Introducción: Capítulo 2: Nightmare, more like "Daymare".

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—Siempre fui una persona asustadiza, ¿Sabes? Creo que puedo cancelar desde aquí—dije mientras mantenía pegado el móvil a mi oreja derecha, con Seo Young en la línea.

—¡No seas estúpida! ¡Debes hacerlo!—exclamó.

—No estoy segura...—me quejé.

—Mánda tus miedos a la mierda, ¿Si?—por alguna razón, cuando ella maldecía, sonreía ampliamente.

—Está bien, te veo en 15.

Eran las 7:30 de la mañana y su llamada me había levantado. La audición había sido el Viernes, y hoy era Lunes. Odio los Lunes como cualquier persona, pero no era necesariamente el día de la semana el que hacía que me sintiera como un zombie.

Tomé una ducha a toda velocidad, con la esperanza de que me despertara. Arreglé mi cabello con una simplicidad increíble. Aún tampoco puedo creer que realmente esté haciendo aquello.

Cuando el cláxon del auto rentado de Seo Young tocó a la puerta del humilde edificio en el que vivía, bajé por la infinita hilera de escaleras para encontrarme con un neón azul. Sabiendo de su edad y su sueldo, considero que podía pagar por un auto mejor, aunque fue mas inteligente al asegurar una casa para sí misma.

—¿Has contado a tu madre de ésto ya?—cuestionó en cuanto entré al auto.

—Sigue de viaje.

—Eso es un no, supongo.

—Acertaste.

Rodó los ojos y me llevó enseguida al edificio donde mi audición había sido presentada. El horario de verano había comenzado un par de meses atrás y aún había algo de oscuridad. El clima ya era frío, debía cargar con ropa cálida.

Al llegar, la iluminación con el nombre de la empresa me pusieron los nervios de punta.

Seo Young me acompañó hasta llegar a la entrada principal, había una mujer recibiendo llamadas y nos miró confundida. Dejó su teléfono de lado y nos preguntó qué hacíamos ahí. Respondimos que buscabamos a el grupo y aunque al principio rió con sarcasmo, notó que hablabamos en serio.

Avancé por un pasillo de alfombra roja, era algo estrecho y Seo Young y yo caminabamos detrás de la recepcionista. A la mitad del pasillo había una puerta, antes de que me atreviese a preguntar a dónde llevaba, ella rápidamente indicó que sólo era un baño.

Era una habitación poco convencional que parecía escondida, nos explicó que llevaba a todas las demás salas y que nos encontraríamos con los chicos luego de pasados 5 minutos. Se retiró por el mismo pasillo por el que vino y nos dejó en aquella sala bien iluminada con piso de un mosaico blanco. 

Dieron las 8 en punto de la mañana y los chicos salieron de una puerta, vistiendo pesados abrigos, tal como los que Seo Young y yo usabamos. Nos saludamos los 7 con una venia y todos sonreímos, como si nuestra actitud hubiese sido graciosa.

—Llámame—dijo Seo Young, para retirarse un poco incomodada de ahí.

—Bienvenida—fueron las palabras nerviosas de Min Hyun.

—Gracias—respondí.

—¿Estás nerviosa?—preguntó Jong Hyun.

—No realmente, bueno, sí, pero...—balbuceé.

Rieron. Me sentí más estúpida de lo usual.

Llegó el mismo hombre de negro, y a pesar del frío, aún vestía un traje y pareció regañarlos con la mirada por lo poco arreglados que se veían. Me miró de reojo.

—¿Qué es esto? ¡Los seis se ven terrible!—gritó—Jong Hyun, ¿Aún no entiendes la responsabilidad que llevas, cierto?

Eso ha sonado cruel, brusco, abusivo. Me tuve que reservar alguna clase de comentarios, sabía que debí haber traído algo mejor, pero, si a duras penas me habían aceptado siendo mujer, no podía retar mi suerte.

 —Llévenla a entrenamiento, idiotas.—continuó y susurró molesto.

Entrenamiento, ugh.

 Jong Hyun le fulminó con la mirada, pero consiguió que los otros cuatro le siguieran. En cuanto a él, me jaló de la muñeca hasta la sala donde había logrado mi audición. Se veía más grande ahora que el escritorio no estaba ahí.

 —¿Podrías hacer eso de...? ¿Tu audición?—preguntó Min Hyun.

Se veía nervioso, sonreí. Asentí tímidamente y la música comenzó a sonar de nuevo de la nada. Éstos chicos me asustan bastante, pero, me gustan.

 Bailé y canté con euforia, y algunos de ellos me acompañaron en mi acto. Reímos, y el ensayo duró, ¿Cuánto ha sido? ¿3 horas?

Me invitaron a comer, había una bien ambientada cafetería y yo, yo era una estúpida que no podía parar de ver a Ren. Las malas noticias continuan, yo sí era una simple fanática, y una estúpida enamorada de aquel rubio de labios acorazonados.

Chocabamos nuestras miradas, y él, se sentía avergonzado en seguida, por lo que sólo nos alejabamos.

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