I. T O M M Y

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|Tomás Omarino|
|Esta historia se basa en el universo de Vendetta|

— ¿Entonces qué quieres ser, Tomás?

Miraba por la ventana del gran edificio, donde las luces de las calles, apartamentos y autos que iban y venían por las calles, se veían como unos puntos en la oscuridad de la fría noche.

Tomás guardaba silencio contemplando la vista nocturna, pensando en qué responder ante esa pregunta.

—Quiero ser la adrenalina que corre por tu cuerpo —Respondió finalmente —No quiero ser el miedo de saber que hay probabilidades de morir, tampoco ese cosquilleo de inseguridad, quiero ser esa adrenalina que te deja deseando por más —Se giró para verme a los ojos acercándose lentamente haciendo que mis latidos aumentaran con cada paso que diera.

—Entonces demuestrame que tanto lo deseas —Dije viendo cómo sus ojos no se apartaban de los mios.

Su mano viajó a mi mejilla, acercándose aún más, cortando poco a poco la distancia, su mirada bajó rápidamente a mis labios.

Esta vez fui yo quien tomó la iniciativa cortando la distancia entre sus carnosos y deseosos labios y los míos, mis manos fueron subiendo por su pecho, sobre la suave tela suave de su camisa blanca.

—Voy a demostrartelo todos los días, para que te quede claro... —Murmuró —Que cada vez que te haga mía, seas capaz de sentir esa adrenalina, que seas capaz de sentir lo mismo que siento yo... —Bajó su mano a mi mentón y levantó mi rostro —Y que no sólo sientas que te pertenezco, sino que tu y yo seremos las personas más poderosas estando juntas.

Besó mis labios nuevamente, posando su otra mano en mi cintura descubierta.

Lo último que se pasó por mi cabeza era el hecho de que tenía que sacarle información, su tacto me hacía enloquecer, y ahora sus besos me hacían desear más.

Llevaba un año esperando saber qué se sentía besar sus labios rosados, y ahora no quería dejar de besarlos.

No quería que se alejaran.

Y no quería que alguien más los besara.

Sabía que estas emociones me iban a jugar en mi contra en un futuro, y que no sólo yo saldría con el corazón hecho añicos.

—Te deseo...—Admitió —Desde que te vi bajando esas escaleras con ese vestido color vino...

Fue bajando sus besos hasta llegar a mi cuello —No es por querer cortar la nota, pero menos charla y más acción.

Y como si esas palabras le dieran la autorización que estaba esperando me tomó de la cintura y me levantó, enrolle mis piernas en su cadera, sintiendo como el mínimo roce de nuestras zonas intimas me hacía estremecer entre sus brazos.

Jugué con su cabello, desordenándolo y enredando mis dedos en el.

El castaño comenzó a caminar a ciegas hasta dar con la puerta de la habitación, tropezándose en el transcurso.

—Una vez que entremos a esa habitación no pienso detenerme,... —Murmuró a escasos centímetros de mis labios — ¿Realmente deseas hacer el amor conmigo? —Acarició mi espalda lentamente, produciendo un escalofrío en aquella zona.

—Realmente lo deseo —Respondí besando sus labios.

Tal vez para él era hacer el amor, pero para mí era algo diferente.

—Acuestate con él si es realmente necesario —Dijo desesperado —Pero necesito que le saques toda la información que necesito...

¿Realmente iba a tener solamente sexo con él?, ¿estaba dispuesta a traicionarlo luego de todo esto?, ¿estaba sintiendo algo verdadero por Tomás?

One Shots |Jordi Wild|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora