|006|

1.7K 175 287
                                    

Salió del aula de clases a pasos aletargados soltando un gran suspiro lleno de cansancio. Estaba harto de las clases, harto de escuchar tantos murmullos y especulaciones sobre él, tantas burlas y lo más terrible no poder contar con el apoyo y protección de sus amigos.

Hyungwon y Wonho se habían apartado de él, le habían dejado de hablar y ahora ignorarlo era lo único que hacían estos últimos días.

Era de esperarse, se encontraban decepcionados por la repentina actitud de Changkyun aquel día, seguían incrédulos de que aquel chico no hubiera delatado al cuarteto de idiotas después del gran daño que le habían hecho.

Sin haberlo previsto se topó de frente a Hyungwon, pero este lo ignoró como siempre y siguió su camino.

—Hyung, por favor. No te vayas, perdóname—Habló Changkyun suplicante, pero fue como si hubiera soltado las palabras al aire, Hyungwon ni si quiera se inmutó y retomó su caminata

El menor no se dió por vencido y fue detrás de su amigo, llamándolo por segunda vez.

—Hyungwon, te ruego que me escuches, ponte en mis zapatos por un momento, tenía muchísimo miedo—Soltó el menor en un susurro mientras tocaba el hombro de su amigo intentando convencerlo.

—¿Sabes? Ya no me interesa, haz lo que quieras con tu vida I.M— Soltó Hyungwon de manera brusca mientras se deshacía de la mano de Changkyun puesta en su hombro, el menor no pudo evitar sentirse destrozado, su amigo lo había llamado por su apellido, "I.M", ya no «Chang» o «Changkyunnie» de manera la cariñosa como lo llamaba todas las otras veces. Ahora sí, había perdido completamente su amistad.

Decidió ya no insistir y rindiendose dejó que el mayor se marchara tranquilamente perdiéndose entre los pasillos.

Absorbió la nariz evitando no llorar, se sentía tan triste, abrumado y solitario, fue directo a los casilleros pues las clases habían terminado, como era obvio, debía guardar alguno de sus útiles escolares.

Abrió la puerta de su locker como era costumbre, ahí fue capaz de percatarse que un nuevo grafiti color rojo había aparecido el cuál decía dos palabras ofensivas llenas de repulsión hacia su persona "Marica cobarde". La pintura aún se veía fresca, lo que le atribuyó a pensar que había sido pintado recientemente. De un portazo cerró su respectivo locker y se recargó en los casilleros cerrando los ojos frustrado. ¿Hasta cuando iban a seguir esos malditos insultos? ¿Cómo iba a superar todo eso de ahora en adelante sin la compañía y ayuda de sus amigos?

───(🐝)───

Caminó hacia el cuarto de intendencia. Pero ¿Dónde diablos estaba el señor JiGum cuando lo necesitaba?

Sin más remedio buscó entre cada uno de los cajones los materiales necesarios para comenzar con su labor de limpieza. Y es que, después de no haber acusado al trío de buleadores, le había llegado un citatorio por parte de dirección, por crear falsas acusaciones y su castigo obviamente constaba en limpiar algunas aulas de clases y los baños de caballeros al terminar las clases durante cinco días seguidos para que así no le quedaran ganas de volver a difamar en nombre de alguno de sus compañeros, cosa absurda, el no había difamando ni creado ninguna acusación.

Ni si quiera se había recuperado del todo de aquellos golpes que había recibido y sin embargo, ahí estaba él, dispuesto a cumplir con un castigo que no merecía.

Tomó unos guantes de látex y se los colocó, llenó una cubeta de agua y tomó el trapeador y escoba dirigiéndose a uno de los salones.

A punto de entrar dentro del aula que iba a limpiar, escuchó unas voces discutir, dos personas totalmente conocidas. Así que, simplemente detuvo sus pasos quedando totalmente frío ante los sujetos que no se percataron de su presencia por estar tan absortos en la discusión.

Homofobia | JookyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora