Capítulo III: Entre grabaciones

3.1K 224 21
                                    

La noticia de tener al novio de Bárbara en la misma telenovela no me supo a gloria, pero accedí a ignorar este aspecto suponiendo que como pareja ellos habían conversado sobre el desafío que representaba el papel de Juliana Valdés. No obstante, debo revelar que a partir de este momento el clima sereno de nuestro primer acercamiento en solitario no fue el mismo.

De todas formas la charla no se extendió porque sólo contábamos con los libretos de las primeras escenas y porque yo de alguna manera salí huyendo de ahí. Igual, ambas estuvimos de acuerdo en seguir reuniéndonos las veces que fuesen necesarias para acordar cómo iríamos construyendo los personajes.

—A mí me parece, Bárbara, que es importante no perder de vista los detalles pequeños de la actuación. Me explico, uno actúa en capas de cebolla, y si bien el público se inclina por mirar lo eventualmente explícito, creo que sería necesario que no descuidemos aspectos como la mirada, los silencios y la tensión entre ellas a medida que vayan avanzando en su relación.

Una media sonrisa cruzó sus ojos, porque la mujer que tenía frente a mí tenía ese maravilloso poder. Bárbara López sonreía también con sus ojos. Irguió un poco su cuerpo, y lo acompañó de un leve asentimiento.

—Sí, sí. Estoy de acuerdo, Maca, parece que tienes experiencia en estos personajes.

Una de mis cejas se elevó sin poder evitarlo, denotando confusión.

—¿A qué te refieres con "estos personajes"? —la pregunta no la tomó por sorpresa, así que rápidamente me abordó con otra.

—No sé, ¿has actuado antes con un personaje gay?

—No, nunca. ¿Pero qué de especial tiene esta actuación? Yo creo que nada. —Me encogí de hombros, en un gesto que pretendió ser despreocupado—. Son dos seres humanos que aprovechan su fortuito encuentro para apoyarse y en ese camino de cuidado el control de la situación desfallece y se van enamorando. ¿Acaso eso no es lo que pasaría en cualquier relación? Deberíamos olvidarnos de ponerle etiqueta a esto y simplemente sentirlo como lo que es: amor.

Bárbara se quedó en silencio mirándome fijamente hasta que retomó el aire y su voz volvió a llenar el espacio.

—Es cierto, esta es una historia de amor como cualquier otra y justo por eso creo que debemos basarnos en nuestras propias experiencias para construir personajes muy reales.

Solté una risa suave y cargada de emoción al escucharla, asintiendo un par de veces más.

—Exacto. Eso es.

Se inclinó en su asiento con delicadeza, y lanzó un nuevo interrogante:

—¿Tú, te has enamorado? ¿Tienes novio?

—Sí, me he enamorado. —Su sonrisa me contagió logrando, de inmediato, que en mis labios también se dibujara una—. Siento que soy una persona que se entrega cuando quiere de verdad. Pero si alguien me preguntara a quiénes he amado con mayor intensidad y también quiénes me han roto el corazón de seguido, tendría que decir que son mis amigas. Amo a mis amigas pero creo que me ha ido mejor con los hombres, tal vez esa sea la razón por la cual tengo novio.

Sus labios volvieron a asomar una sonrisa tenue.

—Wow, entonces sí que quieres a tus amigas. De hecho, tú te ves como mujer amorosa. ¿Y qué dice tu novio de todo esto? Digo, del papel de Valentina. —Su tono, de pronto, estuvo cargado de genuina curiosidad.

—Oh... a él le parece perfecto, le parece bien, una linda oportunidad. ¿Y el tuyo qué dice? —inquirí casi de manera mecánica.

—¿Gonzi? —Bárbara dejó escapar una risa nerviosa y unas cuentas más mientras seguía contándome—, está tan emocionado como yo y pues, hasta creo que está más tranquilo porque seré pareja de una mujer. Ante todo yo soy heterosexual, primero me podría enamorar del tipo más equis que de una mujer.

It was real: A love storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora