2. Pagar el precio

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Chris se sentía como un pedazo de basura, se sentía la peor basura del mundo. Nunca le había importado insultar a otros, humillarlos de ser necesario, pisarlos, vencerlos pero, Joel... Joel era diferente.

Joel era era alguien a quien realmente no deseaba lastimar.

La cara que había puesto por sus palabras lo había lastimado, lo sabía. Quería correr tras él, quería ir, detenerlo, decirle que no era su intención, que esas no eran las palabras correctas que quería usar, quería pedirle perdón, arrepentirse Pero eso no sucedió, no podía moverse. Había ido demasiado lejos, lo había herido sin un buen motivo.

Usualmente siempre trataba así a Joel, era algo común entre ambos, eran cosas que ambos entendían, era parte de su dinámica, que en privado se reducía mucho a comparación de cuando otros los observaban. Tenía que aparentar ser fuerte, si era temido todos lo respetarían, no obstante, a solas con Joel todo había cambiado tanto, se sentía cómodo, gritaba menos, podía ser él mismo.

Y ahora lo había arruinado.

Había arruinado todo.

Se sentía impotente, quería llorar, sus ojos quemaban tanto como su garganta lastimada.

¡Joder! Se sentía tan patético.

¿Por qué no podía ser honesto y ya?

¿Por qué no podía expresarse con libertad?

¿Por qué era esclavo de su furia, de su miedo y de sus inseguridades?

Podía ser fuerte, inteligente, directo, y admirable, podía ser muchas cosas buenas si se lo proponía, y aún así no podía admitir sentimientos como esos, no podía decirle a Joel lo que en realidad sentía.

¿Cómo hacerlo?

¿Cómo podría admitir lo que sintió al ver a Joel hablando con el maldito nerd aquel?

Lo sabía, sabía que tenía miedo de que descubrieran que podían ser buenos amigos, tal para cual.

No podía pagar el precio de aquel amor.

Ambos eran chicos sonrientes que se llevan bien con todo el mundo y eran capaces de tenderle la mano a alguien como él. Chris se había esforzado tanto en mantener a todos alejados, se había esforzado en que Joel no fuera alguien realmente importante, que estuviera fuera, que no se convirtiera en un peso que lo retuviera sin embargo, terminó por convertirse en algo importante para su vida.

Algo con lo cual Chris ya no sabría cómo actuar sin él.

Ya no sabía como volver atras ahora que tenía a Joel.

¿Cómo serían los días si volvía a como era antes?

Sin amigos reales, solo seguidores que le dejarían a la primera oportunidad.

¿De verdad estaría bien así?

Chris se preguntaba, ¿quién lo elegiría a él en lugar de Joel?

Nadie.

De momento, Joel parecía ser lo suficientemente idiota para elegir a Chris, pero, ¿durante cuanto tiempo?

¿Y si un día se da cuenta que realmente puede tener cosas y personas mejores?

Un día se daría cuenta de que estaría mejor entre personas como él y no personas como Chris.

Todas eran inseguridades infundadas, miedos irracionales, y aún así, ahí estaba, aferrándose al lavabo, tosiendo sin parar, al borde de las lágrimas, furioso, débil, y totalmente perdido.

Que imposible parecía el ser capaz de decir "Te quiero".


[...]


Joel se detuvo unos segundos antes de entrar de nuevo al aula, se sentía como un verdadero idiota, no había manejado la situación correctamente, sus palabras habían hecho enojar a Chris, y, al final, no había ayudado en nada.

¿Qué le pasaba a su mejor amigo?

¿Cómo podía ayudarlo?

Meditó en ello, en cómo podría ayudarlo, en qué podría hacer por él. Ser amigo de Chris no fue algo sencillo de conseguir, el ser intimo con él, el tener confianza, todo costó demasiado como para perderlo tan fácilmente.

No, no lo perdería, se negaba a perderlo.

¿Qué paso debería dar ahora en aquella relación?


[...]


Durante las siguientes semanas Chris tomó distancia de Joel, incapaz de comunicar todo lo que sentia eligió tomar distancia, así no podría herirlo. Por supuesto que esto provocó que Joel se preocupara y alarmara, pero como tampoco sabía que hacer o que decir solo le quedó aceptar la distancia hasta que tuviese una mejor estrategia.

La salud de Chris en consecuencia empeoró por todo esto.

Los ataques de tos ahora lo perseguían a todas partes, fuera de la escuela era difícil contenerlos No quería que sus padres se dieran cuenta, porque si lo hacían.

¿Cómo explicar ataques de tos acompañados de escupir pétalos rojos?

¿Cómo explicar que todo esto parecía estar relacionado con sus sentimientos hacia su mejor amigo que se habían vuelto un desastre, así como su condición física?

No, definitivamente no. Prefería ahogarse en los malditos pétalos aquellos antes que afrontar cualquier escenario en el que tuviese que explicar su mal. Ni una palabra saldría de su boca, lo soportaría todo, sin importar el precio.

El precio terminó por ser demasiado alto.

Cada vez escupía más y más pétalos. Su dolor de garganta empeoró, a tal grado que a veces se quedaba afónico, su pecho dolía, sus pulmones parecían estar incendiándose, respirar era un martirio, era una carga demasiado dura de llevar. Se sentía sin energía, quedaba agotado rápidamente por las actividades más simples, lo que afectó su desempeño en la preparatoria. Todos notaban la situación, alumnos y maestros, especialmente los maestros, Chris logró resistirse a las preguntas y evadió lo mejor que puedo a cada maestro que intentó acercarse a él.

Pensó que podría evadir toda la situación por siempre, hasta que un día en un ejercicio de clase, Chris colapsó.

Estaba agotado, ya no podía respirar bien, había perdido el apetito, había perdido el interés por otras cosas, su cabeza daba vueltas a las mismas ideas.

Pensaba en lo mismo, en la misma persona.

Día y noche, sin descanso.

Esa persona era, por supuesto, Joel, y el solo pensar que él lastimaba a Chris, le llenaba de arrepentimiento, tristeza y angustia. Lo extrañaba, claro que lo extrañaba, no soportaba como las cosas se habían tornado.

Echaba de menos que le saludara por las mañanas, que lo rodera por el cuello, que lo mirara, que le sonriera, que lo llamara, que dijera su nombre con esa típica voz alegre.

"Soy un maldito imbécil", se repetía a sí mismo.

Todo el tiempo apretaba los puños y los dientes, conteniendo las ganas de gritar y llorar a todo pulmón.

Ya no lo soportaba, ya no podía más. Prefería morir a seguir viviendo así.

El Precio de tu Amor || Virgato || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora