Dáire moría de vergüenza mientras cenaba frente a la penetrante y burlona mirada de su padre, pues era como si él supiera perfectamente lo que Corben le había hecho. No sabía si debía sentirse mal por ello, pero después de una ola intensa de placer que apenas comenzaba a conocer, se sentía demasiado bien, Corben no le había hecho daño alguno al tomarle en el pasillo, más bien fue todo lo contrario.
En consecuencia, tenía semen escurriendo de su trasero y la ropa mal acomodada, le incomodaba estar ahí, pero ni siquiera intentó pedirle al Dios que le dejase volver a la habitación, ya demasiado bueno era que no le hiciera daño, no podía ponerse exigente, seguramente a Corben no le agradaría, además moría de hambre.
Era el tercer trozo de carne que el mismo Dios ponía sobre su plato, Dáire estaba agradecido y comía de prisa, bebiendo más de aquel vino cuando un sirviente le sirvió en una copa propia.
De entrada, Corben ignoró los comentarios de mal gusto que hizo Durfen cuando volvieron, era imposible ocultar lo que pasó en el pasillo, pero después el ambiente se tornó más serio entre ambos adultos mientras el muchacho se enclaustraba en sus propios pensamientos y la comida que devoraba.
—Esta tarde estuve fuera del reino. —comentó Durfen posando finalmente su atención en Corben y dejando de observar a su hijo. —Aún hay enjambres enteros de wendigos rodeando la ciudad, incluso parece que aumentan, ¿sabes qué lo ha provocado? Son demasiados para tratarse solo de una presa.
—Son criaturas irracionales, se acumulan dónde pueden.
—Eso parece más el trabajo de alguien que quiere perjudicar tus intereses. —opinó mientras observaba la reacción del otro. —No sé lo que pasa exactamente contigo, pero tienes un problema con el cual no podrás lidiar tú solo.
— ¿A qué viene eso? ¿Piensas que puedes intervenir en los asuntos de alguien como yo? —cuestionó Corben en tono burlón. —El único capaz de pensar que puede venir a fastidiarme de manera tan baja es hermano, también es un Dios, creo que con eso podrás entender que debes mantenerte al margen y no opinar.
—Jamás habríamos tenido esta conversación si no estuvieras cogiéndote a uno de mis hijos. —siseó Durfen comenzando a fastidiarse por la fanfarronería de ese hombre, podía ser un Dios, pero no iba a permitir que le excluyera de la situación en la que también tenía interés. —No sé qué le hiciste, pero debió ser una estupidez como para provocar que un ser "como tú" venga a la tierra para obtener venganza. ¿Sabes lo que ha sucedido mientras tú te escondías como un vil cobarde?
—No estaba escondiéndome. —Corben se levantó bruscamente y eso provocó que Dáire volteara a verle asustado, mirando después a su padre cuando éste comenzó a reír. —Y esta no es una conversación para tener en este momento.
— ¿No quieres que el pequeño se entere? —sonrió levantándose para enfrentarse a la postura amenazante de Corben. —Deberíamos saber qué piensa, porque tu problema familiar provocó que ese Dios violara a Além en medio del bosque, imagino que sus intenciones estaban dirigidas a Dáire, ¿cierto? Pero son hermanos y es casi normal una confusión así.
Corben se molestaba más a cada palabra, pero no podía negar nada de lo que Durfen decía, miró a Dáire quien dejó de comer y ya ni siquiera se movía, estaba asustado por el semblante de ambos.
—Si él vuelve, por más que trates de esconderlo, lo encontrará. —continuó Durfen. —Eres claramente fuerte, no es para menos tu confianza, pero Dáire no es inmortal, ni siquiera sabe defenderse, si tu hermano llega a él su vida y la de tu hijo estarán en riesgo. ¿Quieres mantenerlos a salvo? No se me ocurre mejor forma que resguardarlo en Varnow.
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El destino de Varnow
FantasyPrimer libro: El rey de Varnow. Segundo libro: Los herederos de Varnow. Tercer libro (continuación del segundo): El destino de Varnow. No hay resumen, ya que es la continuación directa de "los herederos de Varnow". Espero lo disfruten, sean todos bi...