IV

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Me desperté com mucho dolor de cabeza, no sabía dónde estaba, mire el lugar, no lo reconocía. Mire por todos lados, la casa parecía algo grande, mire a mi alrededor, estaba sentando en un sofá blanco en forma de medio círculo, había otro enfrente, y estaba dentro un círculo, con escaleras en los lados, tres escalones, en medio había un sofá blanco ambiente redondo, unas luces en forma de lluvia caían del techo, la escalera estaba a un lado, pero lejos, más allá había lo que parecía una mesa, con una forma ovalada de soporte, dos sillones celestes marino, con una mesa blanca en medio, mire para mi otro costado y había una piscina con luces.
- hola - un chico bajo las escaleras
- en donde estoy? Vos quien sos?
- estás en mi casa - se acercó a mi se sentó el sillón que estaba en el medio - Travis Wilde - dijo y extendió la mano, tenía el pelo marrón, rapado a los costado y más largo arriba se lo ponía todo al costado, sus ojos eran súper celestes, le tomé la mano.
- Lexy Covelli, como llegue aquí? - le preguntó y lo miro con atención
- ayer te desmayaste y te traje para mi casa, estabas toda mojada y tenías heridas en la manos - me dice me mire las manos, estaban todas cortadas - queres que te lleve a tu casa? - me pregunta, los ojos se me llenaron de lagrimas.
- puedo quedarme?  - le pregunte llosozando
- con una condición - me dijo, sacudí la cabeza, las lágrimas se me salían - me tienes que contar por que estás así
- si - le dije, sentía el cuerpo frío, me sentía sucia - me puedo bañar?
- Claro - dijo y se paró - ven - me paré - me extendió la mano, la mire - es para ayudarte - la tomé sin pensarlo, su mano era grande y suave, me agarró con delicadeza y subimos las escaleras, y seguimos por un pasillo, tenía algunos sofás ahí, llegamos al final del pasillo. - espérame aquí - dijo y entró a una habitación, parecía ser la suya - ten - dijo y me entró un buzo banco con unas letras rojas, - creo que tengo ropa interior de mujer, quieres que busque?
- si gracias - le dije, la casa parecía tener dos habitaciones.
- aquí tienes - me dio una panti negra Calvin Klein y un sostén cómodo
- Gracias
- te espero abajo - sacudí la cabeza positivamente, el se fue, entre al baño era bastante grande, el lavamanos estaba hecho de granito blanco, una alfombra negra redonda estaba dejado de ella, el espejo era redondo y tenía luz detrás, el inodoro estaba a un lado, había una bañera blanca un poco más alejada y luego la ducha era grande y hecha de vidrio, me saqué la ropa, estaba toda mojada y tenía el cuerpo frío, puse el agua los más caliente que pude, las heridas de las manos me ardían.
Me puse su buzo, me quedaba súper grande y largo, deje la ropa allí mismo, y baje las escaleras, mire para todos lados y el chico lo estaba.
- siéntate que ahora voy - me dijo desde la cocina que queda casi al fondo de la casa, me senté en sillón, y toma una de las matas que había allí, sentía mucho frío, mire por la ventana y todavía seguía lloviendo, y ya estaba algo obscuro, Travis vino con dos tazas grandes en sus manos, me entregó una, era chocolate caliente.
- Gracias - dije
- no hay de que - dejó su taza y se fue de nuevo, el chocolate tenía mucha crema y los que parecía ser canela por encima, vino de nuevo con un plato lo coloco encima del sillón, tenía galletas de canela chocolate y vainilla - ahora si te escucho - dijo y tomo taza, lo mire con atención, sus ojos azules brillaban con la luz.
- no se como empezar - dije, el corazón me latía fuerte
- por el principio
- ví a mi novio de tres años besando a otra chica - dije, traté de contener las lágrimas
- por eso estabas así?
- si - baje la mirada - no supe que hacer, me desespere, quería gritar y llorar, y caminar sin rumbo a donde sea, y quizás hasta morir, y termine en el último lugar en donde me dijo que me amaba.
- el amor es peligroso - me dice - siempre lo fue, y siempre lo será, puede destruirte - me dice, lo miro directo a los ojos - pero jamás debes de pensar en morir, nadie a muerto por amor
- ya se que no, pero como duele - dije y suspiré - saves creo que el amor me estaba destruyendo tan bonito que ni siquiera me di cuenta.
- ese es el problema con el amor, que te  destruye de tal manera que no sabes si estás muriendo o estás volando
- no puedes distinguir entre esas dos cosas - le dije - no se que está pasando conmigo, fueron los mejores tres años de mi vida, lo conocí y me enamoré de el de una manera si inolvidable, pero ahora, aparece esta persona y el se va, como sino yo no fuera nada, decide tirar todo a la basura por alguien que ni siquiera conoce
- entonces es ahí cuando tienes que tomar una decisión, tienes que analizarte, y pensar si ese amor te esté matando o te está dando las alas más hermosas, fueron tres años hermosos, lo entiendo, pero los días de gloria quizás ya pasaron, y el amor no es el mismo. Ademas si a la primera se deja llevar quizás no te amaba lo suficiente, hazte esta pregunta, estás muriendo o estás volando? Y quizás al principio sea difícil admitir la verdad y tirar tres años de historia a la basura, pero nada dura para siempre y menos el amor - tenia razón en cada puta palabra que decía, quizás ya era hora de analizar todo, analizarme a mi, le di un sorbo el chocolate estaba caliente y no tan dulce como me gustaba.
- ni siquiera té conozco y te digo todo esto - dije y sonreí, se me quedo mirando
- a veces  es mejor hablar con extraños - sonrío, tiene la sonríes blanca y hermosa, me mira las manos - quieres algo para tus manos - la verdad que me ardían un poco.
- ya estoy abusando - dije
- para nada, yo decide traerte - dijo - ahora vuelvo - subió las escaleras y después de un momento, volvió con unas curitas y una crema para manos, se sentó enfrente de mi y extendió los brazos - dame tus manos - no se porque pero me sentía nerviosa, me miraba con esos ojos azules y parecía que alma se me derretía, le extendí mis manos, se puso un poco de crema en sus manos, me agarró la mía y untó la crema con delicadeza sus manos eras tan suaves y grandes, las mías quedan chiquitas en las suyas, me coloco las banditas en donde me había cortado, lo mire, era tan lindo, su pelo marrón algo claro y se veía súper liso, me miro, sus ojos eran tan azules, sus labios eran algo finos y rosados, y tenía una nariz perfecta, tenía un tatuaje en las manos con el número 28.
- ya está - me dijo y me saco de mis pensamientos, mejor dicho de mi analizada a su persona
- Gracias - dije - Gracias  por todo en serio
- no hay de que - sonrió y se sentó a mi lado, tomé la sabana y me tapé, tenía mucho frío, me miro y sonrió, quede como boba mirándolo.

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