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Pov JiMin:

Comenzaba a desesperarme, el chico de cabello azul seguía jugando con su encendedor mientras Jin hablaba  a mi costado, era mi primera vez asistiendo a una  de estas reuniones, los miércoles y viernes por la tarde  Jin daba charlas a jóvenes con riesgo de suicidio en la pequeña parroquia junto a la iglesia y el convento, hoy él quiso traerme, me insistió durante toda la semana para que lo acompañara y al final termine cediendo, según él me era difícil decir que "no".

Habían 8 personas en total, 10 si contaba a Jin y a mi. Jin transmitía una seguridad que admiraba, a sus 24 años le entregó su lealtad a Dios, ahora tenía 27 años, fue considerado el Sacerdote más joven de la congregación, claro, hasta que llegué yo, yo Park Jimin hijo del sacerdote de mi pueblo natal, criado con grandes creencias, entregué mi lealtad a Dios a mis jóvenes 19 años, actualmente tengo 24 y estoy seguro que este presente también lo quiero en mi futuro.

— YoonGi, agradecería que guardaras tu encendedor y nos contarás más sobre ti -Jin por fin le llamó la atención al chico de cabello azul, este simplemente se detuvo levantando su mirada hacia nosotros- está es tu segunda semana aquí, no sabemos mucho sobre ti, ¿Te gustaría compartir algo con el grupo?

Todos guardaron silencio.

— No -simplemente contesto aquello, pude observar a Jin sonreir de una manera bastante fingida-

— ¿Aunque sea podrías decirnos por qué  estás aquí? -Jin insistió una vez más, sonando bastante calmado-

— Como que es bastante  obvio el porque estoy aquí, padrecito -contesto el chico llamado Yoongi,  más de uno de los otros chicos comenzaron a reír,  aún así Jin mantuvo la calma-

— Puedo notar que no te gusta estar aquí, eres libre de retirarte, pero Dios sabe que solo buscamos ayudarte -continuo Jin- entonces ¿Qué harás?

El chico se levantó con la intención de marcharse, dió unos cuantos pasos pero se detuvo, como si hubiera recordado algo, soltó una maldición en voz alta y regresó, sentándose de mala gana una vez más en su lugar.

— Muy buena decisión -soltó Jin hacia él-

— No me quedo porque quiero -respondió el chico de mala gana-

— Entonces ¿Por qué te quedas? -Jin sonreía amablemente mientras Yoongi parecía asesinarlo con la mirada-

— Se lo prometí a un amigo...

— Vaya, ese amigo debe ser muy importante

— Es un hijo de perra

Silencio, uno muy incómodo, Dios se apiade de las palabras de este chico.

— Pero me salvó la vida

El peliazulado dijo aquello y pude ver los indicios de una sonrisa aparecer en sus labios. Jin pareció complacido por aquella respuesta.

Las dos horas restantes pasaron sin problemas, claro que Yoongi no parecía muy interesado, pero Jin lo intentó y el resto de los jóvenes parecían mucho más comprometidos.

Todos comenzaron a retirarse mientras Jin y yo nos despediamos amablemente, el chico llamado Yoongi sorprendentemente fue el último en marcharse, ni siquiera se despidió de nosotros, parecía más pendiente de mensajearse con alguien.

— No acabo de comprender el porque me ha pedido que lo acompañe -mencione una vez quedamos solos-

— Únicamente quería sacarte del convento -Jin era como un hermano mayor para mi, lo respetaba y admiraba muchísimo-

LIBIDO《KOOKMIN》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora