4. Un último pétalo

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-Ah, por fin despertaste, ¿Cómo te sientes? Solo puedo aliviar tu dolor de garganta, aunque no es mucho-

Chris se tocó el cuello, dolía menos, pero la sensación desagradable permanecía intacta. Estaba cansado y mareado así que solo volteó a ver a la enfermera y agradecerle. Le preguntó cómo había llegado hasta la enfermería y esta le explicó todo lo acontecido, hasta donde ella sabía, claro.

-Ahora, Christopher, necesito que me escuches, ¿de acuerdo?- Chris asintió, demasiado cansado como para oponerse a lo que sea -Lo que tienes no va a detenerse, no va a desaparecer, no importa cuánto intentes racionalizarlo o sofocarlo, eso solo alienta a que se desarrolle con mayor velocidad Lo que hagas o no, es toda tu decisión, pero es mi deber, porque la salud es lo primero, decirte que es mejor que confieses esos sentimientos, no sé por quién los tengas, sin embargo, muchacho, si sigues así, no habrá ningún final bueno para ti. Recuerda que tienes amigos que no quieren perderte, como Joel, él estaba muy preocupado-

Aquello fue una lanza en el corazón de Chris, quien apretó los dientes, tenía ganas de llorar, y dado a que se sentía en un espacio seguro para hacerlo, no pudo contenerse más y comenzó a llorar ahí mismo.

-Estoy harto de este dolor- murmuró desesperado.

-Es algo muy doloroso, ciertamente, pero sólo dejará de doler si lo dejas salir y sanar, habla la voz de la experiencia- le dijo la enfermera en un tono muy dulce.


[...]


Chris se miró en el espejo aquella mañana con inusual paciencia y quietud. Entendía que, si las cosas seguían como hasta ahora, llegaría un punto en donde ya no podría respirar, donde ya no podría moverse, donde posiblemente moriría. Y, aunque pensó que prefería la muerte, la verdad es que desear la muerte era escapar de la verdad, escapar de la vida, y escapar del sufrimiento, para él ese era el camino de un verdadero cobarde.

Sabía que estaba siendo un cobarde.

No podía creer lo complicado que todo se había vuelto y todo porque no quería admitir sus sentimientos, porque no quería confesar lo que todo el tiempo ardía en su pecho cuando veía esa sonrisa, era débil, lo entendía, había cometido el fatal error de enamorarse, entendía que estaba totalmente enamorado, y que, aún si él no era convencional y prefería callarse sus sentimientos, no por ello sus sentimientos eran menos poderosos.

Frente al espejo, decidió que por lo menos diría la verdad por primera vez, se afrontaría, afrontaría la verdad.

Tembló un poco, se aferró al lavabo y comenzó.

"Lo que siento cuando veo al nerd de mierda hablando con Joel son celos.

No le lanzo un ladrillo solo porque tengo dignidad.

Tengo miedo de perder a Joel.

Tengo miedo de que el maldito nerd se robe también a Joel.

Me importa lo que él crea de mí.

Quiero que él siga sonriendo conmigo y para mí.

Soy patético y un cobarde estúpido.

Temo que me rechace y darle asco, no quiero que me vea con condescendencia ni que me trate patéticamente.

Yo

Y yo...

Estoy enamorado de Joel."

El Precio de tu Amor || Virgato || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora