El día cae con una ligera lluvia

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Sentado en el sofá de la sala, poco a poco ella me hacia blandir una erección..., haciéndome leves roces en la punta de mi pene, de vez en cuando acaricia con cierto mayor gusto mis testículos..., ella desnuda, a mi lado, sosteniendo una ligera sonrisa, con mirada juguetona y coqueta, que de vez en cuando con sus dedos acariciaba todo el pene de arriba a abajo..., ella..., sin quererlo, humedecía sus labios con su lengua, jugaba deliciosamente como si de un dulce caramelo se tratase.

Lentamente me acerqué a ella besándola, metiendo mi lengua, tocando su lengua, mientras tanto hundía mis dedos en su cabello..., apartándome así de sus labios ..., y con un tanto de fuerza mi mano le empujaba su cabeza hacía mi pene, de momento ella presto resistencia, aunque ella sabía que debe hacer ciertas cosas, y empezar a probar y sentir cosas que ya antes habíamos hablado. Comenzó por probar con su lengua el glande, llenando de saliva toda mi verga...

-Abre tu boca. -Le dije, a lo que ella atendió dulcemente-.

Introdujo mi miembro a su boca de manera muy lenta, primero el glande y luego un poco más y un poco más. Mientras ella se inclinaba cada vez más...

Miré su espalda como un largo tallo de trigo, dorado, delgado, esculpido por tal naturaleza hermosa, y que ahora..., yo admiraba, aunque el gozo de mirar su espalda duro poco, ya que rápidamente mis ojos cayeron a ver su hermoso y rollizo culo..., solté su cabello, y con mi mano izquierda, más exactamente con el dedo indice y medio comencé a der trazo desde su cuello..., omóplatos, dibujé su columna tres veces, hasta su bien y esculpido culo, para extenderle con gran fuerza una gran nalgada...

Qué tan hermoso es el solido de la mano abierta sobre tan lindo y carnoso culo, ella obviamente ante el abrupto no pudo evitar tensar el cuerpo y morder muy ligeramente mi verga, a lo que seguido exhaló profusamente, haciendo seña de placer y disfrute.

-Te gustó? -Hablé con cierto entusiasmo perverso.-

-Sí! -Lo dijo rápidamente después de sacar mi verga de su boca y sin vacilamientos.-

Apreté una de sus nalgas seguida a una extensa caricia por todo su culo, sentí la tentación de hundir mi dedo medio entre sus nalgas, poder acariciar superficialmente el orificio prohibido, y esperar en ella un enfado o una satisfacción curiosa que siempre viene bien de ella, a lo que mientras su atención radica en mamar mi verga, hice dedo a la obra.

Ella sintió como mi dedo acarició superficialmente su ano, acto seguido se le oía saltar pequeños gemidos seguidos de nula interacción al mamar mi verga, ya no lamía ya no succionaba, sólo tenía mi verga dentro de su boca mientras sentía todo lo delicioso que puede sentir una mujer al estimular su ano.

-Sigue. -Dijo ella, con una voz entrecortada por el placer.-

-Lo haré, bebé. 

Te guste o noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora