1. No todo lo rojo es sangre

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Llevaba todo el día tosiendo, pero no se sentía enfermo. Tosía sin parar, pero en su garganta no había flema que expulsar, no había el picor causado por una alergia, y aun así tosía como si quisiera escupir sus pulmones enteros.

-¡Maldita sea!- se quejó Chris, cubriendo su boca por quien sabe qué vez en el día.

Sentía las miradas de todos encima, era obvio que iban a mirarlo, llevaba así todo el día, e incluso a veces le ocurría en medio de la clase pese a que se esforzaba en contenerlo.

Chris casi podía escuchar la misma idea que todos tenían en sus cabezas.

"¿Por qué no va a la enfermería?"

Pero no quería hacerlo.

¡Se sentía perfectamente!

No había necesidad.

Pero, tenía que admitir, que comenzaba a cansarse de lo mismo.

¿Cuándo había comenzado a toser?

En la mañana todo había estado bien, de hecho, en su casa no le había pasado nada especial, además estaban cerca del verano, por lo que tampoco podía ser un resfriado, tampoco podía ser alguna alergia.

Fuera lo que fuese, comenzó apenas pisó la escuela y no era suficiente, necesitaba más detalles, necesitaba encontrar la pista que lo llevaría a solucionar su problema.

Mientras se concentraba para pensar en eso Chris alzó la mirada, desde su pupitre observó a Joel, que hablaba con el maldito nerd del salón.

¿De qué demonios estaban hablando como para que sonriera así?

¿Cuál era la gracia de hablar con el maldito nerd?

¿Y por qué de pronto le importaba si Joel hablaba con el maldito nerd?

No tenía por qué importarle, ninguna de las escorias que no valen la pena deben importarle

Empezó a toser.

Cubrió su boca para no hacer ruido, escondiendo su rostro lo mejor que pudo.

Joel dirigió su mirada donde Chris, sus ojos se encontraron, pareció como si Joel le hubiese preguntado "¿Todo bien?" a lo que los furiosos ojos de Chris respondieron "No te incumbe".

Joel regresó su mirada a la conversación, donde siguió sonriendo y hablando con Zabdiel.

Ahora si se sentía enfermo, le dolía el pecho, quería vomitar.

Se levantó de su asiento y sin decirle nada a nadie caminó si detenerse hacia el baño, amenazando a todos con la mirada para que nadie se le acercara a preguntarle nada.

Dudaba que alguien fuera a acercarse de cualquier forma, pero era mejor asegurarse, cuando estuvo fuera de la vista de todos, salió corriendo al baño, estaba seguro de que iba a vomitar.

Se encerró en el baño, tosió como histérico frente al lavabo, sus ojos estaban llorosos por el esfuerzo y el dolor en su garganta.

Por sin sintió que algo subía e iba a salir, mejor así, vomitaría y se desharía de ese maldito malestar de una vez por todas.

Escupió.

Pero no había vomito, había pétalos arrugados, de un color rojo vivo. Chris respiró agitado, intentando reponerse del ataque de tos, recuperando su respiración.

Se secó los ojos con el dorso de su mano y observó lo que había escupido, metió sus dedos en su boca y sacó un pétalo que se había pegado a su lengua.

¿Qué demonios era eso?

No sabía, pero sí sabía que ese color rojo, solo podía pertenecer a una persona.

"Estoy realmente enfermo" pensó.

¿Pétalos?

¿Por qué pétalos?

Chris observó el lavabo durante unos segundos, no estaba seguro de entenderlo, pero, a su vez, lo comprendía casi perfectamente.

Negó bruscamente la cabeza; por poco destroza el espejo del baño, estaba tentado a golpear lo que sea, a destruir lo que tuviera en frente, pero no lo hizo, no servía de nada y no lo ayudaría en su problema.

No quería llamar la atención tampoco, no más de lo que había estado haciéndolo en el día.

"Enfermo o no, eso no debe interferir" pensó mientras abría las llaves del agua, dejando que el agua se llevara los pétalos lejos de su vista. Por lo menos había dejado de toser, eso era un avance.

Posiblemente era algo pasajero, tal vez un accidente o una confusión de su organismo o eso quería pensar, sin embargo y muy a su pesar, aquello no era un accidente y tampoco un error, pero en esos momentos Chris no tenía manera de saberlo.

De pronto Joel apareció en el baño, lucía preocupado, genuinamente preocupado por Chris, pero eso no era sorpresa, el chico de cabello rizado siempre se preocupaba por todos, era un idiota, un idiota que resultaba ser también una buena persona, la mejor persona, un héroe, un héroe al cual Chris quería golpear, quería explotarle la cara.

No entendía por qué, pero lo quería lejos, lo más lejos posible.

¿Qué demonios le pasaba hoy?

En realidad, no quería hacerlo, no quería hacerle daño, estaba frustrado, lo sabía. Le frustraba verle ahí, preocupado por él, le frustraba verloChris entendía, que lo que en verdad quería hacer, era decir algo.

Podía sentir las palabras acumulándose en su interior, burbujeando en su garganta, amenazando vencer su voluntad y salir sin control.

Si abría la boca ahora, diría justo lo que deseaba decir.

¿Cómo reaccionaría Joel?

¿Su percepción respecto a Chris cambiaría?

¿Lo consideraría débil, patético o asqueroso?

Chris se sentía a la merced de sus emociones, que, por primera vez, no podía dejar salir libremente, no podía explotar como siempre lo hacía, la ira esta vez no era la respuesta, gritar sería inútil, esto era algo que debía enterrar.

Lo enterraría sin importar el precio o el dolor. Así pues, le dedicó una mirada hostil a Joel, una que no le había dedicado en mucho, mucho tiempo.

-¿Qué demonios quieres? Deja de mirarme con esa cara, imbécil-

Su voz no tenía la irritación de siempre, esta no era una voz a la que Joel podría responder con una sonrisa.

-¿Eh?- Joel se sorprendió por la hostilidad en su voz, pero igual intentó componer una sonrisa nerviosa -¡Ah sí! Lo siento, es que hoy no te veías muy bien, ¿sabes? Estaba preocupado, ¿te sientes mejor?- su voz era amable, enérgica pese a la suavidad con que lo dijo, real, sincera Chris la detestó durante unos segundos, escucharlo era doloroso.

Quería volver a toser.

Su pecho quemaba, hubiese dado lo que fuera por poderse apuñalar el pecho con algo y arrancarse ese maldito dolor.

"Te preocupas eh"

Por un momento se dejó conmover, pero no duró demasiado, pronto la imagen de Joel hablando con Zabdiel apareció en su mente.

Se llenó de rabia, y el dolor empeoró, se retorció por dentro hasta que sucumbió al ataque de tos; tuvo que aferrarse al lavabo para sostenerse, de lo contrario habría caído al piso.

-Estoy bien, no necesito ni de ti ni de tu lastima ¡Lárgate!- gruñó con voz ronca, cada vez más molesto, jadeando, intentaba recuperar el aire.

Joel, incapaz de responder o entender, soltó una risita nerviosa, rascando su nuca, se sentía avergonzado y sinceramente, con ganas de huir.

-Claro claro alguien tan fuerte como Christopher Velez no necesita que alguien como yo se preocupe, lo siento, solo quería saber que estabas bien-

El Precio de tu Amor || Virgato || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora