9

974 151 3
                                    

Al llegar al salón,que vine corriendo emocionada, me encontré solamente con la girasol. No había ninguna carta, ningún caramelo, o algo y me entristeció. ¿Se habrá molestado? ¿Fue muy imprudente de mi parte? Ahora no dejaba de pensar en eso. Al menos, me dejó la girasol.

Le di muchas vueltas en la clase, tanto que, me distraje mucho y no presté nada de atención. La profesora me llamó unas cuantas veces la atención ya que estaba completamente absuelta a lo que decía.

El chico misterioso me estaba volviendo literalmente loca. A la hora del receso, no vi a Mikail por ningún lado y puedo decir también que me entristeció igual, ni sabía por qué, ya que descarté que fuera el chico misterioso, no ha habido ningún indicio.

Quería una respuesta del chico misterioso.

Y no había ninguna.

En receso, salí corriendo para donde los chicos.

Les conté que no había carta y solamente estaba la girasol. Me dijeron que seguramente se asustó o no hallaba qué decirme.

Decidimos dejarlo estar y hablar de otra cosa.

Hablamos de que dentro de poco llegaría el baile  y todo eso.

Bueno, ellos hablaron.

Yo, estaba mirando un punto x, perdida.

Sonó la campana y  cuando íbamos a  los salones, Andriu me detiene.

—¿Que pasa?—le pregunto.

—Creo que Josh sabe quién es, incluso, creo que lo está ayudando—susurra en mi oído y frunzo el ceño.

—¿Cómo sabes?

—Porque lo oí hablando por teléfono diciéndole lo del ponqué.

Abro los ojos.

—Hay que sacarle la verdad a Josh, ¿cómo es posible que no me haya dicho?—me enojo.

—Shhh. Hablamos después, ve a clases.

Y así, un poquito más feliz, me fui a clase.

En todo momento estuve pensando en cómo íbamos a hacer Andriu y yo en sacarle información a Josh. Esta clase de literatura estaba fácil así que me retiré temprano.

Los pasillos estaban vacíos y caminé hasta la entrada. En el umbral, estaba Mikail, recostado. Al girarse y verme, me gire y me devolví por mi camino, esperaría a los muchachos.

—¡Hey!

Al escucharlo, me detuve.

Escuché sus pisadas rápidas venir hacia mí. Y me paralice.

Hasta que se detuvo en frente de mí lo miré. Estaba un poco rojo y parecía ajetreado.

—Emm, hola—saluda.

Yo medio sonrío. O eso creo.

Estaba nerviosa.

—¿Eres Shanna, no? Soy Mi...

—Sé q–quién eres—lo interrumpo.

Él medio alza sus cejas al aire.

—Bueno... solamente quería saludarte—dice y se da media vuelta de nuevo a la entrada del Instituto.

—Eh, Mikail—lo detengo por su camisa.

Se medio voltea y observa el agarre. Lo suelto rápido.

—Lo siento.

—No te preocupes. Dime—sonríe ligeramente.

—Que si alguna vez quieres, puedes sentarte en mi mesa—le invito.

—Te lo agradezco Shanna.

Y ahora si se va.

Fue incómodo.

Pero bueno.

El chico misterioso del girasol  [REESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora