Eres...

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PRIMER FIC DEL AÑO!!! >:D *sale el BTT bailando el baile de las piernas mientras se abrazan quedando en línea, con unos vestidos de dama de cantina del viejo...* ...Francia...Francia...¡FRANCIA! *para la música y el baile* ...cariño, bebé, cosito lindo de mi vida, cuando se baila esto...SE USAN CALZONES! D:<
Francia: 737 no me dejan expresarme *enciende un cigarrillo y se sienta en una silla con manos de diva, mientras cruza la pierna*
....Coño Francia D:<

Cómo sea......Ya saben, blah blah blah Hetaria no it's my, blah blah blah, Hidekaz Himaruya, blah blah blah, esperando boda súper gay, blah blah blah, COMENCEMOS! >:'D

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Se podía escuchar el ruido de una máquina que para un fabricante era sólo una máquina más que construiría en su trabajo, en el cual simplemente esperaba que una manecilla llegara a un número exacto para poder volver a su casa y disfrutar el resto del día; para una doctora o un doctor era una herramienta de trabajo que distinguía entre su paga, claro, hay diferencias de persona a persona; para un enfermero o una enfermera, ayuda a mantenerse despierta en las rondas de madrugada; pero para Italia...para Italia esa máquina era lo que distinguía si su vida tendría sentido o no, si podría ver las estrellas con tanto brillo con el que las veía, incluso sí volvería a reír... No podría soportarlo otra vez...

-Ve...¿Doitsu?- susurro Italia mientras abría un ojo de Alemania con sus dedos y se asombra a ver sus ojos azules apagados, los mismo que antes tenían tanto brillo como el sol, si no es que más

Italia llevaba en esa sala día y noche. No se podía decir donde dormía, ¡ni siquiera podía decirse si dormía!,debido a que todo el tiempo que pasó ahí normalmente se quedaba dormido a ratos y en diferentes lugares, mayormente en la silla que estaba junto a la camilla de Alemania, donde siempre, sin falta, sujetaba su mano.
El pequeño italiano parecía no tener vida, cada vez que entraban los demás países tenían que tomar los signos vitales de ambos para saber quien seguía vivo, incluso España le colocaba una sábana antes de irse y Hungría tenía que levantarlo para darle de comer, a diferencia de antes, ya casi no comía....¡YA NO COMÍA PASTA!. Desmayos de muchos a causa de esto. El pequeño había perdido su sonrisa, su rubor natural, esa energía positiva que emanaba cuando entraba a una habitación, su expresión alegre en sus ojos cerrados, su rulo se había caído al punto de solo parece su cabello más con una punta un poco rizada; no se movía, se quedaba completamente inmóvil viendo fijamente al rubio. Romano maldecía una y otra vez porque ninguno entendía que pasaba por la cabeza del pequeño

"-¡VAMOS¡ !¿QUÉ MIERDA PIENSAS?!- decía Romano con lágrimas en los ojos mientras agitaba a Feliciano. Pero era inútil, no importa cuando jalaban o le hablaban a Italia, él no dejaba de tener esa vista perdida sobre su Alemania"

Lo que pasaba con Italia era que ni siquiera pensaba, él no podía, lo que en realidad pasaba con Italia era que contemplaba a Alemania, así es, nada más y nada menos. Era demasiado notorio que para el dulce. Italia no existía el tiempo últimamente, pasaba horas y horas admirando cada detalle del rubio, "Parece dormido...está dormido", pensaba Italia. Recordaba y comparaba esos momentos amargos con los dulces momentos donde se levantaba más temprano que el alemán solo para verlo dormir. Observaba lentamente sus ojos, sus líneas de expresión, sus pestañas firmes y delgadas; imaginaba, soñaba con el momento en el que los volvería a abrir, lentamente apretaría con fuerza y delicadeza sus párpados por lo que sus pestañas se alzarían un poco y se dibujarían pequeñas arrugas al rededor de sus ojos para finalmente parpadear unas cuantas y lejana veces finalizando con abrir sus ojos poco a poco, giraría sus pupilas hacía el castaño y volvería su brillo. Observaba su boca, las delicadas líneas que formaban sus labios delgados y firmes, el color durazno difuminado con un poco de rosa leve en los extremos, los perfectos picos que se formaban abajo de la nariz en el labio superior, la curva interrumpida y libre que trazó Dios para formar su labio inferior, las pequeñas arrugas que se formaban en la unión de ambos labios en la boca. Imaginaba que apretaba un poco la boca, después abriría un poco sus labios dejando ver sus dientes cuadrados, fuertes y perfectamente blancos; seguidamente dejaría salir el aire fuertemente en corto tiempo tiempo y fugazmente en forma de quejido, todo eso acompañando a sus ojos.
Observaba desde sus hombros hasta sus manos, eran rectos, firmes, fuertes y seguros, podía verse que Alemania era lampiño de nacimiento , el rubio era realmente fuerte y muchas personas lo veían atemorizante pero Italia no veía eso, para nada, cuando el italiano estaba con el alemán se sentía seguro, protegido, se sentía amado. Cuando la demás gente veía los hombros y brazos del alemán, lo imaginaban cargando armas y cajas llenas de explosivos, el aroma que pensaban que tenía era pólvora con sudor; pero cuando Italia pensaba en los hombros y brazos de Alemania, recordaba las veces que lo abrazaba fuertemente cuando tenía miedo, estaba triste, muy feliz o simplemente porque quería un abrazo, no importaba en que momento fuera, él siempre lo abrazaba con la misma fuerza y el mismo cariño; también recordaba cuando jugaba con él y lo cargaba, cuando se cansaba en el entrenamiento o se lastimaba, Alemania lo cargaba hasta la casa, también cuando dormían juntos, lo abrazaba de manera tan cálida y protectora que lograba que Italia durmiera tan feliz y cómodamente. Incluso cuando rompía algo Italia, las manos de Alemania siempre reparaban todo.
No importaba cuanto recordara o soñara, siempre volvía a la realidad y volvía a sentirse igual, el mismo sentimiento...

Lo-VE~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora