Se estaba convirtiendo en algo abiante,a donde fuera ahí estaba,me persiguió,casi me acosaba. Desde hace un mes lo tenía presente al menos 1 o dos veces al día, mínimo. Lo encontraba en listas de la compra,relojes,incluso los que estaban rotos,carteles,sumas numéricas...Me perseguía o yo lo buscaba,no lo tenía muy claro la verdad.
El 333 un número que te conecta con energías superiores y de luz. Estamos conectados ,todo es una red de la que formamos parte y una señal se me estaba presentando.
Era el momento, tenía que romper con la mochila de mierda. La fase del camello iba a ser totalmente erradica. Me despojaria así de aquellas cadenas infectadas de amargura y opresión. El verdadero ser se mostraría antes los ojos del mundo,comenzando así mi expansión.
Para ello necesitaba conectar con las energías lumínicas. Aquellas por las que incluso llegue a tener animadversión. Pero en todos hay una dualidad y yo sabia que mi cambino llevaba por el trabajo y manipulación de ambas energías,luz y oscuridad danzando al unísono. Por ello comencé a aumentar mi luz,solo trabajaría con ello. El universo me estaba mandando una señal,seria un idiota sino le hiciera un mínimo de caso a aquella inmensidad todopoderosa.