I V

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( Este capítulo será uno sobre Inoo ^^, sí, el de la foto es él hehe. Espero que les guste. )

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—Yo le dejaré mis apuntes, no se preocupe.—respondí al profesor. ¿Yamada faltando a clase? Ésto era lo más raro que había visto en mi vida.

La última vez que faltó a clases fue...Cuando su padre falleció hace años. Desde entonces creo que nunca ha faltado.

Por cierto...¿Qué hago yo narrando en primera persona? ¿A caso el protagonista no es Yamada? Bueno. Supongo que hoy es mi turno.

A pesar de estar algo enfadado por el carácter del menor, no podía evitar estar preocupado, por ello llamé a su madre por teléfono.

—Amaneció algo enfermo.—afirmó la mujer a través de la línea.

Asentí levemente diciendo que más tarde iría a verlo.

Una vez salí del instituto, saqué un cigarrillo y comencé a fumarlo en un parque trasero, siempre solía ser solitario, así que no me preocupaba estar allí. Si Yamada de enterase de que fumo...Creo que me metería los cigarros uno a uno por las orejas. A Yuto creo que le daría igual.

Mierda, ¿a caso invoco a la gente con el pensamiento? Yuto estaba acercándose a mi banco.

—Hey...—dijo sin dar importancia a aquella droga mortífera que tenía entre mis dedos. Bueno, mejor dejo de ser exagerado.

—¿Qué haces aquí? Creí que estarías en las recreativas.—respondí dándole una mirada de reojo.

—Digamos que no estoy teniendo un buen día. Por cierto...¿te sobra un cigarro?—¿Desde cuándo Yuto fumaba? ¿Yuto contándome sus problemas? ¿Qué? ¿A caso estoy soñando?

—¿Puedo saber que ha pasado?—pregunté algo curioso pues casi nadie sabía de su vida. Saqué un cigarrillo junto con el mechero y se lo tendí.

—Mika, la chica de ayer, hoy en los baños me besó.—respondió dando una calada al cigarro mientras yo trataba de asimilar aquello.

—Y tú...te apartaste...¿cierto?—Esto sería la razón de morir para Yamada, no podía enterarse. Mierda. ¿Qué hago?

—Acabé follándomela.—respondió el pelinegro con total indiferencia.

—¿¡Qué!?—vociferé mirándolo mientras pensaba en como evitar que mi pequeño Yamada no se enterase.

—Era broma. Solamente... No sé, nunca había besado a nadie.— ¡Yuto! ¿¡A caso  querías matarnos a Yamada y a mí!?

—Qué gracioso.—murmuré irónicamente mientras tiraba un poco de ceniza al suelo.

—Bueno olvídalo, no sé para qué te digo nada.— el pelinegro tensó  su mandíbula dejando caer un suspiro algo cansado.

—¿Pero te gustó? Solo es un beso. — intenté ayudarlo. Pero el chico era más raro que un perro verde. Introvertido y frío como nadie.

—No me gustó. Pero me gustaría volver a sentir eso con alguien.—¡Yamada!

—¿Yamada?—susurró el pelinegro mirándome. ¿¡Qué!? ¡No! ¡No me jodas que lo dije en alto! ¿¡Queeeé!? ¡No, no, no!

—Era broma...—tomé un poco de agua de mi botella mientras tosía nervioso. La había cagado.

—Bueno...creo que debo de irme.—dijo el pelinegro algo confuso por el nombre que le ofrecí. Mierda.

Me levanté junto a él rascando mi nuca.—Hablando de Yamada...él está enfermo, yo iba a verlo a su casa...¿Quieres venir?—el más alto asintió sin importancia mientras se posicionaba a mi lado e íbamos juntos hasta la casa del enano pelirrubio.

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HOLAA de nuevo BaKero Okno JEJEJ

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