No me engañarás otra vez (1/4)

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Tras un par de días de tranquilidad, Hotch nos informó de que teníamos un caso. Salí en seguida de casa, casi chocando con Reid allí.
-Lo siento, no te vi -se disculpó el castaño.
-No es nada. ¿Recibiste el mensaje de Emily?
-Sí.
-Vamos entonces.
Cogimos el metro mientras escuchaba música en mi móvil. Casi sin darme cuenta, empecé a cantarla suavemente:
"Don't try to make me stay,
or ask if I'm okay
I don't have the answer.
Don't make me stay the night
or ask if I'm allright
I don't have the answer.
Heartache doesn't last forever
I'll say I'm fine
Midnight ain't no time for laughing
when you say goodbye
It makes your lips
So kissable
And your kiss
Unmissable
Your fingertips
So touchable
And your eyes...
Irresistible"
-Sí que cantas bien, no deberías ocultarlo -comentó García.
Reid sonrió:
-No sabía que te gustara One Direction.
-No me gusta, pero esta canción sí. La aprendí con la flauta en el colegio.
-¿Aún la tocas?
-De vez en cuando.
Miré las noticias de nuevo. Aún aquel tipo de las bombas. Era nuestro caso.
-¿Vi?
-¿Qué? -respondí bruscamente.
-Ll-Llegamos -respondió Spencer, intimidado por mi voz.
-Lo siento, estaba concentrada...
-Ah... -dijo no muy confiado.
-En serio, no es nada contigo. Lo siento -le besé la mejilla.
El chico se puso rojo mientras entrábamos en la oficina.

-Richard Clerman es la segunda víctima de bomba, -expliqué- y ambas en Palm Beach. Se ha informado a Seguridad Nacional, y además del perfil quieren una valoración del riesgo. JJ está manteniendo la prensa a raya. En cuanto a las bombas, el Departamento de Explosivos irá mandando fotos de los fragmentos. Ah, ahí llegan.
En efecto, Hotch traía algunas fotos.
-Bombas de tubo -comentó Gideon.
-En cajas de cartón -señaló Morgan.
-Paquetes bomba -afirmó Hotch- ¿enviados por correo?
-No -señalé una foto- es el detonador encontrado en las dos bombas. El mismo para ambas. Activación de mercurio.
-¿Cómo es eso? -preguntó Elle.
-Un tubo curvado lleno de mercurio conectado a un detonador por ambos lados. Inclinas la caja y... bum -explicó Reid.
-Entonces no fue por correo. Los entregó personalmente.
-Un extraño acto de terrorismo. Muchas molestias para matar a tan pocos. Recomendemos que no se aumente el nivel de alerta. Que no cunda el pánico.
En ese momento entró JJ anunciando novedades:
-Esta es una cadena local pero todas lo cubren. CNN, FOX, NBC, todas.
-Ya ha cundido el pánico -resumió Morgan.
"Según los médicos, se encuentra estable dentro de la gravedad en la UCI. Los vecinos oyeron una explosión a las 10:30 am, esta mañana..."
-Parecerá debilidad si no aumentamos la alerta -suspiró Hotch.
De repente se oyó un ruido, y nos volvimos para ver la explosión de una de las casas.
"¿Estáis todos bien? ¿Necesitan ayuda? Estamos en directo, repito estamos en directo"
Hotch apagó el televisor y dijo:
-Vamos a Palm Beach. Os veo en la pista en 20 minutos.
Morgan se ofreció a quedarse para examinar los fragmentos, junto a García.
Salimos corriendo, y Morgan se ofreció a llevarnos.
-Gracias -le dediqué una de mis mejores sonrisas.
-Gracias -dijo Reid, entrando y sentándose.
Llegamos con rapidez, y subimos al avión.
-Las explosiones fueron en un radio de 5km. La primera víctima fue una viuda: Bárbara Keller. Dos horas más tarde, Clerman a la salida de su casa y 45 minutos después, bueno, ya lo vimos. Jell Swamson, ama de casa, vivía frente a Clerman que de los tres, es el único que sobrevivió -explicó Hotch.
-¿Qué relación hay entre las víctimas? -pregunté.
-Una -apuntó Hotch-. Clerman era socio en la construcción de unos pisos de 10 millones en los que Keller había invertido, pero el negocio se fue a pique. Bianca, tú sabes de qué iba.
Deseando ayudar, ya que me intimidaba Hotchner, aclaré el asunto:
-Un geólogo descubrió que había metano bajo el suelo, no se hicieron los pisos y bajó el valor de las tierras. Hizo perder dinero a mucha gente, a-a lo mejor alguno quiso vengarse -hice mi mejor esfuerzo para no ponerme nerviosa, ya que todos me miraban.
-No debemos adelantar acontecimientos, es muy pronto para hacer conjeturas sobre el móvil -me reprendió Hotchner.
-L-Lo siento -bajé la cabeza avergonzada-. ¿Por dónde empezamos?
-Por el principio. ¿Cómo son los que ponen bombas, Reid? -preguntó Gideon.
-Suelen ser varones, solitarios. Casi siempre con antecedentes penales. La mitad de las bombas que se colocan suelen ser actos de vandalismo. A menudo los autores terminan volando por los aires. Los primeros sospechosos son las víctimas.
Me aburrí y comencé a hacer un esquema sobre uno de los ordenadores del LHC, el ATLAS. Reid se volvió para preguntarme algo, y vio el dibujo antes de que lo escondiera.
-¿Estabas dibujando? -me reprochó, con tan mala suerte que todos lo oyeron.
-Lo siento, me aburrí.
-¿Estábamos hablando y te aburriste? -inquirió Elle.
-Vale, tengo que entregar unos dichosos planos mañana, y estoy nerviosa.
-¿Planos del CERN?
-Sí, me los pidieron porque el ATLAS tiene un pequeño fallo y está dando problemas, al parecer no registró bien 3600 colisiones en una hora... les preocupa.
-Vaya, cualquier ordenador falla con una cifra así -dijo Hotch.
-El ATLAS procesa 600 colisiones por segundo. ¿Falló todo seguido, o pequeños fallos cada vez?
-No lo sé, por eso reviso los planos.
-Llegamos -advirtió Hotchner-. No te distraigas mucho.
-No, señor -sonreí avergonzada.

Mentes Criminales: Crónicas Blancas (Spencer Reid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora