Capítulo 6

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Nereus sabía perfectamente la razón por la que Além estaba tan enfadado, hizo algo sin pensar que le afectaría y ni siquiera se molestó en ocultarlo, apenas llegó a verle esa mañana se encontró con una situación particularmente extraña, ante su presencia Além estalló en furia y acabó encerrándose indefinidamente.

Sí, cometió un error al momento en que se le hizo fácil acostarse con alguien de manera casual sin pensar en Além, pero no tenían un compromiso, lo hubiese hecho antes o después en cualquier buena oportunidad.

Lo que no esperaba era lo que el chico le reclamó, tal parecía que había pasado una noche terrible sintiéndose mal, eso era preocupante, Nereus intentó acercarse para ver que estuviese bien, el resultado fue terrible cuando Além percibió la esencia de un desconocido mezclada con la suya y le culpó de todo lo que pasó.

Sin dar demasiadas explicaciones le lanzó de todo y se encerró.

Pero no hacía falta pensar demasiado, solo ató los hechos y recordó aquello sobre una supuesta unión, la misma que le llamó cuando Além estuvo en peligro, no sabía hasta qué punto podía afectarle al menor, pero debió ser suficiente para que enfureciera como lo hizo.

Se resignó a que Além seguiría enfadado, debía buscar una manera apacible para tranquilizarlo, pues no iba a ignorar lo que Margot le dijo, necesitaba saber si era verdad, si Além ya sabía quién era el padre de su hijo, y que aclarara las suposiciones que se formaron a raíz de encontrar aquellas esencias que ocultaban la verdad.

Corben y Dáire seguían en la bañera, el menor se relajaba entre sus brazos de tal forma que era como si nada en el mundo tuviese importancia, ni siquiera el pasado.

El rostro de Dáire reposaba en el pecho desnudo de Corben, su respiración era lenta y apacible, una mano se encontraba bajo la del mayor cubriendo su propio vientre bajo el agua, mientras la otra estaba fija también en su pecho, lo tocaba porque de esa forma podía sentir que eso era real, que Corben no estaba enfadado y que no le haría daño. Su corazón latía de prisa a pesar de la calma, la cercanía con ese hombre le hacía sentir extraño, no sabía por qué, pero su estómago se revolvía de una forma que no era desagradable, podía describirlo más bien intrigante, moría de curiosidad, tenía dudas que solo se resolverían si Corben aceptaba responderle.

Entreabrió los labios tratando de pensar cómo hacer la primera pregunta, cuando alguien entró bruscamente al tocador.

Era un sirviente, Corben volteó enseguida y le miró furioso mientras apretaba el cuerpo de Dáire contra el suyo, su energía se volvió turbia, que le interrumpieran de esa manera en un momento tan íntimo con el chico le hacía enfadar, pero al ver qué sirviente era supo que solo estaba siguiendo órdenes.

—Señor, el demonio que me ordenó seguir se ha marchado. —soltó como justificación antes de tener qué enfrentar la ira de su rey. —Usted dijo que si llegaba a actuar extraño debía venir a decirle de inmediato sin importar en dónde o con quién estuviera. —se excusó mirando brevemente al joven que se encogía entre los brazos del mayor.

Bajó la cabeza de inmediato a modo de respeto, todos los empleados del reino, sin excepción, sabían que aquel pequeño muchacho solo podía ser tocado o mirado por el rey, bastante claro les quedó cuando Corben asesinó violentamente a los guardias que se atrevieron a agredirlo, aunque recordaban que no siempre fue así y muchos aún creían que sus privilegios terminarían cuando el Dios se cansara de él.

— ¿Por qué no lo has seguido? —cuestionó Corben afianzando su agarre en la cintura de Dáire cuando sintió que se escondía en su pecho.

—Se ha transformado. Según los arqueros lo vieron ir en dirección a Varnow.

El destino de VarnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora