Ji Min es un príncipe tritón que tiene cierta fascinación por los artefactos de los humanos y los mismos seres en sí, soñaba con tener piernas y caminar por la playa junto al hombre del que se había enamorado. Yoon Gi es un príncipe humano al que es...
Era el cumpleaños de Ji Min, sus padres y hermanos le habían preparado una celebración, pero restándole importancia el joven tritón fue a nadar por los arrecifes, buscando cosas perdidas para su colección, al no encontrar nada siguió nadando hacia la playa, al llegar se recostó sobre una roca mirando de lejos a su amado, sufriendo internamente por no poder acercarse y hablarle, lo miraba jugar por la orilla con el perro, en todas las veces que había ido a verlo no había notado señales de maldad en él, era todo lo contrario a la opinión de su padre hacia los de su especie, pero aun así tenía miedo de acercarse y que algo saliera mal; se quedó allí hasta que Yoon Gi volvió al palacio, cuando el sol ya se había ocultado y la oscuridad de la noche cubría todo, fue entonces cuando bajó de la roca y volvió nadando a Atlántica; antes de llegar a casa se detuvo al sentir que alguien lo tomó de la muñeca.
- ¿Dónde andabas, Jimin? –preguntó Tae Hyung.- nuestros padres te han estado buscando como locos.
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Ji Min se giró para ver a su hermano, estaba nervioso.
- Solo estaba nadando con Claw. –contestó.- ¿para qué me estaban buscando?
- ¿ese torpe delfín? –preguntó el menor, sin poderle creer.- ¿para qué más iba a ser? Para tu fiesta de cumpleaños, tonto.
- Si, él. –Ji Min ladeó levemente su cabeza.- yo les dije que no quería que lo hicieran.
- no estarías viendo al humano de nuevo ¿verdad? –el pelirrojo lo miró entrecerrando sus ojos.- vamos a casa, están muy preocupados por ti.
- No... claro que no. –desvió su mirada.- vámonos.
Comenzaron a nadar juntos, Tae Hyung era el hermano de en medio, entre Ji Min y Jung Kook, los tres eran príncipes y tenían tres diferentes coronas hechas con coral y perlas que no se podían quitar nunca. Al llegar a palacio Ji Min fue a donde lo estaban esperando sus padres, con su cabeza gacha y sus manos detrás de él esperó los regaños.
- ¿Dónde estabas? –preguntó la reina.-
- Estaba paseando por el arrecife. –dijo el menor aun más nervioso que antes.- perdón por haberles fallado, pero yo les dije que no quería que hicieran algo para mí.
- Sabes lo peligroso que es estar en el arrecife sin compañía. –dijo el rey.- pensamos que no lo decías en serio y que te gustaría lo que queríamos hacer.
- ¿por qué? Nada me ha pasado, ni me pasará, se cuidarme solo, padre. –mantuvo su mirada gacha.-
- Eres un niño y tiene que estar alguien cuidándote siempre, podrás ser el mayor de mis hijos, pero eso no significa que puedes hacer lo que quieres cuando quieres. –el mayor frunció el ceño.-
- Estábamos muy preocupados por ti, Jimin, trata de ponerte en nuestro lugar. –dijo su madre.- no queremos que te pase nada malo, ni a tus hermanos.
- Tienen miedo de que me encuentre con un humano. –ahora los miró.- ¿por qué los odian tanto? ¿qué les hicieron ellos a ustedes?