Lily me lo dijo

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Mary era una niña pequeña de 6 años, que aparentemente tenía una mejor amiga imaginaria llamada Lily.

Un día como cualquier otro Mary fue a su escuela "acompañada" de su amiga imaginaria. Algunos niños de la escuela la molestaban por hablar con su amiga imaginaria, por tanto ella se ocultó durante todo el recreo en lo baños, como hacía seguido. Una maestra la encontró gritando sola al aire en el baño, pero cuando ella abrió la puerta para preguntar que sucedía, sintió como algo la empujaba dentro sólo para que después la puerta se cerrara detrás de ella.

Gritó pidiendo ayuda, mas nadie contestó.

Mary se dirigió a la parte trasera de la escuela, donde se encontró con el jardinero que estaba cortando unos árboles. Muy lentamente se acercó al bote de gasolina que el hombre tenia junto a la podadora y salió corriendo del lugar.

Cuando el timbre de la escuela sonó para anunciar la clase de educación física, los niños del salón de clase se dirigieron a la puerta para ir al patio escolar, pero había un pequeño problema; La puerta no se abría.

Los niños observaban por la ventana a Mary tirando gasolina alrededor del salón. Todos comenzaron a alarmarse y gritaban a Mary que abriera la puerta, o que fuera por el director. Lo que ellos realmente no sabían era lo que planeaba Mary, pues ellos al estar en segundo de primaria no sabían lo que ella hacía, más bien se alarmaban porque la puerta se encontraba atascada, y no por la gasolina.

Mary miró por la ventana a sus compañeros, que la observaban con curiosidad, y de repente soltó una tierna pero nada inocente sonrisa.

Tan pronto ella se dio la vuelta, dentro del salón se escuchó un pitido que ensordecía a todo aquel que lo escuchara. Cada uno de los alumnos cayó al suelo. Sólo podían observar como su alrededor se tornaba un poco naranja y rojo al mismo tiempo. Cuando el sonido cesó y se levantaron sólo veían como su alrededor era consumido por las llamas.

Mary se acercaba a un arbusto lentamente. Al estar delante de él, dijo con voz suave y encantadora.

- No puedes ocultarte de mí.

Un pequeño niño se dio el valor de levantarse con cuidado y responder:

-¿Cómo sabías qué yo no estaba en el salón?- Dijo tembloroso.

-Cuando miré por la ventana me di cuenta de que no estabas dentro. En realidad, te buscaba a ti.

-¿Y cómo me encontraste?-preguntó, una ultima vez

-Lily me lo dijo, me dijo donde encontrarte.

Mary se aproximó al pequeño y lo tomó por el cuello. Cuando se encontró cara a cara, el niño pudo ver reflejado en los ojos de Mary su felicidad y placer. También observó tras ella una niña idéntica que en lugar de reflejar placer, demostraba angustia y preocupación.

Lo último que el pequeño escuchó antes de abandonar entre las llamas y la asfixia al mundo, fueron las palabras.

-Mary me obligó.

† CREEPYPASTAS E HISTORIAS DE TERROR †Donde viven las historias. Descúbrelo ahora