XII. La reina en cama.

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Desde el día en que Ji Min volvió a ver a su hermano, pasó alrededor de un mes, tiempo en el cual, la enfermedad de Roseanne se agravó, ya no pudo seguirla ocultando; sumamente preocupado, Yoon Gi la hizo ver con los mejores doctores, ninguno logró dar con su mal, cada vez estaba peor, casi no comía, el cabello se le caía en exceso, su piel estaba pálida, decaída, no tenía ya fuerzas, ni siquiera para estar sentada, por lo que, desde hacía tres semanas atrás, había caído en cama, casi no hablaba, dormía la mayor parte del día, cada vez que tocía una considerable cantidad de sangre salía por su boca. Yoon Gi estaba al borde de la desesperación, al no saber qué le pasaba a su esposa y no poder ayudarla, se sentía impotente, frustrado, por más que buscara respuestas, no las obtenía.

- Vamos, tienes que comer un poco. –dijo Yoon Gi sentándose al lado de Roseanne, con una bandeja sobre sus piernas.-

El mayordomo ayudó a enderezarla un poco, colocando almohadas en su espalda y así quedara sentada sin hacer esfuerzo alguno; Yoon Gi acercó la cuchara con sopa a la boca de la menor.

- Abre la boca ¿sí? si no te alimentas bien ¿Cómo vas a mejorar? –sonrió, pensó que tal vez eso le transmitiría calma a ella.-

- Es inútil. –susurró Roseanne.- voy a morir.

- Por supuesto que no. –mantuvo su sonrisa.- no mientras yo pueda evitarlo... ya lo verás, encontraré un doctor que sepa lo que te pasa y te ayudará a sanar, estarás bien, yo sé que sí.

Sin decir nada más, la menor abrió su boca un poco, lo suficiente para ser alimentada; sufría mucho por su enfermedad, pero, aun así, internamente estaba feliz de tener la atención de Yoon Gi, lo había conseguido, le había quitado a Ji Min lo que él mismo arrebató con sus manos, sin planearlo, así mismo como él, aun a costa de su propia vida y su propio sufrimiento. Cuando comió la mitad de la sopa no continuó, ya no quería comer más, Yoon Gi le dio la bandeja a su mayordomo y le quitó las almohadas de la espalda a Roseanne, ayudándola a recostarse nuevamente, acarició un poco su cabello y suspiró mirándola a los ojos.

- ¿Por qué me cuidas tanto? –murmuró ella.- creí que yo no te importaba.

- Te equivocas. Claro que me importas. –tomó su mano, pálida y fría.- sé que esperaste mucho tiempo a que yo me enamorara de ti, sé que eso no sucedió, pero, a pesar de que no te amo como mujer, sigues siendo alguien importante en mi vida, te quiero, eres mi compañera de vida ¿lo olvidas? Lo prometimos, juntos en la salud y la enfermedad, hasta que la muerte nos separe... probablemente no fue una promesa hecha con amor, pero eso no significa que no seas alguien importante en mi vida... te quiero, Roseanne.

Roseanne quedó viendo fijamente al contrario, totalmente sorprendida por lo que había dicho, ya que era la primera vez que le decía que la quería, por lo que la felicidad en su corazón aumentó, sonrió levemente y estrechó con la poca fuerza que tenía, la mano que sostenía la suya; después de escuchar las palabras de Yoon Gi, el muchacho rubio, que se había pegado a la puerta sin ser notado, cabizbajo se retiró, yendo a su habitación. El peli-negro besó la frente de su esposa y salió de la recamara, para así después ir a buscar a su mayordomo, que había salido de la habitación.

- Quiero que busques otra vez, aunque tengas que ir al fin del mundo para buscar a un doctor que la ayude, hazlo y tráelo, no puedo permitir que siga empeorando. –dijo el joven rey con expresión seria en su rostro.-

Después de eso, fue a su despacho, sentándose en su silla, con sus ojos cerrados, pensando.

A lo lejos, desde su balcón, Ji Min vio un chapoteo en la orilla de la playa y suponiendo saber de quien se trataba, se levantó y salió del palacio, caminando hacia ese lugar; al llegar, se sentó y miró a su hermano, saludándolo, comenzaron a hablar.

El Sacrificio De La Sirena || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora