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Introducción: Capítulo 10: Waste of Precious Breath.

No era lo que esperaba se sentiría. ¡Demonios! ¡Era muchísimo mejor!

Fue entonces cuando demasiada felicidad junta era algo sobrenatural y algo tenía que ocurrir.

Escuchamos alguien golpear a la puerta, interrumpiendo un corto contacto visual entre ambos. Me puse de pie y sacudí mis grandes y mugrosas prendas. Él se quedó en el sofá, mirándome con atención hacerlo todo. Para ese instante deseé haberme puesto en un mejor ánimo y haberme arreglado. Demasiadas visitas por el día de hoy.

Abrí la puerta, y me encontré con un chico alto de cabellos oscuros y ojos pequeños. Se encontraba en la posición en la que Ren había llegado antes a mi hogar y deseé que el piso me tragara.

—Min Hyun...—suspiré, sorprendida.

—¡Eun Joon! Qué bueno verte... había escuchado que te sentías mal y... ¿Eun Joon?

Me había quedado paralizada y con la mirada perdida. Me sacudió ambos hombros, pero era tarde cuando desperté, porque Ren estaba detrás de mí. Y sin palabras, sacó a el mayor de mi vista.

Cuando volví a la realidad, él estaba lejos de nosotros, bajando con velocidad las escaleras y finalmente, escuchamos cómo se alejaba en su auto.

Me sentí mal por un momento, porque quizá había sido yo la que había ocasionado tan malos entendidos y tal vez hasta había perturbado la tan buena relación que había entre todos. Lo que necesitaba, eso me volvería en la chica favorita de todas las fanáticas. Mal-di-ta se-a.

—¿Sabes? Creo que debería irme...—murmuró Ren.

¿Y ahora qué había hecho mal?

—Quizá deba volver con los chicos y aclararlo todo. No quiero que ésto termine como un horrible mal entendido.

Era cierto, porque de eso era lo que más tenía pinta de terminar siendo, y lo último que quería era algo así.

Asentí con la cabeza, o creí haberlo hecho. Mi cabeza estaba revuelta y quizá pronto volvería el estómago. No se lo dije, no quería hacerlo sentir peor de lo que ya se encontraba.

Se paró frente a mí, del otro lado de la puerta, tomó mis mejillas por segunda ocasión y besó mis rosados labios.

—Te veré después, ¿Eh?—me susurró, cuando nuestros labios sólo rosaban.

Asentí nuevamente, y ésta vez estuve segura de que lo hice. Él se retiró, como lo había dicho y me dejó sola nuevamente en el departamento, pero ahora con una sensación que me fortalecía, y esa sensación no podía describirla de otra forma más que... amor.

Terminé con la enorme bolsa de frituras que habíamos dejado en la mesa, y me dejé caer dormida en mi habitación.

Lunes otra vez. El sábado había sido un día fuerte, y ni siquiera se suponía que vería a los chicos más tiempo que el que permaneceríamos en el gimnasio, pero ahora notaba un ambiente, no muy notablemente tenso entre mis compañeros.

Seo Young se paró frente a todos nosotros dirigiendo una de las reuniones en las que nos explicó el nuevo sistema que utilizaríamos para la agenda, pero en su lugar sentí que toda la atención se centraba en mí. Aron parecía estar bajo de energías, aún estando bebiendo su café preferido. Baek Ho intentaba poner atención, pero era casi imposible teniéndome a unos cuántos centímetros. Jong Hyun me veía constantemente y su mirada  me gritaba que él enserio sentía lo del muelle, pero aún no me sentía preparada como para hablarle otra vez. Min Hyun estaba molesto con Ren, y no fue difícil adivinarlo, pues la manera en que le hablaba era cortante, y también lo era conmigo.