Introducción: Capítulo 6: More of the truth.

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Los chicos me acompañaron a casa, hacían un gran esfuerzo por no decir nada que me incomodara, y lo agradecía en mi cabeza. Ninguno sonreía, ni siquiera Aron o Baek Ho. ¿Porqué tan tarde me di cuenta de lo mal que estaría responder a eso? Era yo con mi estúpido instinto de decir siempre la verdad.

Estuvimos a la puerta del apartamento en el que mi madre y yo vivíamos. Introduje la llave por el cerrojo y cuando escuché que la puerta se abría me giré a la media luna que los chicos y Seo Young hacían alrededor de mí.

 —Nos vemos mañana, chicos—murmuré, cabizbaja.

—Muchachos, regresen a casa, me quedaré con Eun Joon. Nos veremos mañana a la misma hora en el trabajo, no utilicen demasiado sus móviles—dijo Seo Young.

No quería que me acompañara, pero no podía contradecirle, así que asentí con la cabeza, lo que terminó por convencer al grupo de que estaría mejor con ella a mi lado.

—De acuerdo—respondió Jong Hyun—, hasta mañana.

—Hasta mañana—dijo el resto al unísono.

Aron se quedó unos segundos más, siendo el mayor y con su gran talento para hablar y animarme, tenía que decir algo, ¿No?

La respuesta a mi pregunta mental fue negativa, al verlo tomar mis mejillas con sus cálidas manos y dejar un beso en mi frente. Seo Young había entrado al apartamento ya, cuando había acordado.

Se acercó a mi oído derecho y susurró: Cuídate, que yo también.

Se retiró luego de eso y yo entré a mi hogar.

Seo Young movía su cuchara dentro de una taza de café en la mesa de la cocina frente a mi. Yo tenía otra taza que se mantenía inmóvil, como yo.

—Joon, dijiste que, tu madre seguía de viaje... pero eso ha sido hace un mes, ¿Qué sucede?—dijo Seo Young para romper el silencio.

—Su trabajo ha solicitado extender el plazo allá—respondí, mi voz no mostraba calidez alguna.

—Supongo que una enfermera debe de tener muchas exigencias.

Asentí con la cabeza, sin mover la mirada del café. Seo Young levantó su taza, y cuando estaba a unos centímetros de sus labios se detuvo.

—Agrega leche y azucar, sólo ha sido una entrevista, cálmate.

—Sí...—suspiré.

Escuché como sorbía de su café, el silencio del edificio me lo permitía.

—Sabes, algo pasa, pero no me lo quieres decir.

—Creo que el odio de esas chicas aún me da vueltas por la cabeza.

—Pero hay algo más, lo noto en tu mirada.

Levanté la dirección de mis orbes directamente a ella.

—¿Qué podrías encontrar en mi mirada?

—Depresión.

—Te acabo de explicar de qué se trata.

—A ti las personas nunca te importaron una mierda, ¿Porqué hoy si? Sabes, necesitas llamar a tu madre, su voz te calmará.

Mi madre.

—No, no quiero.

Sacó su móvil y tras mover estratégicamente sus dedos, marcó a la única familia que me quedaría.

—No responde.

—Y no lo hará.

Se recobró a mi y dejó el celular en la mesa, junto a su taza.

—Debe estar trabajando.

—No, no lo está.

—Park Eun Joon, habla.

—Seo Young, mi madre murió en Nevada hace 3 meses.

Se quedó inmovil, las palabras se le escaparon de los dedos. Su reacción fue casi la misma que yo tuve, a excepción de las lágrimas que de mi rostro habían brotado. 3 meses habían sido suficientes para continuar con mi vida, así lo hubiese querido ella, que no me detuviera y continuara mis sueños.

—Por eso acepté ir a la audición en la Pledis—continué—cualquier cosa por continuar con mi vida, Seo Young. No podía hundirme en la depresión.

Ella no dijo ni una palabra, y me sentí sola, abandonada. Me puse de pie de inmediato y avancé a mi habitación, dispuesta a dormir, cansada por los problemas que me atormentaban.

Desperté de un largo sueño, la luz del día pasó por mi ventana al hacerlo.

¡Mierda, la luz del día!

—¡Kwon Seo Young!—grité.

Ella apareció por detrás de la puerta, con una mirada cansada y triste.

—¿Qué sucede?—musitó.

Me levanté de la cama, lanzando los cobertores sobre mi.

—¿Qué sucede? ¡Son las 8 de la mañana y yo debía de estar en la Pledis a las 6!

—No te preocupes, llamé para avisar que no asistirías.

—Crearás más chismes sobre mí...

—Deja de volverte loca por todo lo que digan de ti.

—Todo lo que se diga de mi inmediatamente repercute en ellos, y ellos no tienen la culpa.

Bajó la mirada, su piel se veía más blanca de lo normal. No podía haberse puesto así sólo porque le dije lo de mi madre. No podía. Alguien tocó a la puerta, un dolor en el pecho que demostraba lo nerviosa que estaba apareció.

Seo Young corrió a atender, bajó la cabeza al recibirlos mientras ellos pasaban.

—¿Se encuentra EunJoon?—susurró Baek Ho.

Vi entrar a los cinco y a paso apresurado llegaron a mi habitación. Aún mantenía las prendas del día anterior.

—Arréglate, vamos a salir—dijo Jong Hyun.

—¿Salir? ¿A... adónde?—balbuceé.

—A pasear, hace mucho que no lo hacemos, y nunca lo hemos hecho contigo.

Sonreí, ha sido un alivio escuchar eso.

Desayunamos en grupo, un agradable restaurante que mantenía un olor a café continuo. Deseé con todas mis fuerzas que saltaran la pregunta "¿Y quién te gusta?". No lo hicieron, ¡Gracias!

—¿Qué tal tu primera entrevista?—cuestionó Min Hyun.

—Fue... agradable—dije intentando olvidar la última pregunta de Yoon Hee.

—Vimos los papeles, estamos realmente molestos con las fans—dijo Jong Hyun.

—No lo estén, fue mi culpa después de todo.

—¿Y? No tenían el derecho de hacer eso—dijo Ren, escuchar su voz en aquellas palabras me tranquilizó.

Sonreí con la mirada hacia abajo, quizá eso me hacía creer que él sentía cariño por mi, como todos los demás.

—Sea como sea, no reveles mucha información personal. Ya le ha pasado a Baek Ho, y ni siquiera tuvo que responder que sí. Sólo niega todo lo muy personal o inventa algo. Tu privacidad es lo más importante.

—Estamos aquí para hacer música, no para revelar nuestras vidas luego de eso.

Asentí con la cabeza, seguiría sus indicaciones al pie de la letra.

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