Una sola Italia

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Jojo:3 HOLU! Volví de la muerte de los estudios (-*3*)- meh, no he puesto looooooos pertenecientes, but, aquí esta: Hetalia no me pertenece, *inserte texto de copyright aqui* son de Hidekaz Himaruya *te amo <3* y y y y y y HAZ QUE SE CASEN DE UNA VEZ GERITA! D:< en fin :3 aquí tienen:

Se encontraban en una conferencia mundial todos los países. Italia jugaba con un lápiz, Alemania estaba serio tratando de controlarlo la situación, Grecia dormido, Canadá estaba en una esquina recibiendo toda la atención posible de parte del francés, Romano aventaba golpes e insultos a diestra y siniestra, EU trataba de ser el hero...lo mismo de siempre, incluso Prusia estaba ahí solo como excusa para ver a sus dos amigos y *casualmente* a cierto señorito que volteaba la cabeza sonrojado debido a que el albino le aventaba una que otra mirada coqueta con su sonrisa juguetona. Pero, entre esas miradas, volteó casualmente a la ventana y vio algo que hizo que se pusiera completamente serio y más pálido de lo que ya estaba, llamando la atención del austriaco que tenía en frente, este volteó a la misma dirección que el albino encontrando el origen del problema: pudo ver a una mujer alta, delgada, muy recta, de cabello rubio en un chongo muy estirado, traje negro, de lentes cuadrados y oscuros, esto le llamó mucho la atención a Austria, pero lo que más le llamó la atención es que la mujer volteó y vio a Prusia cambiando de su cara completamente sería a una sonrisa retadora. Austria estaba a punto de preguntar que pasaba cuando un hombre de traje negro entró por la puerta de la sala.

-Necesito a Italia Veneciano e Italia Romano- dijo el hombre muy serio que incluso daba un poco de miedo.

Ambos hermanos se miraron extrañados uno al otro, al igual que mutuamente con su parejas, pero ambos se pararon y se prepararon para irse, no sin antes susurrar que volverían pronto. Italia veía preocupación en la cara de Alemania, así que lo tomó de la mano y la presionó un poco, provocando que el rubio volteara

-Volveré pronto, ¿si?- trató de asegurar con su típica actitud tierna y una de esas sonrisas que sólo Ludwig conocía, debido a que Italia siempre podría sonreír, pero era selectivo de que forma sonreía para cada quien. El alemán sólo asintió mientras devolvía el ligero apretón de manos, haciendo que el Italiano sonriera más.

España no se quedaba atrás, no sentía que Romano debía ir.

-Lovi~ por favor cuídate- dijo el español mientras abrazaba fuertemente al malhablado italiano, el cual estaba tratando de zafarse a patadas y palabrotas

-Sueltame bastardo de los tomates, sé cuidarme solo, ¡YA NO SOY UN NIÑO!- gritaba como siempre a los cuatro vientos junto con palabras italianas que, al parecer, no eran muy bonitas, debido a la cara que Feliciano hizo al oír a su hermano hablar.

Al fin se había soltado de los brazos de España, gracias a un golpe en el estómago, pero eso no dejo que Romano no se le quitará el sonrojo que le había provocado Antonio.

-Volveré pronto, stupido bastardo- susurro el mayor de los italianos con la cabeza agachada y los puños a los costados, provocando que España sonriera. Acto siguiente salió a paso veloz de la sala.

Seguidamente, continuó el camino Feliciano, el cual paró un momento y posó una mano en el marco de la puerta de metal a la vez que giraba su cabeza y le sonreía al alemán que se encontraba aún viéndolo. Con la misma sonrisa se fue saltando fuera de la sala, seguido de el hombre de traje

En cuanto se cerró la puerta, Alemania comenzó a sospechar a pesar de que el castaño le dijo que no pasaría nada, pero su instinto no lo dejaba en paz.

-¿Alguien había visto antes a ese hombre?- cuestiono Hungría

-Podría ser nuevo, estoy enterado de que la oficina buscaba nuevos empleados- dijo Japón

Lo-VE~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora