Liberar

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Capítulo 22: Choque

Tan pronto como María y Za'taan atacaron a la horda de kainde amedha, las criaturas hicieron lo mismo, rebotando en el aire y descendiendo sobre ellas. Za'taan reacciona rápidamente y hace una tirada para esquivar a una de las criaturas negras, liberando una espada de su guante que la atraviesa en el pecho. Chilla y cae al suelo con un fuerte golpe. Su cuerpo flácido roció todo con su sangre comenzando a quemar todo a su alrededor.

María hace lo mismo y rueda como Za'taan. Funciona como un kainde amedha pierde su equilibrio y cae hasta que golpea un árbol cercano. Ella vuelve a ponerse de pie y apunta la lanza a las criaturas negras frente a ella. Chillaron tan fuerte que María pensó que iba a perder la audición, pero lo ignora y les grita con todo el aire en los pulmones.

"¡Venga!"

Justo en el momento justo, una solitaria kainde amedha se precipita hacia adelante con garras y dientes desnudos. María lo ve venir y salta alto en el aire. Intenta atraparla levantando la cabeza y liberando sus mandíbulas internas para tratar de atraparla. Sin embargo, María se sale de su alcance pero cae de espaldas. Pierde el equilibrio y casi se cae, pero se agarra a uno de sus apéndices que sobresale de la parte posterior, pero la criatura no tenía nada de eso. Comienza a sacudirse y balancearse, tratando de sacar a María de eso. Ella aguanta con todas sus fuerzas, pero justo cuando la criatura se detiene por un momento, aprovecha la oportunidad y le clava la lanza en la cabeza. Cuando el final toca el suelo, vibra tan fuerte que le dolían las manos, pero se aferró con fuerza, esperando hasta que se libere el último aliento de la criatura mientras su cuerpo se desploma.

Ella no pudo evitar sonreír ante su pequeña victoria y esperaba que Za'taan la estuviera viendo en acción. Su entrenamiento había valido la pena y en ese breve momento, ella quería gritar en el aire con alegría. Pero esa pequeña distracción casi la mata cuando otra kainde amedha salta sobre su espalda, haciéndola girar en el aire hasta que aterriza con fuerza sobre su espalda. El dolor de su columna se irradia sobre ella y ella grita. La criatura no pierde el tiempo y trata de morderse la cabeza, pero María toma la lanza y la coloca entre ellos para que su boca y sus garras se sujeten al eje. Trata ferozmente de llegar a María mientras seguía mordiendo y arañando las garras de la lanza, pero se mantiene fuerte. Pero luego, ve que su cola se eleva hacia el aire con su extremo afilado apuntando hacia ella y abre mucho los ojos con miedo cuando se estrella.

Pero luego, el kainde amedha se quita de ella y, una vez que desapareció el peso pesado, María se levanta rápidamente y ve a Za'taan cortándolo con sus muñequeras. Tuvo que respirar profundamente por la llamada cercana con la muerte hasta que Za'taan arranca de sus espadas la sangre de la criatura que mató. Él se apresura a su lado, sosteniendo uno de sus hombros mientras su mano le acaricia la espalda.

"Maria. ¿Estás bien?"

"Sí lo soy."

Todavía le costaba respirar, pero cuando Za'taan se puso a su lado, pudo controlarlo. Cuando ella asiente con la cabeza hacia él, Za'taan la libera y se pone en una posición de lucha, al ver al próximo Kainde amedha acercándose a ellos. María se pone en la misma posición con la lanza apuntando hacia ellos y escucha muchos chillidos del mar negro junto con la Reina que estaba justo detrás de ellos.

Pero luego, oye un grito espeluznante que llama su atención. Ella ve a la Reina tomar a Ana con una de sus garras gigantes y la levanta hasta que la sostienen a un lado de su cabeza. La reina hace lo mismo con su madre, cargando su cuerpo inerte en el otro. Maria jadeó de terror al verla delante de ella e inmediatamente reaccionó, corriendo hacia adelante e ignorando a los otros kainde amedha que estaban más cerca del suelo.

"¡Maria! ¡No lo hagas!"

Za'taan mueve su brazo gigante frente a ella antes de que María pueda ir más allá de unos pocos pies. Ella gira la cabeza hacia él con furia en su corazón.