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hacía tanto frío que un oso polar se hubiera congelado aun dentro del departamento, o al menos así lo sentía seungmin.

-¡deja ese té y ven a divertirte, hyung! -gritó kim, recostado en el sofá, sosteniendo un peluche de oso por las patitas, fingiendo que era este quien llamaba a su novio.

supuso que, si jugaba un rato, lograría distraerse del sentimiento de congelación.

por otro lado, hyunjin estaba debajo de una frazada, sentado en el suelo y frente a la mesita de café, escribiendo en un cuaderno mientras una taza de té humeaba a su costado.

-lo siento, min, tengo tarea aún. -explicó, sin despegar la vista de las hojas sobre las que escribía. sus lentes bajaron un poco por su nariz así que los acomodó.

el menor bufó, sentándose con las piernas dobladas sobre el sofá. miró a su mayor, quien estaba de espaldas y ni siquiera parecía notar su existencia si kim no le hablaba.

se levantó y caminó a pasos pesados hasta la habitación de ambos, se paró frente a la puerta y, de un manotazo, la cerró con fuerza.

hwang alzó el rostro para mirar hacia el cuarto luego del sonido, giró hacia atrás para ver si su novio estaba en ese lugar y al no verlo ahí, suspiró pasándose una mano por la cara, debajo de los lentes.

se acomodó la frazada y con movimientos relajados bebió de su taza, sonriendo ante el calor que esta le brindaba.

si quería pasar tiempo con su pequeño, primero debía terminar sus deberes.

seungmin no estaba molesto o algo parecido, tan solo se sentía triste y apagado, y aunque eso no fuera poco, sus sentimientos se hundían dentro de su pecho como un cofre con llave que se hunde en el océano poco a poco.

sentir una presión social enorme debido a su personalidad, misma que le hacía sentir ya de por sí muchas cosas, estaba volviéndolo un mar de emociones negativas.

hyunjin ni siquiera podía salvarse de ello también, hacía muchas cosas a diario sin descanso, la facultad era realmente pesada y aún así se esforzaba por tener más horas dentro de su trabajo.

kim se miró al espejo, sentado en medio de la cama con una almohada abrazada a su pecho, estaba muy cansado, quería sentirse bien por al menos cinco minutos.

pasó casi una hora cuando la puerta de la habitación se abrió, hwang entró despacio y luego la cerró con cuidado. había pensado que su novio estaba dormido pues este estaba recostado sin alguna cobija con él a pesar del frío.

el mayor rodeó la cama hasta arrodillarse frente a la orilla de kim, quien tenía el rostro cubierto con la almohada. hyunjin la tomó y lentamente la removió de los bracitos del pequeño, esperando no despertarlo.

seungmin se cubrió el rostro con las manos antes de que este quedase totalmente descubierto, su novio se extrañó de ello.

-minmin, he terminado, ¿podrías perdonarme, por favor? -hwang juntó las manos y, de rodillas, le sonrió.

-no es tu culpa. -el otro sollozó detrás de sus manitas.

-¿qué pasa, bebé? -se preocupó, acercándose un poco, buscando descubrirle el rostro.

lo ignoró, dándose la vuelta sobre la cama para darle la espalda.

hyunjin se puso de pie.

-seungmin, ¿qué ocurre? -habló, levantando la voz un poco más.

el interior del nombrado tembló, cuando su hyung lo llamaba por su nombre de esa manera, significaba que estaba muy molesto o muy preocupado.

-nada, tengo sueño.

quizás esa no era forma de hablar con él en una situación como esa.

el más alto se sentó al borde de la cama y con su mano acarició el hombro de su novio.

-¿puedes mirarme, minnie, por favor?

un suspiró después, el menor se dio media vuelta, y luego se sentó en la cama, también.

tenía los ojitos húmedos, la nariz rojiza de tanto llorar y el mentón le temblaba al hacer un puchero.

lo miró en ese estado por un par de segundos, ni siquiera quiso preguntar una vez más, lo sabía bien, sabía que podía ayudarlo solo estando con él.

hwang le abrió los brazos y el menor se abalanzó para hundirse en ellos, llorando en el pecho de su novio mientras él lo mimaba como podía.

-estás cansado, mi amor, lo sé. -habló el mayor, besando el cabello de su pequeño novio repetidas veces.

-¿soy cansado para ti, hyung? -preguntó entre hipidos.

-no, nunca lo serás. -cerró los ojos, abrazando al niño con todo su calor. -en realidad, mi cielo, nunca podría dejar de apoyarte. tal vez lo he repetido constantemente pero me importas más que nadie y jamás te dejaría solo.

-pero, estoy tan enfermo, hyung.

seungmin tembló ligeramente, en el pecho le dolían mucho las ideas absurdas que su mente creaba de si mismo.

-somos tú y yo, minmin. -levantó el mentón del menor, haciendo que este lo mirara a los ojos bajo mucho esfuerzo, debido a las lágrimas en sus ojitos. -las veces que sean, vamos a salir de todo, juntos. -sonrió, admirando lo sublime que era tener la dicha de verlo tan de cerca. -estoy muy enamorado de ti como para permitir que te rindas.

besó sus lindos y dulces labios, luego sus mejillas, finalmente su frente.

-no te derrumbes, seungmin. -se recostó, con kim atrapado en sus brazos, acariciando su espalda con nada más que amor. -no nos rindamos nunca.

y, de pronto, el frío pareció esfumarse.



t e a  ; hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora