Alas Purpuras

2. Mi hermana Fleck

Alguien me movía del hombro, pero no quería abrir los ojos, el movimiento fue más insistente esta vez, incluso pude escuchar una voz a la distancia que susurraba mi nombre, la imagen de un hombre alto, moreno, fuerte, egocéntrico y vanidoso se posó en mi mente, "Quercus...sé que puedes ser como eres, pero siempre pones a los demás antes que a ti". Abrí los ojos con la imagen de mi gente en la mente, solo para toparme con un par de ojos azules, "espera... ¿azules?" Un recuerdo llego a mi mente, ya había abierto los ojos antes..."Gris, había visto algo de color gris... ¿Armin?" este me miro sonriendo una vez desperté y me senté en donde me encontraba.

–Me alegra que esta vez durmieras bien, las camas no están tan mal en este fuerte, al menos son mejores que las de la academia–comentó feliz mientras caminaba hacia la pequeña mesa de la habitación "¿cama? Pero yo...dormí en la esquina" miré a mi alrededor y en efecto estaba en la cama

***

Armin se quedó conmigo todo el tiempo mientras veía como comía, debo de decir que no sabía mal, a la vez que masticaba miraba el pequeño plato que tenía ensalada.

–La vez pasada solo comiste la ensalada, así que pedí que te pusieran un poco otra vez, pero, no veo que comas–me le quede mirando "no es para mí...pero me calma el hecho de tener algo así conmigo" solamente baje la mirada y seguí comiendo la sopa que había traído, una vez termine tome el pan y comencé a comerlo, al mismo tiempo que tomaba el plato de la ensalada y la dejaba fuera del alcance de Armin–¿quieres conservarla aquí? –solamente asentí–no creo que haya problema.

Fue solamente el terminar de comer y que él se fuera, igual que Eren, pasando llave, colgando las llaves a un lado de la puerta y marchándose al final del pasillo, tome la ensalada, me acomode en una esquina, coloque el plato a un lado de mí y cerrando los ojos decidí volver a dormir.

***

Los días pasaban y era la misma rutina todos los días, la que ahora sabía que su nombre era Hange, ahora todas las mañanas traía su desayuno a mi jaula y comía conmigo al mismo tiempo que me comenzaba a curar las heridas, Armin venía en la comida y cena, en una ocasión aquel hombre de cabello color noche, que respondía al nombre Levi se quedó en la habitación mirándome comer...para después ponerme a limpiar la jaula.

Un suspiro salió de mi boca, la noche estaba en todo su apogeo, la luna estaba en lo más alto del cielo, lo que me indicaba que era la media noche o cerca de esta hora, ese día había escondido un pedazo de alambre que se soltó de la escoba debajo de mi capa "ahora es mi turno...no creo que falte mucho para poder quitar los barrotes" algo se removió en mi espalda baja "es verdad...ya van tres días de que no me dan ensalada, aunque tendrá algo que ver ese enano de Levi, solo porque descubrió que guardaba la lechuga debajo de la cama, ya no me dan nada, eso será lo primero que intente, si después de eso todo sale bien...podría intentar lo que sigue en la lista". 

Saque el fierro y comencé a escavar en los barrotes, hasta que se soltó el primero, le siguieron el segundo y finalmente el tercero, deje el cuarto en su lugar, ya que lo utilizaría más adelante, sonreí por primera vez en todos esos días.

Camine hasta la mesita para colocar los barrotes, tome mi bolso que me habían regresado solamente con las cremas que traía dentro y mi cuerda, no arnés, no gancho, no pinzas, no cuchillos.

"Bueno, no importa y no me sorprende que me quitaran prácticamente todas mis cosas, ¿qué le vamos a hacer? tendrá que ser como cuando era niña, Ced, espero que cuando te cuente todo esto estés orgulloso de mi" tome aire, me estire un poco sintiendo, como el paso del tiempo me había curado las heridas, en ese momento ya no me dolía el moverme con más libertad, me subí a la ventana y salí de mi jaula por esta, utilice la cuerda y el cuarto barrote para amarrarla y llegar hasta el pasto, tratando de evitar lo más que podía las ventanas ya que una sección aún mantenía las luces prendidas, pero el final de mi cuerda me impidió seguir.