XIII. Una vida se va, para que una nueva llegue.

515 69 4
                                    

Como cada tarde, a la misma hora, Ji Min se vistió, quería estar cómodo y colocarse la ropa interior era mucho esfuerzo, con aquella enorme panza, así que optó por no ponérsela y solo vestir una bata que usaba para dormir de vez en cuando, salió del castillo y fue a la playa, sentándose en la arena, ya con mucha dificultad, aunque se ayudaba apoyándose en una roca; allí esperó a Tae Hyung.

Yoon Gi no salía de su habitación, cuidando a su esposa más muerta que viva, manteniendo la esperanza de que volviera en sí. Peinó sus castaños y largos cabellos, acarició su mejilla y besó su frente, tomando su mano para sentarse a su lado.

- Rose. –susurró el apodo que le había puesto.- preciosa Rose, vuelve conmigo, mi reina, mi esposa, mi amiga.

- ¿usted cree que lo escuche, señor? –dijo el mayordomo.-

- No lo sé, pero intentarlo no costará nada. –con los dedos de sus manos acarició las ajenas.- vuelve, sonríeme de esa manera tan dulce que me alegra la vida, háblame con tu voz tan hermosa, acaricia mi cabello con tus suaves manos, diciendo "todo estará bien, no te preocupes tanto. El estrés no es bueno". Vuelve a ser mi consejera, vuelve a ser mi mejor amiga, déjame colmarte de felicidad, déjame llenarte de besos y caricias, vuelve y seré el esposo más cariñoso del mundo entero, regresa y no volveré a dejarte ir.

A pesar de que se sentía culpable y triste al verla en ese estado, no soltaba ni una lagrima, solo aguardaba pacientemente que ella mejorara.

- ¿Qué has pensado sobre lo que hemos estado hablando? –preguntó Tae Hyung, sentado en la orilla de la playa.-

- Ya te he dicho que no me voy a ir. –dijo Ji Min.- me voy a quedar aquí al lado de Yoongi, con nuestro hijo, más ahora que Roseanne está a punto de morir.

- Dime la verdad. –el menor lo miró fijamente.- ¿tú le provocaste la muerte para sacarla de tu camino?

- ¿de qué hablas? –frunció levemente el ceño.- ¿me crees capaz de hacer una cosa así? ¿por quién me tomas?

- Yo solo sé que por amor se puede hacer cualquier cosa. –sonrió.- no te preocupes, no voy a juzgarte si la matas.

- ¡deja de decir eso! ¡yo no haría algo así! Ella había sido amable conmigo, intentó acercarse a mí y forjar una amistad. –dijo Ji Min.- a pesar de todo me estaba ayudando en mi embarazo ¿Por qué querría hacerle algún daño a alguien así? Si yo fuera una mala persona la habría matado el día que me enteré que se iba a casar con Yoongi.

- Ya, bueno, entiendo que tú no lo hiciste. –rió levemente.- ¿Por qué no te acercas más? Ahora puedes entrar al agua.

- Estoy cómodo aquí.

Yoon Gi tenía su frente apoyada en la fina mano de Roseanne, con sus ojos cerrados, murmuraba palabras a un volumen tan bajo, que eran inentendibles, estaba rezando, el mayordomo ya se había ido; la mujer, sintiendo el tacto en su mano, poco a poco fue abriendo sus ojos, la luz del sol que entraba por las ventanas parecía no molestarle, giró un poco su cabeza para ver a su esposo y sonrió débilmente, sintiéndose realmente feliz.

- Yoongi. –murmuró ella, casi al mismo volumen en el que él estaba hablando.-

El peli-negro pudo escuchar cómo ella pronunciaba su nombre, emocionado, levantó su cabeza para verla, aliviado al notar que había despertado, sonrió y acarició su mejilla.

- Por fin despiertas, Rose. –susurró el mayor.-

Al sentir las suaves caricias en su mejilla, Roseanne cerró sus ojos, manteniendo su diminuta sonrisa, llevó su mano con esfuerzo a la ajena, aún sobre su rostro, volviendo a abrir sus ojos para verlo.

El Sacrificio De La Sirena || YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora