I. O H , V E N E C I A

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|Pedido de kill-ian |

Oh, Venecia.

Tan radiante como las llamas del fuego y a la vez tan fría como el invierno.

Me sería imposible seguir el transcurso de mi vida sin siquiera escuchar tu dulce voz, sin tocar tu suave piel, sin verte sonreír.

Siento que soy afortunado por tenerte, llegando a ser un completo egoísta por poseerte y casi hacerte mi prisionera, pero no entiendes que hay personas que te pueden lastimar, Venecia.

Sólo trato de protegerte, cuidarte, amarte.

No obstante, nunca pensé que mis acciones podrían herirte, lastimarte.

Y a pesar de todo eso, seguimos juntos, porque somos el uno para el otro, vivimos por nosotros y moriríamos nosotros.

Tú y yo somos almas que fueron destinadas a estar juntas.

Bendito fue el día en que te conocí en aquella tarde en el café, querías que te notara, que te conociera.

Oh, Venecia.

Hago esto por nosotros.

Te removiste en el asiento incómoda, frunciste el ceño tratando de seguir durmiendo, pero tus hermosos ojos se abrieron, parpadeaste un par de veces y te reincorporaste en tu asiento.

— ¿Cuanto falta? —Preguntaste, seguías cansada y era entendible, nos habíamos levantado muy temprano y no acostumbrábamos a ello.

—Faltan unos veinte minutos, amarás el lugar.

Esta vez me diste la espalda, te apoyaste en la ventana intentando reconciliar el sueño mirando el paisaje boscoso.

Y tal como pensé, caíste dormida a los pocos minutos.

Te conozco cariño.

Estás cansada, algo estresada y me atrevería a decir que molesta conmigo.

¿Es por que te protejo demasiado?, ¿es por que hemos peleado las últimas semanas?, te comprendo.

Yo también estaría así, pero trato de ser comprensible, trato de no explotar contra ti como solía hacerlo.

Intento ser un buen hombre para ti.

Intento ser el hombre que mereces.

Intento darte felicidad cada día que estoy contigo.

Como solíamos ser antes, vivíamos felices, parecíamos dos niños enamorados que creían que su primer "te amo" sería eterno.

Quiero creer que el primer te amo que te dije llegaría a ser eterno.

— ¿Podemos bajar?, tenemos casi diez minutos estacionados —Me giré para verte, te veías irritada y definitivamente necesitabas dormir cómodamente.

—Si, claro.

—Bien —Respondiste quitándote el cinturón de seguridad.

Odiaba cuando eras cortante conmigo, sentía que estaba haciendo algo mal.

¿Merecía ser tratado así?

Salí del auto y te alcancé, te cargué en mis brazos como si fuéramos una pareja de recién casados.

Chillaste, no te esperabas eso.

— ¿Por qué haces esto? —Te sonreí dulcemente y camine hasta la habitación.

—Te dije que quería arreglar nuestra relación —Me miraste sin decir nada, no sabías que decir.

Te dejé en la cama y besé tu frente —Descansa preciosa.

One Shots |Jordi Wild|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora