仇﹒𝐎𝐒 ━━ᴍᴀʀᴠᴇʟ ﹠ ᴄᴀsᴛ

𝘭𝘰𝘴𝘵 𝘰𝘯 𝘺𝘰𝘶 ❛𝓅𝓅∙

lost on you, peter parker.
contexto: endgame, 2023.
contenido: angst, soft, alternative universe.

―Yo... Te amo. Volveré, lo prometo.

Se escuchó un brusco corto en cuanto el audio terminó y fue en ese momento en el que la mujer arrojó su teléfono sobre el colchón antes de derramar varias lágrimas sin cuidado. Soltó un leve grito de llanto rompiendo su garganta, recordando la voz de Peter en audios, videos o sólo en su cabeza, cualquier recuerdo que haya tenido junto a él siempre le venían a la mente, aún seguía siendo un infierno a pesar del tiempo que había pasado.

Nada era suficiente para ella, cuando sólo lo quería a él.

Había perdido la esperanza de que volvería alguna vez a sus brazos cuando Los Vengadores, o lo quedaba de ellos, nunca hallaron una posible solución durante ese lapso y menos un intento.

Cinco años.

Cinco años había surgido después de que Verónica Graham perdiera todo; compañeros, familia e incluso a su novio y único amigo, Peter Parker.

Apenas recuerda ese día, cuando su teléfono había sonado por tercera vez y terminó respondiendo la llamada escuchando la voz entrecortada, pero aliviada, de la araña del otro lado. Se lamentaba no haber contestado mucho antes, quizá lo hubiera logrado convencer de volver y tal vez, sólo tal vez, no se estaría lamentando día a día luchando por salir adelante a su corta edad.

Sin ánimos se levantó de la cama, con una leve migraña asechando su cabeza por las horas que llevaba llorando y mirando su reflejo frente al espejo notó como su aspecto cambió tan drásticamente llevando ahora unas marcadas ojeras bajo su mirada ópalo y ese tono tan pálido en su piel por el descuido en su dieta y su descanso dejándose ir después de estar dos semanas sin salir. Estaba cansada de absolutamente todo, por más que se esforzara buscando una solución su cabeza no le ayudaba en nada delirando con un corazón roto.

Todo lo que alguna vez amó Peter de ella se había ido junto a él, ahora todo en Verónica estaba apagado.

Su mano abrió uno de los cajones sin cuidado buscando algún cepillo en su interior, encontrando algo más ahí que un simple accesorio de tocador. Una caja blanquecina se asomó entre sus manos hallando en su interior el bonito collar que él le había regalado la noche de su aniversario y así, una sonrisa se asomó en sus labios al recordar aquella velada que pasaron juntos. Un Peter vistiendo un elegante traje de paño grisáceo llegó a su cabeza, Verónica carcajeó esa vez al verlo tan elegante mientras su cuerpo sólo iba envuelto en un simple vestido crema sin mangas, pero él le había asegurado mil y una veces que estaba encantado al verla.

Los nervios eran los protagonistas de esa cita, ambos jóvenes divagaban en sus pensamientos en todo el recorrido del coche de la tía May hasta estacionarse en el restaurante donde él abrió la puerta para ella estando de nuevo uno frente al otro esa noche. Sus manos se encontraron antes de caminar a la entrada siendo reconfortada por esa inusual mirada de completa seguridad salir de los ojos pardos de Peter mientras los ópalos de Verónica se abrían con timidez dándole esa seguridad que sólo él podría brindarle.

''Luces preciosa, como la primera vez que me enamoré de ti.''

Recordó esas calurosas palabras como un puñal a su débil corazón.

Sollozó.

Como pudo comenzó a arreglar su cabello mientras sus párpados se mantenían cerrados llorando en silencio, recordando para sí misma lo que fue ese día para ella, incluso cuando él sólo no logró formular oraciones para describir cuanto la amaba antes de juntar sus labios en una acción que significaba más que simples palabras.

Después de las risas en la comida y un par de horas rondando en las calles como el par de jóvenes enamorados e inexpertos que representaban, ambos compartieron un espacio en la pequeña cama del chico mirándose el uno al otro sonriendo para sí, ella con sus pies descalzos y el con su corbata suelta disfrutando de ese silencio tan íntimo y grato entre los dos. Sus dedos rozaron el sonrojado rostro de Verónica trazando un camino de ida y vuelta en su mejilla brindándole una suave caricia, hasta recibir un beso en su palma de sus labios rojizos donde leyó en un susurro un sincero ''te amo''.

La ciencia quizá explicara de mil maneras lo que podría significar el amor, pero ella siempre iba a decidir creer que las dulces mariposas revoloteando en su estómago eran la respuesta a todo para saber que sus sentimientos no eran en vano, incluso aún cuando él sólo se había vuelto una ilusión en su cerebro lograba crear ese sentimiento que nació poco a poco cuando lo fue conociendo y que, en vez de desvanecerse, sólo se fortaleció con el tiempo hasta el día de hoy.

El leve tintineo del colgante de la rosa azulada cuando chocó contra su cuerpo le hizo recobrar la cordura y la abrupta pesadilla en la que vivía le cayó encima, su piel se había erizado cuando se arrastraba por su hombro descubierto la tiranta del vestido que usó esa misma noche mientras miraba su reflejo en el espejo una vez más.

—Siempre te amaré, Peter Parker —habló para sí misma, bajando la mirada con tristeza y su débil mano descansando en la rosa sobre su pecho.

—Y yo a ti, Vero.

Su cuerpo se tensó y en un segundo se giró sobre sus talones viéndolo allí, vestido con su inusual traje del Hombre Araña algo gastado y su rostro decorado de bastantes heridas teniendo una rosa azulada entre sus manos.

—Peter...