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-¿Cuánto queda?
-Mike. -La señora Wheeler respiró profundamente.- Como ya te he dicho hace dos minutos, estamos apunto de llegar.
-¡Pero es que me aburro!
-Sólo quedan diez minutos, aguanta un poco.
-Eso fue lo que dijiste hace media hora -Mike Wheeler se cruzó de brazos en el asiento trasero del coche mientras este se aproximaba a Hawkings, la ciudad en la que había pasado su infancia pero de la que apenas recordaba nada.
Para matar el tiempo observó a sus hermanas, la pequeña Holly se había quedado dormida en su silla, su cabeza se le había caído hacia delante así que Mike se la apoyó en el asiento. Nancy, sin embargo, movía la pierna constantemente, delatando su nerviosismo, y no paraba de mirar las calles por las qué pasaban. Se acercaban a Hawkings.
-Nancy -Mike llamó a su hermana mayor, pero parecía no haberle escuchado. -¡Nancy! -ésta pegó un sobresalto, al igual que Holly en su pequeño asiento.
-¿Qué quieres Mike?
-Relájate, vas a hacer que se rompa el coche y no puedo pasar otra hora en esta chatarra móvil.
-Esa boca Mike -Su madre le regañó, sin mucho entusiasmo.
-¡Pero si no he dicho nada!
-Solo con que abras la boca me dan ganas de suicidarme, eres como un grano en el... ¡eh! -Mike le había revuelto el pelo a su hermana, sólo por molestarla. -¡Me ha costado una hora hacerme este peinado!
-¿Qué peinado? Ahh, espera, ¿te refieres a ese nido que llevas en la cabeza? Pensaba que te habías peleado con una familia de cigüeñas. -Holly soltó una risita. Ella tampoco era muy fan de los extravagantes peinados de su hermana mayor.

-¡Mamá!
-Mike deja de molestar a tu hermana, no está bien que insultes el estilo de los demás.
-¡Pero si ella también ha sido!
-A mi me parece que su peinado está guay. -La pequeña de los Wheeler entró en la discusión para el desagrado de Mike, ya que se puso de parte de Nancy.
-Gracias Holly-Nancy cruzó los brazos satisfecha, se giró hacia la ventana y volvió a mover la pierna. Mike, por su parte, indignado, se dedicó a mirar por el cristal delantero del coche, odiaba ir en medio en los viajes y odiaba mucho más tener que fingir que eran una familia normal y mudarse a un pueblucho insignificante donde no podría desarrollar su carrera como músico.

***

Pasadas unas cuantas calles y varias quejas de Mike, los Wheeler llegaron a su antiguo hogar. Una casa de tres plantas situada prácticamente en las afueras de la ciudad que había quedado vacía cuando la familia decidió mudarse a Canadá, debido a un trabajo que le surgió al señor Wheeler. Mike apenas podía recordar nada de su antigua vida, si se esforzaba, lograba ver a una niña llamada Jane. Su madre le había contado que eran buenos amigos así que esperaba poder volver a recuperar la relación.

Al entrar en su nueva casa, Mike pudo notar con desagrado el ambiente caluroso y el polvo que se respiraba en la casa, no era que estuviera dejada, ni mucho menos. Simplemente llevaba tanto tiempo cerrada que la sensación de abandono parecía estar esparcida en el aire.

-Deberías llamar a alguien para que arregle la casa mamá, creo que me estoy ahogando. -Mike simuló que no podía respirar para hacer reír a Holly, que miraba asustada la casa. -¿Dónde están nuestros cuartos?

-Arriba, al final del pasillo -La señora Wheeler estaba colocando la comida que había llevado en la nevera mientras Nancy terminaba de sacar cosas del coche. El señor Wheeler, sin embargo, ya se había acomodado en el sillón y estaba disfrutando tranquilamente de un periódico que había comprado en una gasolinera y que no había tenido tiempo de leer todavía.

Los dos hermanos subieron las escaleras y llegaron a la planta de arriba.

-¿Cuál crees que será tu habitación Holls? -La pequeña salió disparada hacia la puerta que se encontraba al final del pasillo. Al abrirla, pudieron ver una habitación pensada para un bebé. Las paredes estaban pintadas de rosa y habían una cuna pegada a una de ellas, claramente muy pequeña para Holly. Frente a la cuna había una cama baja tapada con un dosel blanco que hizo que a su hermana pequeña le brillaran los ojos de felicidad. Ella corrió hacia esa zona de la habitación y se tiró sobre los peluches que descansaban sobre esta.

Mike sonrió al ver a su hermana tan feliz. La dejó poniéndole nombre a sus nuevos (o no tanto) peluches y se dirigió a la habitación contigua. Antes de abrir la puerta, una sensación de calidez le invadió, como si su cuerpo notara que había regresado a su cuarto. Giró el pomo despacio y al entrar el tiempo pareció retroceder seis años. Recordándole a Mike cuando todavía estaba en infantil y sus únicas preocupaciones eran aprender a leer y escribir. Se acercó a un armario que había en un lado, y vio una foto de cuando era pequeño. En ella abrazaba a un chico y una chica, supuso que serían sus amigos de la infancia, pero solo lograba recordar a la chica, Jane. El chico que estaba a su lado, era más bajo que él y tenía las mejillas sonrosadas por el frío, a Mike le pareció muy tierno y le entraron ganas de conocer a ese chico que no recordaba y con el que parecía llevarse tan bien. Dejo la foto de su sitio y se tumbo en la cama, unos segundos después decidió coger su bicicleta y salir a dar un paseo por el pueblo.

Fue a la habitación de Holly y vio que se había quedado dormida, el viaje debía de haberla dejado agotada. Cerró la puerta y bajo silenciosamente por las escaleras, le pregunto a su madre donde estaba su bici y fue al garaje por ella.

***

Mike recordó lo bien que se sentía el aire helado del invierno dándole directamente en la cara mientras pedaleaba cuesta abajo por uno de los callejones de Hawkings. Estuvo un rato dando vueltas por las calles que rodeaban su casa hasta que se paró en una que había cerca de la suya, no sabía por qué pero le despertaba cierta familiaridad. En ese momento, mientras Mike esperaba parado en la acera, salió un chico que podría jurar que era el mismo de la fotografía. Éste se estaba despidiendo de su madre, pero al girarse para coger la bici vio a Mike allí parado y se quedó quieto mirándolo fijamente. Después, como si fuera un robot, volvió a entrar en su casa y cerró la puerta de un golpe. Mike, extrañado, siguió mirando a la casa y vio como el chico deslizaba la cortina de la ventana. Cuando este noto que Mike le estaba mirando la cerró de nuevo y no volvió a salir. Sin darle mucha importancia, volvió a su casa, ya era la hora de la cena y además, ya tendría tiempo de hablar con él en el Instituto. Lo que no sabía, es que al chico de la foto, Will Byers, casi le había dado un infarto al ver a su amor de la infancia de vuelta en Hawkings.

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Espero que os haya gustado!!

goldhawk_



City Boy  // Byler  •EDITANDO•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora