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Changkyun no tenía ni la más remota idea de que el área verde fuera un espacio tan relajante y pacífico. Se encontraba sentado en una posición estilo yoga intentando olvidarse de sus problemas escolares. Cerró sus ojos pero tan pronto como lo hizo unas bonitas facciones aparecieron dentro de su mente, unos ojos obscuros y pequeños, sus labios rosados sin olvidar sus peculiares mejillas con hoyuelos. De pronto toda su relajación se esfumó y abrió los ojos de inmediato. Jooheon siempre aparecía en su mente de todas las maneras posibles.

Un poco asustado miró hacia todos lados, pero el lugar estaba casi vacío, no es que le temiera a Jooheon, pero si a los amigos de este.

Después de haber removido todo el pastel de su rostro se había refugiado en un lugar poco visitado por los estudiantes esperando que las horas pasaran para poder marcharse a casa, ya no le importaba si perdía clases, total, tampoco era bienvenido dentro del aula. Decidió acostarse sobre el césped bien cortado y fresco volviendo a intentar llegar a una relajación, el sonido de su respiración y las aves batir sus alas era de los únicos sonidos perceptibles ahí. Miró hacia el cielo, tan bonito con ese color azulado claro y detalló cada una de las nubes blancas como la espuma. Cuando estaba aburrido o pensativo le encontraba formas, figuras a las nubes y en ese momento había una que había llamado particularmente su atención, parecía una especie de corazón roto pegado con una bandita. Parpadeó varias veces hasta que únicamente vió la figura de una nube normal. ¿Porqué rayos había visto algo así en un conjunto de humo blanco? ¿Que significaba ese corazón roto vuelto a ser unido con la ayuda de una bandita adhesiva? Seguramente eso de ser molestado en la escuela le estaba afectando la mente.

—El día está muy bonito. ¿No es así?—Él joven pegó un brinco ante la desconocida voz que de la nada había resonado en el silencioso y pacífico lugar. Era un chico de último año, que estaba acostado a su lado con los brazos detrás de la nuca quien también miraba hacia el bonito cielo azul pastel— ¿Que me cuentas? ¿Te has vuelto rebelde como yo y te has saltado las clases también?

—Algo así—Contestó Changkyun sin mucho entusiasmo, logrando una mueca no deseada en sus labios.

—Analizandote bien. Te conozco, he escuchado millones de rumores sobre ti en toda la escuela. Dicen que eres gay, oh, pero no te preocupes que no soy homofóbico. Si mi memoria no me falla ¿Eres I.M no es así?

—Así es. I.M es mi apellido, mi nombre es Changkyun. ¿Cuál es el tuyo? Es bueno conocer a uno entre mil alumnos de esta escuela que no sea homofóbico.

—Mi nombre es Kang Dongyoun, y si, la verdad es que no me incumbe la vida de los demás. Cada quien puede hacer de su vida lo que quiera y andar con quien sea, así que, mi querido amigo, como yo siempre digo, es tu culo y tu sabrás lo que haces con él—Soltó aquel joven en forma de broma cosa que hizo reír a Changkyun.

—Gracias por tus palabras, fue agradable tu compañía, pero, ni siquiera había notado la hora que es, ya llegó el fin de las clases, estar aquí tan relajado ni si quiera me permitió oír el timbre de la salida, iré por mis cosas para marcharme a casa, seguramente ya no debe haber nadie en la escuela. Espero volver a coincidir pronto, me has caído muy bien hyung.

—Es cierto, también debo irme ya. Igualmente, fue un placer poder tener una mini conversación contigo Changkyun-ah.

Él menor recogió sus cosas y volvió dentro de la perdiéndose entre los largos pasillos de la escuela que ahora se encontraban desiertos debido a lo tarde que era. Salió por la puerta principal (que afortunadamente todavía se encontraba abierta) pero no pudo continuar con sus pasos pues fue jalado de manera brusca por los tirantes de su mochila que colgaba de sus hombros obligándolo a volver a entrar a la institución.

Homofobia | JookyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora