Epilogo

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A veces en la vida tenemos que tomar decisiones muy drásticas, algunas pueden ser tan fáciles como: "¿quieres agua o refresco?" pero otras podrían cambiar por completo tu vida. En ocasiones no sabes si es la correcta o estás haciendo mal. Y la mayoría del tiempo no hay marcha atrás. Y puede que termines afectando a alguien que te importa.

Adrien tuvo que tomar varias decisiones, las cuales hicieron que su vida cambiara drásticamente. Algunos podrían decir que tomo las decisiones equivocadas y se comportó como un tonto, pero... ¿acaso tu no escogerías a tu madre por encima de todo?

Él hizo lo que tuvo que hacer para tratar de obtener los prodigios y volver a ver a su madre.

A pesar de todo el mal rato que vivió, tanto Adrien como Marinett, lograron su objetivo. Pero a un precio muy elevado.

Los papeles se cambiaron y ahora Adrien era el que estaba en un sueño, del que se creía que no habría fin. Pero después de todo lograron tener su final feliz... o algo así.

Alya, Chloe, Viperion y Nino devolvieron sus miraculous.

El maestro fu permitió que se quedaran con los prodigios del gato negro y de la mariquita, al final de cuentas, ya eran inservibles gracias al deseo. Solo permitían que Tikky y Plagg pudieran estar presentes.

Emily y Gabriel volvieron a estar juntos, aun había un tanto de tensión entre ellos cuando hablaban de Adrien. La mujer de cabello amarillo no estaba de acuerdo con lo que hicieron. Pero decidió perdonarlo, después de todo, lo hicieron para poderla tener otra vez con ellos.

Y... Marinett, al principio se encerró en su habitación, y solo salía para ir a casa de Adrien y a la escuela. Luka y Alya eran los únicos a los que ella les permitía ir a verla. Con el pasar de las semanas fue recuperando su característica alegría, pero no podía evitar ponerse triste cuando le preguntaban por el chico de mirada de esmeralda

Luka respeto la decisión que Marinett había tomado sobre esperar a Adrien. Ambos se habían vuelto buenos amigos, nunca sucedió algo entre ambos. Marinett mantuvo de pie su promesa: "te esperare. No importa cuánto tiempo pase, yo voy a estar aquí."

El día en el que Adrien despertó fue realmente increíble, todo parecía un sueño, a la azabache le había costado un poco darse cuenta que lo que ocurría era real.

El chico se hallaba realmente débil, nadie podía creer lo que sucedía. A Adrien le esperaba un largo tiempo de reposo y un poco de ejercicio. Por suerte, Marinett estuvo con el todo el tiempo para apoyarlo en todo momento, cosa que Adrien agradeció.

Las cosas entre ambos era normal, como si nada hubiese pasado, los problemas quedaron en el pasado. Se trataban como amigos... en algunas ocasiones querían dar el siguiente paso pero no se atrevían, hasta que un día:

Marinett y Adrien habían estado todo el día y gran parte de la tarde en el parque, para dar una "caminata", la cual termino con ambos corriendo para alcanzar al otro y embarrarle helado en la cara. Al terminar su pelea de helado, se fueron a casa de Adrien para limpiarse.

Al anochecer, ambos adolescentes se hallaban en el patio trasero de la mansión agreste recostados en el césped mientras miraban las estrellas tratando de encontrar la mayor cantidad de constelaciones posibles. Estaban recostados junto al otro, se podría decir que demasiado cerca. Sus brazos se rozaban cada vez que alguno hacia algún movimiento.

Por un momento Adrien desvió su mirada de las estrellas y la fijo en Marinett, quien no se daba cuenta de la mirada que el chico de cabello dorado tenia fija en ella. Recorrió cada facción de su rostro, desde su mentón hasta lo finos mecho que reposaban sobre aquel rostro tan angelical.

Volvamos a ser una familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora