Nuestro amor eterno

Capítulo 29

-¿Qué? ¿Como sabes eso...? - Preguntó Rin aún más sorprendida, estaba en shock

-Me habías dicho - Dijo Bankotsu un poco nervioso

-No! Nadie sabe esto! - Dijo Rin muy molesta -¿¡Acaso me has estado siguiendo!?

-No, iba pasando por aquí y de casualidad escuché tu conversación - Dijo Bankotsu con mucha seriedad

-Ya veo... Me tengo que ir - Dijo Rin con mucha seriedad y se fue a pagar lo que pidió -Adiós - Dijo mientras se marchaba

-Espera Rin

-Quiero estar sola - Dijo Rin fríamente

-Esta bien - Dijo Bankotsu luego de dar un gran suspiro

Rin se fue directo a casa y se encerró en su habitación a pensar bien en lo que había pasado, pero no podía con esto... No podía con que su amigo supiera lo que estaba pasando

-Necesito hablar con Marinette - Dijo Rin en un susurro, pero antes de llamar a su amiga fue a hablar con su abuelo -Abuelo, ¿puedo invitar a una amiga?

-Claro que si pequeña, no tengo problema - Dijo Totosai con mucha tranquilidad

-Gracias abuelo

-No es nada Rin - Dijo Totosai con una sonrisa

Rin subió a su habitación a buscar su celular y llamar a su amiga, a ver si tenía algún consejo para esta situación

...Llamada...

-¿Qué ocurre Rin?

-Marinette, necesito hablar contigo. Es urgente

-Recién llegue a casa, si quieres pregunto y voy para allá

-¿De verdad?

-Si

-Gracias Marinette, te espero. O más bien, avisame cualquier cosa

-Si, yo te aviso. Nos vemos

...Fin de la llamada...

Pasaron un par de minutos cuando Rin recibió un mensaje por parte de su amiga

"Rin, ya voy en camino" - Era lo que decía aquel mensaje por lo que Rin suspiró aliviada

-Abuelo, ¿Te ayudo a preparar la cena? - Preguntó Rin con una sonrisa

-No tengo problema, ¿A que hora llega tu amiga?

-Ya viene en camino

Mientras preparaban la cena Marinette aprovechó de comprar algo para llevar, ya que a Totosai lo conocía hace tiempo y lo quería mucho, a Rin en el tiempo que la conoce también la empezó a querer y sabe que una chica digna de confianza

-Ya esta listo - Dijo Totosai mientras Rin ponía las cosas en la mesa -¿No debería haber llegado Marinette? - Preguntó