izquiera me aseguraba llevar en mi bolsillo el paquete que la señora Yokani me había enviando a dejar. Suspiré y fui paciente por los proximos cinco minutos hasta volver a tocar.
Rasqué mi cabeza pensando que quizá si estaba solo y tendría que volver. Después de todo ellos solo eran cuatro, era seguro que nadie estaría en esta enorme casa al menos yo me sentiría muy solo.
Y me puse también a pensar como era que cuatro personas fuesen a necesitar un lugar tan enorme para vivir. Bueno, yo no creo que me quejaría, pero supongo que después de tanto tiempo vacilaría sin continuar malgastando mi dinero en algo como eso.
Porque sí. Aparte de pobre era alguien muy analizador y precavido. Era un alfa muy honesto y feo. Sobre todo eso, muy feo.
Recordaba haber roto el último espejo que compré hace dos años y es por eso que traté de no pensar en mi físico. Sabía que tenía musculos y mi cuerpo estaba demasiado duro, pero vamos, quien se hubiera fijado en mí. Aparte que no tenía ningún interes en ningun omega. Ni siquiera en mis celos había necesitado de ellos.
Por la diosa luna, nadie querría un lazo conmigo. Solo piensen, alfa feo, pobre, con deudas y dos trabajos en los siete días de la semana. Soy el partido perfecto. O al menos eso es lo que pensaba.
Antes de que la puerta se abriera finalmente y entonces lo vi.
Todos mis pensamientos se habían ido a la mierda en ese segundo. Mi mundo se detuvo y mi lengua se congeló. Porque me había condenado y no me refiero a una condena cualquiera, sino una maldita condena, Yo Jeon Jungkook estaba enamorado, perdidamente enamorado.
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Solo un poco indecente [Kookgi]
أدب الهواةJungkook es un alfa pobre que se enamora perdidamente de un omega de clase alta, uno que es doce años mayor que él. ¿Amor imposible? Talvez. Nota: Las edades son cambiadas debido a la temática del fanfic. -•Contenido Homosexual. -•Contenido Adulto. ...