Ya llevo unas... 3 semanas en la ciudad y esto es una mierda. Todo es igual que antes, voy a clase-repetí dos veces- y todos me repudian, en casa nadie me hace caso, incluso Jason ha dejado de hablarme y no se por qué, lo único que se es que se pasa todos los putos días al lado de Alex. Lo odio, no lo aguanto, es gilipollas, creido, cínico, insolente... vamos el mítico estereotipo de cantante famoso de las fanfics o cualquier novela. Cuando está aquí y Jason no está delante pasa el rato tirándome cosas o insultandome, juro que me dan ganas de matarlo. Ahora mismo estoy sentada en la rama de un árbol que está cerca del río, no, no soy una niña-ardilla que trepa por las ramas de los árboles para sentarme en lo más alto, lo que pasa es que esa rama está al ras del suelo. Llevo viniendo aquí desde que descubrí el lugar hace 15 días más o menos, es el único lugar donde puedo estar sola y a salvo, y digo a salvo porque al no estar en casa, no corro el peligro de encontrarme mal y correr al baño a cortarme o tragarme la mitad de un frasco de pastillas, que es lo que suelo hacer, aquí estoy sola, sin nadie que me moleste, sin cuchillas ni fármacos, solo yo.
Oí pisadas, no se por qué pero me asusté y me escondí tras el ramaje del árbol. Alex. Ahí estaba, caminándo hacia el río, se agachó y cogió varios guijarros para luego hacer que rebotaran en el agua. Mierda. ¿Qué hace él aquí? Aparentaba tristeza, no creo que se encontrara bien, lanzaba cada piedra con fuerza, ira. Joder. Empecé a resbalarme, nononono, por Dios, no. Intenté cogerme pero fue en bano. Caí al suelo e hice todo el ruido posible. Alex se detuvo y miró hacia donde yo estaba. Se empezó a reir como si no hubiera mañana.
-¿Sabes? A veces eres penosa palomita.
Y no, no era un mote cariñoso, me llamaba así porque según él son ratas voladoras.
- Si quieres verme, me llamas, no hace falta que me espíes.
- Haces que quiera cortarme las jodidas venas.- gruñí.
- El sentimienti es mutuo.- sonrió.
-¿Pero qué cojones te he hecho yo?- grité.
- Nada.- se encogió de hombros.
-¿Entonces por qué me tratas así?
- Es entretenido enfadarte.
Bufé y me separé de él. Fui caminando através del bosque cuando alguien me cogió de la muñeca.
-¡AHHH!- me quejé a gritos.
Esa mano me soltó y yo me giré.
- Lo siento. Nirvana, escucha, tengo que preguntarte una cosa.
Suspiré y me crucé de brazos.
- Usted dirá Gaskarth.
-¿Podrías hacerte pasar por mi novia? mañana tengo que ir a una fiesta y... todos creen que salgo con alguien y...
-¿Y por qué yo?¿No es más fácil pagar una modelo que ir con alguien a la que odias?
- Porque son todas demasiado perfectas para que alguien se crea que sale conmigo.
Bufé y retomé mi camino.
-¡No, espera! te prometo que no te volveré a tratar mal.- dijo con desesperación.
Suspiré y me giré.
-¿A qué hora es la fiesta?
Él sonrió.
- A las 7, pero vamos a comprarte un vestido ahora.
- No me gustan los vestidos.- dije frunciendo el ceño.
- Pues tienes que llevar uno, es fiesta de etiqueta.
Volví a suspirar, me cogió de la mano y me llevó através del bosque hasta la civilización de nuevo.
- Ah, por cierto, esto es para ti.- dijo dándome una cajita negra- Es... digamos que es para firmar una tregua.
Asentí y la abrí. Una pequeña gargantilla de cadena, con una luna y una piedrecita morada prácticamente transparente en medio.
-¿Te gusta?- dijo rascándose la nuca.
- Me encanta.- sonreí.
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Lonely Girl |Alex Gaskarth|
Fiksi PenggemarSe puede salir de rehabilitación sin estar rehabilitado, simplemente hay que ser buena actriz y creerte tus propias mentiras, así nunca te pillarán. Y así fue, no me pilaron... hasta que llegó él, ¿suena a mítica fanfic de adolescente a la que le so...