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jugaba en el pequeño jardín del edificio de departamentos, o eso intentaba, pues estar afuera le apenaba, se ponía nervioso de pensar que quizás alguien podría verlo y burlarse de él.

habían aprovechado que el día amaneció con pocas nubes, dejando ver el sol un poco mas que los días anteriores.

se llevaron una manta y la colocaron sobre el césped, no había nadie más en el jardín, solo ellos dos y los juguetes que seungmin llevaba consigo.

ah, y la comida.

pasó un rato y ya estaba consiguiendo tomar confianza al exterior, reía pues llevaba un perrito de peluche que caminaba por sí mismo mientras hacía sonidos. había sido un regalo de su hyung, él sabía que los perros le gustaban mucho.

hyunjin estaba recostado sobre la manta, cubriendo sus ojos con su brazo y respirando tranquilamente el aroma de las flores y los árboles o arbustos a su alrededor, además, la risita de kim le hacía sentirse mejor.

de pronto, escuchó un grito corto pero agudo, entonces se sentó casi de golpe, mirando como seungmin corría hasta él.

asustado, detuvo al menor cuando pasó cerca de él, el otro cayó sentado a su lado y se apegó al mayor.

—hyunjin hyung, hyunjin hyung -lucia desesperado, a punto de llorar. —¡a soonie se le ha subido un bicho raro!

soonie era el nombre del perrito de juguete.

hwang lo miró, kim también, pero la mirada del menor le estaba suplicando que hiciera algo para rescatar a su juguete.

el mas alto rió un par de segundos después, poniéndose de pie para caminar hasta soonie.

—mira, precioso. -tomó al insecto con cuidado y volvió a caminar hasta su novio, quien retrocedía sin levantarse y negaba con las manos.

—aleja eso de mí, hyung, ¡aleja eso de mí!

—espera, minmin -con su mano libre lo tomó de la muñeca, evitando que se alejara más. luego abrió su otra mano frente al pequeño, dejando ver a una mariquita posada en su palma. —no va a hacerte nada, te lo juro, además dicen que encontrarte con una es augurio de buena suerte en el amor.

el menor se acercó con cuidado, lento y temeroso, la observó detalladamente unos segundos pero luego el insecto decidió volar, chocando con la naricita de seungmin en el proceso.

kim se echó hacia atrás, limpiándose la nariz con las manos. hwang rodó los ojos mientras reía por la reacción del menor.

—y dicen que yo soy el dramático. -ayudó a su novio a ponerse de pie, luego, con un empujón en la espalda lo envío a jugar. —anda, ve a divertirte que climas como este no los tendrás diario. y ya no le temas a los insectos, cielo, ellos solo quieren besar tu nariz.

pero seungmin no quería hacer eso.

—mejor juega conmigo ¿si? -su carita se llenó de emoción, y el más alto solo sonrió por la ternura que le provocó.

—está bien, ¿a qué quieres jugar?

—bueno, es sencillo -se acercó a su novio y con su dedo índice tocó su brazo. —te he contagiado, ¡ahora debes regresarmelo! -gritó y se echó a correr.

hyunjin no se lo esperaba, así que corrió detrás de él dándole segundos de ventaja, la risa de su pequeño ahora inundaba el parque como una bonita melodía, se escondía detrás de las bancas para que su hyung no lo alcanzara, se escabullia entre los árboles evitando al mayor con éxito.

pero hyunjin era más alto, entonces alcanzarlo no fue problema. lo acorraló en una esquina y el menor aun intentó escapar, pero los brazos de hwang fueron audaces y lo atraparon por la espalda, haciéndole cosquillas en el estómago.

—¡estás contagiado, kim seungmin! -lo abrazó con más fuerza, ahora besando su cuellito repetidas veces, mientras el otro reía debido a las cosquillas.

—¡hyung, me rindo, de verdad, me rindo! -gritó a punto de quedarse sin aire.

el mayor soltó su cuerpo pero no soltó su mano, y así caminaron hasta la manta, sonriendo y recuperando la respiración.

se tiraron sobre esta, uno frente al otro.

—hyunjin hyung -kim sonrió, el brillo de sus ojos volvió loco a su novio. —¿me amas?

—claro que te amo, mi cielo, te amo mucho. -le sonrió, delirando por la simpleza y la belleza de su existir.

—que bueno, porque yo también te amo. -sonrió también, con sus mejillas pintándose de un tono rojizo.

pasaron toda la tarde ahí, jugando, riendo y comiendo, olvidándose de la escuela o el trabajo, solo eran hwang hyunjin y su pequeño pero muy, muy dulce novio.

y ninguno de los dos necesitaba nada mas que eso.

t e a  ; hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora