Lluvia

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"Es que me gustas tú na' más, no me importan las demás..."







- Desde ese momento, no he sabido nada de ellos - dije mientras tomaba un poco del vodka que me había servido a la mitad del relato.

- Vaya, no lo sabía - dice ella a mi lado tomando de su vaso con la misma bebida

- Sí, nunca había hablado de esto, ni contigo - la volteo a ver - siempre que lo hablaba me rompía, las únicas personas que se enteraron o sabían eran Mario y Juli, las únicas personas que lo vivieron. Ahora ya no me afecta, tanto - digo limpiando la única lágrima que se había escapado.

Ella posó su mano sobre la mía dándome un apretón, mostrando su apoyo hacia mi. Fue entonces que me perdí es sus ojos, eran aceitunados, y como un mar inmenso, en el que no me molestaría naufragar. Sé que ya he visto sus ojos varias veces, y que los he descrito con lujo de detalle, pero ahora que los veo bien, sus ojos brillaban.

- Bueno chicas, podemos irnos - dice Sebas bajando las escaleras, ambas asentimos y salimos de la casa.

En el camino no hablábamos, pero todo no los transmitíamos mediante leves toques de nuestros dedo y miradas cómplices. Cuando llegamos al hospital, noté a Poché más nerviosa.

- Tranquila gorda, todo va a estar bien - digo mientras sostengo la puerta para que ella baje. Tomo su mano y caminamos a la clínica. Sebas iba detrás de nosotras.

Al entrar, nos recibe la recepcionista y nos dice que solamente pueden pasar dos personas, los tres quedamos en que yo iría con Poché, ya que ella no sentiría segura si iba Sebas. Al entrar al pequeño consultorio, el doctor le hace un par de preguntas, la pesa, la mide y al final le sacaron las muestras de sangre. Me dio risa ver la cara de Poché al ver la sangre, pues no sacaron unos 2 tubos, sacaron como unos 5.

- Disculpe doctor - llama su atención Poché - hace un rato tomé un poco de alcohol, ¿no afectará las muestras? - 

- Para nada - nos sonríe - los resultados estarán el miércoles por la tarde, que tengan bonito día - 

Salimos de la clínica y nos separamos, Sebas va a ir con Paisa y Pau a ver el penthouse y Poché y yo pararíamos para comer algo e ir a caminar un rato al parque. Al llegar a la cafetería, ambas nos asombramos, pues había oído hablar de que esta cafetería era muy bonita, pero no imaginé la magnitud.

Tenía un gran letrero afuera hecho de madera con la palabra "Serendipity", el lugar tenía un aspecto rústico y estaba muy bien decorado, daba la reconfortante sensación de estar en casa. Al entrar, nos sentamos en una mesa alejada, que daba vista a un poco de la ciudad con un ventanal enorme, tenía una jardinera justo debajo del gran ventanal y encima de la mesa una luz acogedora amarilla. 

- Wow Dani, ¿a dónde nos trajiste? - dice la pequeña peliarosada observando todo

- A nuestro restaurante a partir de ahora - me voltea a ver y le sonrío, para que llegue el mesero ofreciendo nuestras cartas. Vi que se me quedó mirando un poco, hay que admitir que estaba bastante churro, pero no le presté atención, la única persona que veían mis ojos eran la pequeña enana que estaba sentada frente a mi.

- ¿Qué vas a ordenar amor? - pregunta ella antes de que el mesero alcance a retirarse, él nos vio confundido, sonreí ante los celos de la pelirosada.

Como Si Fuera La Primera Vez - TERMINADA -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora