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—¡Gira! ¡Gira!—insistía Inoo mientras tomaba mi mando de la Play. Y es que me la compré solamente por Yuto. Yo era pésimo en todos los videojuegos, ninguno era la excepción.

—¡Yuto se va a reír de mí otra vez!—lloriqueé en el hombro de Inoo. El cual había venido un par de horas antes a mi casa para enseñarme a jugar. Pero nada. — En una hora tenemos que estar en casa de Yuto.—suspiré jalando de mi cabello mientras subía a mi habitación para al menos, conjuntarme ropa.

No iría con el pijama de ovejas a su casa. Bastante se reía de lo malo que soy en los videojuegos como para ésto. Sería el colmo de los colmos.

—Oh...señora... Su hijo está vistiéndose. —saludó cordialmente Inoo ante la madre de Yamada la cual había llegado a casa.

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—¿Queréis algo de beber?—preguntó Yuto mientras encendía la Play y se acercaba a la cocina. Estábamos nosotros cuatro solos.

¿Cuatro? Sí.

Estaba Mika...

—Un refresco de fresa.—respondió Inoo mientras conversaba con Mika.

Me levanté a la cocina dejando a aquellos dos a solas y me acerqué a Yuto.

—S-senpai... ¿d-de qué la conoce? — ¡mierda! ¿por qué tenía que tartamudear cada vez que hablaba con él?

—Una vieja amiga de otro instituto.—respondió el más alto sin dar importancia. ¡Ni si quiera me miró cuando me habló! Tan solo tomó los refrescos y se fue. ¿Por qué eres tan difícil?

—¡Bien! ¡Te gané!—vociferó la pelirrubia al ver que había ganado a Yuto. Eso era imposible...Yuto era mejor que nadie... Seguramente se hubiese dejado ganar.

—¡Me debes algo! Así era la apuesta.—recordó la joven mirando a Yuto. Acordamos que si alguno de nosotros ganaba a Yuto, éste le debía algo, lo que su oponente quisiera.

—Quiero...¡qué me des un beso!—dijo con su característica voz repelente, que, en cuestión de minutos, había comenzando a odiar.

Bajé mi cabeza mirando al suelo al ver lo que había pedido...Yuto, no....No serás capaz ¿cierto? ... ¿O sí?

—Cosas materiales.—dijo frío como un mismo tímpano de hielo mirándola a los ojos.

Sentí un alivio que no era normal. Ya podía ver la cara de preocupación de Inoo.

—¡300 yenes!—respondió con una sonrisa. Me molestaba, era muy repelente, de verdad. No me gustaba en lo absoluto.

Yuto sacó de su cartera 500 yenes y se los entregó.

—¡Qué bien! ¡Ahora tengo 500 yenes!—exclamó la joven sonriendo al ver dicho billete de un color algo amarillento desgastado.

—No. Devuélveme 200. Solo pediste 300.—respondió Yuto rompiendo la ilusión y felicidad de la joven. Entre gruñidos de enfado, la pelirrubia sacó de su cartera un billete verde de 200 yenes extendiéndoselo al mayor.

Pasaban las horas e Inoo me miraba con tristeza pues podía observar como se habían pasado toda la tarde ellos dos juntos. Yuto y Mika.

—Creo que debo de irme...—dije rascando mi nuca al ver que ya anochecía.

—Adiós.—respondió Yuto sin quitar su mirada de la pantalla. Tragué saliva cabizbajo y sonreí levemente a pesar de que no me viera. Mika se había ido una hora atrás.

—Te acompañaré.—sonrió Inoo colocándose sus zapatos en la entrada.

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Holi de nuevo bbs. No me gusta mucho cómo está quedando la historia es una KK, como yo jejejeje sorry :3

Adeu bbs

Please, love me | 愛するDonde viven las historias. Descúbrelo ahora